Día 3

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VIENDO UNA PELÍCULA


-Me gustan las de dulce.

-Y a mí las de sal.

Azul y verde chocaron por un momento, indecisos, o eso fue hasta que el mayor apareció llamando la atención de ambos -Podría comprar las dos. Aunque sé que Jon no las comerá todas.

-¿No tiene apetito voraz? -Cuestiono Jason viendo como el hijo de su pareja elevaba los puños al aire y corría en dirección a la fila. Había poca gente y sin lugar a duda aun le sorprendía que Clark aceptara llevarlos a cine ese día, miércoles.

Se había ofrecido a pagar su boleta o incluso la comida, pero el súper se había negado. No abogo, de todos modos le daba crédito que usara su sueldo de reportero para darle esos lujos a su hijo y a él. Habían invitado a Martha Kent, pero ella se había negado, argumentando estar muy vieja como para ir al cine y no poder evitar quedarse dormida. Jason no pudo evitar reír y Jon de paso, ganándose una mirada ceñuda por parte del kriptoniano.

Pero ahora estaban allí, a punto de ver una película que Jason hasta había olvidado el nombre (Solo acepto porque Jonathan estuvo muy entusiasmado al respecto) y solo les faltaba las palomitas y las sodas - ¿Estás seguro de que no quieres que aporte al menos un poco?

-Estoy seguro. -Lo vio acomodar sus lentes confiado y él solo pudo virar los ojos.




Acabo en medio de ambos Kent. Hubiera preferido estar en el borde, pero prácticamente padre e hijo lo habían empujado al asiento en medio de los dos. Llevaban treinta minutos allí y los sonidos de guerra por parte de las escenas que se presentaban delante de sus ojos, podían dejarlo casi sordo. Aun así, allí estaba, al pendiente. Llevaba de vez en cuando un puñado de palomitas a su boca, sacándolas del regazo de Clark. Porque Jon había puesto las de dulce en el suyo y estaba casi fuera del asiento, con los ojos bien abiertos y Dios...

Aparto la mirada solo un segundo de la pantalla para fijarla en el hombre de acero, quien parecía de igual forma absorto. Sonrió travieso y teniendo cuidado de tirar al suelo las palomitas azucaradas, se estiro para besar la mejilla ajena. Rápidamente Clark fijo su vista en él y una sonrisa ilumino su rostro en la oscuridad.

Se besaron, lento y húmedo. Solo alejándose cuando Jon protesto, queriendo que le prestaran atención a la película que tanto había deseado ver. A regaña dientes lo hizo y nuevamente, quedó atrapado en lo que veía.

Clark tenía razón, su hijo no se comió toda la caja. Pero él sí lo hizo camino a la granja.

❝ Treinta días ⌜ ᴅᴄ - ᴄʟᴀʀᴋᴊᴀʏ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora