❝ Treinta días ⌜ ᴅᴄ - ᴄʟᴀʀᴋᴊᴀʏ ⌟

Día 21

COCINAR / HORNEAR

Para nadie era un secreto que Jason sabía cocinar, y lo hacía bastante bien. La batfam había probado una que otra vez sus toques culinarios cuando el segundo Robin acompañaba a Alfred en la cocina y ayudaba (además, fue de este hombre quien aprendió y luego culturizo por su interés a la gastronomía de los países a los que viajaba). Los Kent entre tanto, apreciaban cuando el chico le pedía a Martha usar su 'templo' y que descansará. Para la mujer era un sol, que le recordaba a su antigua nuera. Para John era agradable, y más cuando Jason le adhería cosas de su gusto. Para Clark... todo en él era perfecto. El chico siempre le sorprendía de la mejor forma, aun con esa personalidad y fama que se cargaba.

Fue en eso que la petición en conjunto se dio, sorprendiendo al chico de personalidad peligrosa #2 (Damian le había robado la corona). Una clase de cocina, en la mansión Wayne, con los Kent invitados. Jason, obviamente, se negó.

Y luego acepto después de unos cuantos besos, abrazos por cortesía de 'su grandote hombre de acero'... quien fue influenciado por su hijo, quien fue manipulado por Damian y este por Dick. Vaya cosas.

La clase estaba resultando más pesada de lo creído. Principalmente, porque Jason hacía todo de manera fluida y solo le pedía a Clark que le pasara ciertos ingredientes que él con rapidez lograba batir, dejar sin grumos, untar en mantequilla.

— ¡Primero la mantequilla, Dick! —El chico se sobresalta y Barbara no puede hacer más que golpearse la frente al ver el desastre que están formando en su propia 'mesa de trabajo'.

Se habían repartido cada sección de la enorme cocina, prometiéndole a Alfred luego limpiarla y dejarla como nueva. Algo... que ahora veía difícil. Stephanie y Cassandra parecían ser las únicas que lograban seguirle el paso, de alguna forma bastante violenta. Jon y Damian por su puesto, tenían un enorme charco de suciedad a su alrededor, contando con sus rostros. Selina hacía las cosas a la perfección, mientras que Bruce batía el contenedor con torpeza. Martha y Alfred no hacían nada, ellos se encontraban en la sala de estar bebiendo té y comiendo galletas.

Oh, ¿Y Tim y Connor? Bueno... El súper solo podía observar como Tim no dejaba de leer las instrucciones descargadas de internet y 'corregir' a Jason cuando decía algo, cabe decir, aun no hacían nada con sus propios ingredientes. Ya se había ganado tres cucharas de metal que logró esquivar, junto a los gritos de "¡La práctica no va de la mano con la teoría, imbécil!", nadie entendía, pero resultaba entretenido cada que Jason parecía querer lanzar objetos a su hermano menor.

Los resultados finales daban mucho que desear después de que todos fueran al horno y luego salieran.

Algunos se veían quemados hasta cierta parte. Otros ni siquiera eran suaves, parecían ladrillos. Uno poseía grumos de masa que ciertamente no habían batido bien. Y otros parecían carbón puro.

Claramente, el único que lucía perfecto y presentable... el de Jason y Clark. Ambos chocaron sus manos en una palmada y como nadie podría dar de probar del propio, decidieron partir solo ese.

Era delicioso, suave, ni rebosaba de mucho dulce o de no tener ni una pizca de sal. Fue aprobado por el mismo Alfred y todos asintieron, aunque resignados por sus fallas.

No fue de esperarse que Jason decidiera lavar todos los platos, pues él tendía a pedir que otros lo hicieran sí él cocinaba. Esta vez solo dijo que lo haría y nadie objeto. Mientras la mayoría pasaba el tiempo en la sala de estar, viendo algo de tele, u otros teniendo más privacidad en otros cuartos, Clark se quedó ayudando a Jason, secando y dejando todo a un lado para cuando se recogiera.

La mención salió de la nada, era inevitable.

—Quiero que te cases conmigo.

Esperen,

— ¿Qué?