Jamás imagine que todo esto me iba a pasar a mí, o al menos no me lo esperaba de esta forma. Conocer lo a él, jamás imagine el cambio que iba a dar mi vida, pero ni en mis más locos sueños. La vida nos tiene guardad una sorpresa, conocer lo a él...
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Estoy viendo el techo de mi habitación si tan "interesante" desperté hace media hora, no porque quise, sino que escuche unos ruidos en la casa, exactamente en la cocina, y solo hay una persona que conozco que se levanta a las seis de la mañana si, es mi madre, es una costumbre de todas las mañanas, según ella no hace ruido. Pero para mí es como si fuera una tortura, a veces le digo
~Pareces ratoncito haciendo ruido por aquí y por allá ~
Pero así la amo, ella es única
Me dirijo hacía el baño para hacer mi necesidades me cepillos mi dientes después uso mí enguaje bucal, me quito mi pijama para darme una ducha, dejo el agua correr, me gusta cómo se siente el agua algo fría en las mañanas, lavo mi cabellera larga y negra siempre lo lavo dos veces, al terminar todo mi aseo, me envuelvo en una toalla y con una más pequeña seco mi cabello, mientras camino hacia mi habitación me siento en la cama observando mi cuarto en tonos celeste, lo que me recuerda que tengo que limpiar, si a veces suelo ser muy desordenada pero una vez que todo está en orden no me gusta que nadie toque mis cosas; porque no las dejan en su lugar.
- ¡Hija! ¿Ya despertaste? - me sobresalto al escuchar a mi madre del otro lado de la puerta.
- Si mamá, solo me cambio y salgo - digo mientras me levanto de la cama para dirigirme al armario.
- Ok, apúrate que hice panqueques - escucho como se va, ¡panqueques! los amo son tan deliciosos, me apresuro a cambiarme me coloco mi ropa interior luego un pantalón corto y una camisa sin mangas, me peino el cabello y salgo hacia la cocina.
Vivo en Nueva York con mamá, después que papá falleció decidimos empezar de nuevo así que nos mudamos desde hace dos años y medio. Mi hermana se casó así que se mudó a Nueva Jersey, vivimos en un apartamento de dos habitaciones, un baño acompañado de una sala y cocina modesta, un lugar solo para nosotras.
- Hola mamá - la saludo con un abrazo que ella corresponde, mientras termina de hacer el desayuno.
- Hola hija, ¿Cuantos panqueque te vas a comer? -pregunta mientras me siento en la pequeña mesa que tenemos a unos cuantos metros de la cocina, mientras ella los está sirviendo en la mesa.
- Mmm, unos cuatro - lo se soy una comelona, me levanto hacia el refrigerador para sacar la caja de leche - Mamá ¿Porque no hay leche? - le interrogo mientras me volteo hacia a ella, algo "ofendida"
- Deja de hablar que compre otra caja nueva - responde luego de darle un trago a su café.
-Ya la mire - digo mientras sirvo un poco en mi taza favorita.
- Es que nunca encuentras nada - dice mientras se sienta en la mesa, lo cual yo imito dejo mi vaso de leche a un lado para comenzar a cortar los panqueques en forma de triángulos, pongo mantequilla, miel -Yo que iba a saber que habías comprado otra - la miro divertida.
