Jamás imagine que todo esto me iba a pasar a mí, o al menos no me lo esperaba de esta forma. Conocer lo a él, jamás imagine el cambio que iba a dar mi vida, pero ni en mis más locos sueños. La vida nos tiene guardad una sorpresa, conocer lo a él...
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Llego el día, que tan difícil puede ser, difícil no es, porque ya está todo hecho, terminado mejor dicho. Me desvele estos días haciendo ese resumen ese gestión de los empleados de servicio, estoy nerviosa no sé qué pueda decir el señor Asim, pero tengo por seguro que hice un buen trabajo.
Pero obvio su opinión es la importante aquí, llegue unos minutos antes a la empresa para poder echarle un último vistazo a los papeles. Escucho el levador abrirse y visualizo a Rach con un lindo vestido tono rosa pastel, unos tacones color beige, con una coleta hecha como peinado.
- Buenos días Sandra ¿Acaso llegaste más temprano? – cuestiona.
- Buenos días Rach —la saludo con beso el mejía y un abrazo - Hoy es viernes el día que el señor Asim me dijo que le entregarle los papeles que me pido a primera hora. Llegue antes para darle un último vistazo.
- Oh Si, lo había olvidado, confió que hiciste un buen trabajo tanto que lo vas a dejar impresionado.
- Gracias por tus palabras, dudo que algo lo impresione.
- ¿Puedo verlo?
- Claro.
Rach camino a su escritorio dejo sus cosas en su lugar, yo le tendí los papeles para que me diera su opinión. Puede que para mí está bien, pero para el señor Asim no.
- Se honesta – le pedí.
- Tal vez no sepa mucho de finanzas pero mi papá sí, lo poco que se es gracias a él.
Rach comenzó a revisar lo papeles se miraba muy concentrada eran más cincuenta páginas, no sé cómo termine eso en menos de cuatro días. Por culpa de él no dormí, ya que, así es el trabajo. Todavía faltan quince minutos para que llegue. Seguro que si no le gusta como quedo el resumen me va despedir.
¡No! ¡Basta! Mente positiva.
- Bien como te dije no soy muy buena en esto, pero se algunas cositas. Por lo que vi está muy bien gestionado y los puntos más importantes es tan muy bien resaltados. —me sentí bien con sus palabras tanto que la interrumpí.
- De verdad, espero que él diga lo mismo.
- Ya verás que sí, solo mantente calmada —soltó una pequeña risita.
- No puedo es que... — no pude terminar de hablar porque de repente se escuchó el sonido del ascensor, un muy guapo vestido de traje gris-oscuro alias el árabe apareció frente a nosotras. Su peinado hacia tras y... caracoles de verdad me encanta que un hombre huela también que incluso deje su olor en el lugar. No hay nada mejor que eso
- Buenos Días señor Asim — hablamos al unísono cualquiera pensaría que lo hubiésemos practicado, pero nada que ver.
- Buenos días señoritas. ¿Esta lista señorita Mills?