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¿No sé porque? Pero el ambiente se puso algo incómodo. Claro ya recuerdo el porqué, el jefe árabe me vio bailar muy pegada a William en el bar. Y que el mismo se encargó de recordarme lo "muy sutilmente"

- Si es que es una grata sorpresa verte, Sandra—veo a un William en fundado en un traje color grisáceo muy bien peinado. Hasta parece un poco mayor de lo aparenta.

- Lo mismo digo William—le digo al mismo tiempo que me levanto a saludarlo. La verdad sí que es una sorpresa, no lo veo desde que lo conocí bailando en aquel bar.

Él le da una mirada rápida a mi jefe.

- Disculpa, si te interrumpí.

- No te preocupes William, el señor Asim es mi jefe —William se acerca extiendo su mano para estrecharla, el árabe se pone de pie devolviendo le el apretón de manos con una expresión neutra.

- William Storn.

- Asim Hammed.

- Bueno, no interrumpo más. Fue un gusto verte, Sandra, hablamos pronto — se despide dándome un beso en la media con un medio abrazo.

- Claro que sí. Cuídate William.

Siento que me fui muy cortante o será que fue la sorpresa de a verlo encontrado aquí en el mismo lugar en el que estoy comiendo con mi jefe. Pueda que fue eso.

- ¿Amigo suyo? — pregunta.

- Algo así —ya que apenas lo conocí hace dos semanas.

- Se me hacía conocido—hablo para el mismo. Aunque claramente lo escuche.

Claro que se le hace conocido. Si con el me vio bailando muy pegados con unos tragos de más encima.

- Para finalizar la comida, Sandra, comemos unos dulces acompañado de un café o un té. —llama al camarero para que retire los platos ya vacíos y ordena que traigan unos dulces acompañados con unos tés.

Siento que me estoy haciendo adicta al café, así que empezare a dejarlo un poco. Pero solo un poquito.

Cuando ya nos traen esos dulcitos que se ven muy delicioso que tienen forma de bolitas con relleno. Rápidamente lo pruebo.

- Están muy deliciosos señor Asim —estos dulces de bolitas estas riquísimos.

- Que grato que le gusten Sandra, al final de la comida nos gusta comer algo dulce o solo tomar té.

- ¿De verdad? Es muy bueno saberlo. ¿Es como una tradición?

- No. Ya es parte de la cultura árabe.

- Estoy muy de acuerdo en ello.

Ya se acerba la hora de volver a la empresa asique pidió la cuenta y los dulcitos que sobraron los mando para llevar. Ya una vez en la camioneta me entrega la cajita con los dulcitos dentro de ella.

Mi Amor Árabe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora