Definitivamente no me esperaba esto.
Le iba a decir que no se molestara, pero mi traicionero estómago hizo su famosa aparición con un pequeño gruñido haciendo que en su mirada hubiese un poco de gracia y a mí avergonzándome al instante.
Solo por eso no habrá pizza en todo una semana estomaguito.
- La verdad, no quiero molestar señor Asim.
- No, no me molesta, además me gustaría. Así la puedo conocer más, ya que es mi asistente. Me gusta saber con quién trabajo.
- De acuerdo, señor — esperamos unos segundos más para que las puertas del ascensor se abrieran.
- Pasé usted primero Sandra — con una media son risa le digo gracias al salir del ascensor.
Al salir de la empresa uno de los empleados le trae su auto más bien tiene pinta de ser su guardaespaldas.
¿Porque será que la mayoría de los árabes tiene la misma pinta? Este se ve alto, con un poco de músculos y la barba un tanto gruesa que no puede faltar.
-Shukran Alkim — otra vez esa palabra, le quería preguntar qué significaba, pero mejor lo averiguarlo en el dichoso libro que me entrego.
Su auto es una linda Range Rover color blanco.
Me encanta el auto tipo camioneta.
Por un momento pensé que sería un Audi o un Lamborghini ya que a la mayoría de los adinerados les gusta mucho esos tipos autos, que demuestren rapidez y poder. Aunque no dudaría que si los tuviese.
- Entre Sandra — al oírlo hablar salgo de mi mar de pensamientos y doy paso para tomar asiento de copiloto en esté increíble auto, además huele bien, una mezcla como de auto nuevo más su fragancia tan varonil.
Hago una mini mueca de emoción antes de que él se suba.
Una vez entra me pongo en modo sería, como si no hubiese hecho una mueca loca de emoción.
- No olvide ponerse el cinturón.
- Ah sí, casi lo olvidaba, gracias.
Una vez el auto en marcha me pregunto ¿Dónde iremos a comer? quisiera preguntarle pero me da pena hacerlo.
- ¿A dónde le gustaría ir Sandra?
- Donde usted lo prefiera Señor, por mí no hay problema.
- Muy bien, tengo un lugar en mente espero que sea de su agrado.
- Confió en usted.
Nos quedamos un momento en silencio. De reojo mire que encendió el reproductor de música del auto, al momento de que se reproduce una canción. Cuando la escucho bien me doy cuenta que es la misma canción que había pues en la oficina. Me quede estática.
- Fehmini, es una de mis canciones favoritas Sandra.
- Disculpe si lo interrumpí con el ruido, debí bajarle más.
- No se preocupe, fue grato oírlo de nuevo.
Quería preguntarle más, pero hay que entender que cuando no nos quieren decir más de la cuenta, es mejor no insistir.
Cunando el auto se detiene de frete al restaurante puede ver que se trata de uno Árabe. Al fin tendré el placer degustar algo diferente.
- Permítame Sandra — me detuve al momento de escucharlo. Para rápidamente dirigirse abrir la puerta de mi lado.
Que árabe tan caballeroso.
Mentiría si digo que no estoy nerviosa de entrar en un lugar que se ve a leguas que es muy fino.
¿Soy la única que se siente inferior en estos tipos de lugares así? Igual trato que no me afecte, no deberíamos de sentirnos así, al final todos somos iguales. Lastimosamente no todos piensan de esa forma.
Al momento de entrar nos atiende un camarero bien dotado y con al de barba.
Como dije antes, árabes con la misma pinta.
- Buenas tardes. ¿Desean una mesa para dos?
- Eh, Aamel Maarouf.
¿Amuel mara-que?
¡Ay! Ya me vi pegada a ese "librito" por lo menos aquí si me van a pagar por aprender de él.
- Por aquí, por favor.
Siguiendo por el camino que nos indicó el camarero nos asignó una mesa casi al fondo con unas lindas fotografías y pinturas de la cultura árabe, una decoración muy linda, con muchas cositas colgando del techo.
Sin contar demás, una suave melodía que se escucha al fondo en ese mismo idioma.
Al llegar tomamos asiento en una elegante mesa, el camarero nos ofreció el menú y se retiró diciendo que en un momento regresaría para tomar nuestra orden.
- Puede ordenar lo que guste Sandra, si tiene dudas con algún platillo, hágamelo saber —le dedico una mirada y una sonrisa rápida en forma de entendimiento, son mucho platillos se ven extraños pero apetitosos. ¡No sé cuál pedir!
- ¿Cuál me recomienda usted señor?
- Bueno ya que es primera vez que va a degustar esta comida, sería mejor que empiece con algo típico. Si no le molesta puedo pedir por usted.
- Sería mejor señor, la verdad estos platillos me confunde un poco — digo apenada.
- No se preocupe Sandra.
El camarero llega y el jefe árabe le inda nuestra orden.
Mientras esperamos comemos unos pancitos dulces tradicionales, el señor Asim me comenta que a los árabes les gusta mucho el pan dulce, ahora que lo comenta me pareció escucharlo en un programa gourmet.
Una vez llegan nuestros platillos me quedo asombrada con la comida todo se ve muy bien y para el hambre que me cargo. Nos traen un pequeño plato llamado Hummus: una crema de garbanzos y aceitunas como decoración. De plato fuerte llamado Maqluba: que más bien parece arroz condimentado y pollo, pero con el toque árabe. Todo se ve muy delicioso, acompañado con un vino blanco.
- Sahtain Sandra.
- ¡¿Cuál satanás?! — el suelta una pequeña risita debido a mi comentario.
- Significa Buen Provecho en árabe. Ahora ve porque le entregue el libro.
- Si, disculpe. Buen provecho para usted también. Ese librito va hacer mi mejor amigo.
El ríe y yo también. Comemos en silencio y debes en cuando platicamos un poco. Nos falta un poco para culminar nuestra comida mientras hablamos. Entre platica, escucho una voz decir mi nombre.
- ¿Sandra? — me giro para ver de quien se trata, no lo puedo creer, ¿Qué hace él aquí?
- ¿William? — su nombre sale en susurros de mis labios.
- ¡Vaya! Es una sorpresa a verte encontrado.
Me giro para ver al a mi jefe árabe. Quien mantiene una expresión neutra o mejor dicho serio. No sé cómo describirlo.
De un momento a otro siento el ambiente un poco raro.
Editado.
Ig: @kerlinlopz
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Mi Amor Árabe
Roman d'amourJamás imagine que todo esto me iba a pasar a mí, o al menos no me lo esperaba de esta forma. Conocer lo a él, jamás imagine el cambio que iba a dar mi vida, pero ni en mis más locos sueños. La vida nos tiene guardad una sorpresa, conocer lo a él...