No sabía qué había pasado, pero algo había distinto en los dos.
Un desapego necesario y un juego de rol que se desbordó de los límites que nunca se dedicaron a conversar. Ahora era distinto. Ahora era obsesivo, violento y sobretodo intenso. Era cruzar los límites de la sanidad mental —y hasta física—, y permitir que sus cuerpos conversasen de una forma en la que se obligaban a encajar y a sacar los problemas de su mente como si el otro fuera realmente un escape de la vida real en la que ninguno de los dos quería vivir.
TaeMin empecinándose en quitar sus problemas familiares de esto y MinHo en una situación familiar, en donde la necesidad ya no tenía cara de hereje, como decía el dicho.
— Más fuerte.
Una orden y un acato que él no duda en responder.
Porque tal como antes, también habían vuelto las rutinas en horarios extraños y que se ajustaban a TaeMin, quién por comodidad, prefirió volver a las cuatro paredes de su departamento, que a las cuatro paredes —aunque solo dos eran útiles—, de aquel perturbado callejón.
MinHo no había protestado porque era trabajo y TaeMin se lo había agradecido apenas le vio ahí por primera, segunda y tercera vez.
Y hoy por la cuarta. Cuando apenas le permitió entrar a las doce de la noche, sin que sus manos comenzaran a desnudarle rápido y a quitar toda esa tela que le decía que lucía tan bien, pero que también ocultaban ese cuerpo que ya se había vuelto su favorito.
TaeMin se lo había dicho mediante gemidos y él se aprovechó de esa situación. Se aprovechó de su favoritismo por las camisetas negras, por los pantalones gastados y por las chaquetas de cuero que apenas el rubio las veía, parecía enloquecer. Tal como ahora y tal como hace unos minutos cuando aún no le había despojado de sus prendas.
Porque ahora...
Ahora la situación era distinta.
Ahora la situación era intensa, era caliente y era frenética. Era un vaivén en la cama y en el respaldo de ésta, provocando un sonido constante y rítmico contra la pared de la habitación, mientras los dos intentaban hundirse más y acoplarse más. TaeMin le abraza con las piernas, pasándolas por su espalda, y él se afirma a sus costados, penetrándole con más fuerza y chocando con mayor intensidad aquel punto en su cuerpo que le hacía enloquecer y gritar más.
Más y más y más.
Más Papá, más MinHo, más todo.
Más de esos labios brillantes que le buscan y que le suplican que quiere más duro, que quiere más fuerte, que quiere que le rompa. Que quiere que le haga pasar experiencias nuevas como las que nunca pensó vivir y que ahora le hacían sentir más humano y más imperfecto como contra lo que tanto luchó frente a sus padres.
MinHo se apoya sobre sus rodillas, saliendo de su cuerpo y TaeMin frunce el ceño de inmediato, abriendo los ojos y ahogando una protesta que él no permite salir porque cuando su mano se aferra a su cuello, lo hace de una manera que le aprieta y no de una manera suave. Sus nudillos se vuelven blancos, la piel de su cuello también y sus ojos parecen estupefactos ante una reacción en la que su cuerpo no sabe cómo sentirse porque el placer seguía ahí y la dominación seguía de una mejor manera.
Más ruda, más intensa.
Más de ellos.
— No te he dicho que puedas hablar.
(Y más como le gustaba a TaeMin).
Porque cuando MinHo le suelta y vuelve a penetrarle con más fuerza, TaeMin sonríe pícaro, mordiéndose el labio antes de gritar un exagerado gemido que a él le hizo abrir los ojos y levantar las cejas con astucia. El menor vuelve a emitir el mismo ruido para tentarle y una vez más antes de que él ya le empiece a asfixiar y empiece a controlar ese aire que logra pasar por en medio de su garganta.
La piel de su cuello en donde aprietan sus dedos comienza a ponerse blanca, y también su rostro que luego de unos segundos, comienza a enrojecer. TaeMin suelta una bocanada de aire cuando le permite respirar y cuando sus cuerpos siguen uniéndose a aquel compás que ahora se suma mediante agarres de asfixia y cortes de oxígeno que el rubio pareció nunca experimentar.
Y como a él le gustaba jugar, lo hace una vez más cuando ve que ya estaba a punto de comenzar a correrse. Lo hace cuando estaba a punto de soltar el más fuerte de sus gemidos y cuando su cuerpo se estremece a causa de un placer mayor al logrado de los días anteriores.
TaeMin sonríe de una manera casi perturbada cuando él logra eyacular, pasándose una mano por su rostro y otra por su cuello, en donde al día siguiente, las marcas de asfixia estarían más que claras al despertar y al trabajar y al conversar y al existir —básicamente—. Pero al rubio parece importarle tan poco aquello, que cuando él le habla aún en ese tono demasiado serio, sus cejas se suben como lo haría un niño inocente y sus labios se separan, demostrando una sorpresa que él no parecía esperar.
Ni mucho menos esa invitación que le hace y que le deja algo shockeado porque claramente, ni siquiera podía tener idea de qué se trataba.
— Habrá una especie de junta o fiesta de dominación y sumisión durante esta semana. Quizás quieras ir.
— ¿Yo?
MinHo alza una ceja y bota al condón en el basurero de a un lado. Coge sus bóxers desde el piso y asiente. Esto era solo trabajo. Se convence de eso y se sigue vistiendo, mientras las huellas de su mano aparecen en ese cuello desnudo en medio de ese cuerpo, aún completamente desnudo.
(Y se tienta. Vaya que se tienta. Es por eso mismo que quizás, esta invitación le convenía hacerla. Antes de alguien más, quisiera ganárselo).
— Papá no puede ir solo —le susurra, volviendo a jugar. Volviendo a tentarle y volviendo a ver como su cuerpo reaccionaba de inmediato ante simple apodo—. ¿O acaso no quieres ir con él?
TaeMin no duda cuando responde y no duda cuando abre las piernas y pide otra vez más. Otra asfixia más. Otro gasto más.
Otro...
— Quiero todo con Papi. Siempre.
Otro juego del que ambos habían decidido volver a caer.
*
Reconciliación mode on y se viene la reunión en donde todo se desata. HEHE. :)
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· Paradoja ·
FanficTaeMin persigue la paz con violencia y MinHo la entrega a cambio de dinero. Veintisiete años versus veintinueve, y TaeMin por primera vez, no tiene vergüenza de tener que pagar por sexo. Kinktober - 1 Drabble al día durante el mes de octubre.