Capítulo 10..

548 49 6
                                    

Park Ah Young era una estudiante de la prestigiosa academia de bellas artes y actualmente cursaba su segundo grado en artes gráficas, poseía, según los profesores y compañeros de clase unas manos mágicas que podían, en el dibujo más simple, dar vida y candidez a sus trazos, sus dibujos, tan llenos de virtuosidad eran verdaderamente un regocijo observarlos.

Sin embargo, su talento era reducido a nada sin el complemento de su basta y productiva imaginación, la cuál, al parecer, se había tomado unas largas vacaciones.

Ella era una chica tímida que vivía en una delicada burbuja en la cuál sólo cabían sus dibujos y... él, y precisamente él era único culpable que su mente se encontrase distraída y sus ojos fueran un río de lágrimas.

Anteriormente, bastaba con mirarlo de soslayo para que la inspiración se le subiese hasta los cielos, en aquellos momentos, no había nada que no pudiese ilustrar, los sentimientos que trataba de trasmitir en sus obras eran perfectamente palpables, y no había persona que no se cautivara con ellos.

Sin embargo, ahora, su muso, no estaba allí.

Y ella, sin él, no era nada. Su corazón estaba desquebrajado y su mente paralizada.

Soltó un suave suspiro y al enfocar mentalmente la imagen de su amor, sus ojos verdes se empañaron de sustancia salina.

Antes, su recuerdo traía consigo gratos sentimientos, ahora, netamente dolor; el saber que jamás volvería a observar el par de trozos de cielo que tenía por ojos le mataba lentamente el alma.

¡Crack!

El lápiz que sostenía con exagerada fuerza se partió en dos, y el sonido al fracturarse le sacó de sus divagaciones.

Sonrió amargamente limpiándose las lágrimas que corrían sin control y se puso de pie, dispuesta a retirarse del aula vacía.


***


Ah Young caminaba por los largos pasillos de la academia con la mirada gacha, y al pasar junto a una amplia aula, la número quince, se detuvo bruscamente, como siempre lo hacia, se había convertido en un especie de ritual desde la partida de su amor callado e imposible, ahora más que nunca.

Fijó su mirada jade en un pupitre, el segundo de la penúltima fila. Sonrió con melancolía.

Ese había sido el asiento de él, dónde tomaba sus clases de literatura y dónde ella lo miraba al pasar como su mas grande tesoro, inclusive, en más de una ocasión, él la había atrapado observándole, y en lugar de recriminarle, le regaló preciosas sonrisas que ahora guardaba recelosamente en su corazón.

Sin pretenderlo, su vista se desvió al pupitre de adelante; al primero, y su mirada endureció.

Aquél sitio solía ser el asiento de la persona que más repudiaba, si había alguien en el mundo que se ganó su odio a pulso, esa persona respondía al nombre de Xiao Luhan, el mejor amigo de su amor platónico..

Minseok.

Y también el cabrón que le arrebató la vida.

Pero, el odio hacia Luhan no nació cuando éste le dio fin a la vida de Minseok, el resentimiento se remontaba desde tiempo atrás, cuando se percató que su amor por Minseok no podría ser correspondido porque éste ya amaba al hermoso rubio de ojos violetas.

Gefängnis.. KailuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora