Con un semblante que no reflejaba nada, Sehun apareció en la entrada de la cocina; sigiloso, escuchó la revelación de los labios de su amigo mientras se miraban a los ojos, finiquitando el daño.
Irreversible, caminó hacia la espalda de Luhan; acarició sus hombros y le besó la sien. Esperó una reacción violenta, un golpe, quizá un intento de huída, pero el chico aún estaba con los pies enraizados, sin dar crédito.
— Es cierto — Sus palabras le perforaron los tímpanos. Su aliento quemaba. Luhan se apartó, observando a ambos hombres con una mueca del desprecio que apenas se forma, y aumenta a cada pulsación, hasta volverse insoportable.
— Son unos cabrones — Musitó, sin mover los labios, tampoco parpadeando, pues un afluente de lágrimas se desbordaría.
— También es cierto — Sehun encogió las espaldas, Da Long ahogó una risilla.
— ¿Todo éste tiempo me mentiste? ¡Te burlabas! Desde el café...
— ¡No! — Da Long se levantó, tambaleante y silencioso restó su presencia bajo la orden implícita en la mirada de Sehun — Fue coincidencia. Nunca mentí acerca de mis sentimientos o intenciones.
— ¡No te creo nada! ¿Por qué lo hiciste? — Sofocó una exclamación de horror — Me utilizaste para llegar hasta Kai ¿verdad? ¡Me usaste!
— No supe nada de ésta... Desagradable casualidad, hasta que te investigué, después de la zurra que te metió el muy miserable. Me enteré que estuviste en la cárcel y de tu posible relación con él. El resto me lo confirmó Da Long — Suspirando, de pronto, su rostro había envejecido algunos años. — Me lo tuve que tragar, todo, hasta que tú me lo contaras ¿sabes lo qué es eso?
Su voz adquirió tono de reproche, y sus ojos, los pozos oscuros, estaban en llamas. Luhan caminó hacia atrás, como un lobezno atrapado por su cazador. Todo pareció encajar.
— Kim Sehun — Dijo, entrecerrando los ojos. El apellido le sentaba, la sensación de colocar todas las piezas de un rompecabezas en su lugar, afloraba — Yo ya te conocía — Recordó, en un jadeo — Fuiste a visitar a Kai, te vi por un segundo y me pregunté por qué parecías tan molesto, por qué estabas con él... ¿Cómo lo pude olvidar? Y luego, cuando te vi en la cafetería sabía que te conocía de algún lugar, pero no recordé de dónde.
Observó a Sehun, tan claro, ¿cómo pudo cegarse?
— Yo nunca mentí, en cambio tú, aún creyendo que ignorabas de mi relación con Kai hasta hace días, aún así, me mentiste en todo..
Envalentonado, se irguió, acusando con índice y corazón directo al pecho. Sehun los sintió como agujas atravesándole — ¡¿Con que empresario, no?! ¿Señor Oh? ¡Maldito seas! — Escrutó su aspecto, lleno de desdén. El cabello engominado peinado hacia atrás, las facciones duras, los ojos vacíos que habían observado tantas personas antes de morir; llevaba una camisa sin mangas, pegada al cuerpo, sus tatuajes relucían como fuego en la oscuridad, y un pantalón gris, un tanto suelto, con sus manos en los bolsillos, relajado pero serio. Todo su ser gritaba peligrosidad, era igual que Kai, ni más, ni menos. Los mismos productos de una mente más siniestra, y sello en particular, por el que de una extraña y enfermiza forma, Luhan se sentía atraído.
— Lo hice por ti ¿no te das cuenta? — Sehun le sujetó las manos, con fuerza. — Éste apellido es una maldición y sólo tiene dos efectos en las personas: los atrae, o les aleja. Te oculté la verdad porque sabía que me abandonarías y no quería perderte.
Luhan se agitó, recargando su cabeza sobre el amplio pecho. Tenía razón, si hubiese sabido de su apellido desde el principio, habría salido corriendo sin mirar atrás.
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Gefängnis.. Kailu
FanfictionLuhan es un jovencito de apenas 18 años, todo en su vida es relativamente perfecto: estudiante modelo, gentil, adorable y simpático, pero tras una serie de circunstancias desafortunadas, injustamente, cae en prisión por homicidio; la prisión más pel...