Capítulo 29..

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En el silencio de la oficina, un hombre se hundió en el respaldo alto del trono, giró el imponente sillón para zafarse un poco de sus pensamientos. Por fuera, no mostraba ninguna emoción, por dentro, era un caos. Las poderosas pisadas de varios hombres cortaban cualquier atisbo de elipsis, a la distancia se alcanzaban a percibir y a cada paso, se fortificaban.

El hombre apagó una lámpara de mesa, sumergiendo su rostro en las tinieblas, la puerta se abrió y tres hombres entraron, dos de ellos cargaban al tercero con destemplanza, había confusión en ese rostro, también pinceladas de miedo, recorría con mirada ansiosa todo el lugar, esperando un ataque, uno de los hombres que lo arrastraba, se ensañó con su hombro y lo aproximó de un severo empujón a un escritorio; detrás, la figura que permanecía escondida en la oscuridad le observó abrirse el mentón cuando impactó en el filo del mueble. El desdichado cayó al piso, gimiendo de dolor.

– ¡Levántate! – Renegó el captor, hundiendo la punta del zapato en la boca del estómago del caído – ¡Que te levantes te ordeno! – Las costillas crujieron ante un nuevo golpe. El hombre que hasta ese momento había permanecido invisible, abandonó su asiento, y también la penumbra .

– Si le quitaras las esposas, Da Long, podría hacerlo – Se hizo notar con voz tibia, quizá un poco sazonada de burla. Da Long, el imponente abogado rubio, enseguida retiró los grilletes, igual de mezquino.

Zhang se incorporó a duras penas, estaba siendo devorado por la mirada felona del recién surgido, la voz pasiva del principio sólo fue un artificio. Yixing analizó su situación sin muchas esperanzas: a su espalda, un guardia custodiaba la entrada y el director de la penitenciaria había exhibido una actitud nada tranquilizadora hacia su persona, y lo más grave, sospechaba, se encontraba justo frente a sus ojos. Las palabras de advertencia de Kai emergieron en su cabeza, alertando.

– Finalmente tengo el disgusto de conocerte – Los ojos chispeantes recorrieron su figura, llenos de desdén – Tu servilismo hacia Kim Kai no es bien visto desde aquí.

– ¿Servilismo? – Interrumpió suavemente el chino – Señor, con todo respeto, los sirvientes al menos reciben paga y tienen elección. Yo en cambio, nunca recibí nada, y tampoco tuve opciones, lo que me convierte en un esclavo, lo admito. Fui prácticamente un esclavo de Kim. Todos adentro lo fuimos – "Te matará" Le había dicho Kai "Vendrá por ti, tienes que engañarlo" – Éramos subyugados por él y no hacíamos nada para impedirlo porque valorábamos más la preservación de nuestra vida.

– Tu amistad con Kai es bien conocida, no trates de engañarme disfrazándote de víctima – Objetó con los ojos más encendidos.

– Si usted llegó a tratarlo, sabrá que Kai y la palabra amistad jamás irán en la misma línea. Si yo tuve más acercamiento con él que ningún otro fue debido a nuestra celda compartida. Sólo por eso.

Sehun comenzó a andar en círculos, mirando el piso, como si se preparara para dictar un veredicto.

– Sé que escapó... – Retomó la conversación – Siempre hablaba de ello. Incendio, revueltas, escape... y venganza. Nunca lo creí capaz, sabía que estaba demente ¿pero intentar algo así?

– ¡¿Sabías que iba a escapar y no avisaste a nadie?! ¡Mátalo Sehun, es obvio que éste cabrón está de su parte! – Bramó Da Long.

– ¡No lo sabía! ¡Él nunca me confiaría sus planes, y yo nunca le hubiese creído! ¡Pensé que sólo exteriorizaba sus deseos por pura desesperación! – Sehun detuvo su caminata abruptamente y sonrió a la nada. El corazón de Yixing aumentaba en ritmo a cada segundo.

– Tiene lógica. Conozco a Kai muy bien, lo más razonable es que no revelara sus verdaderos propósitos. Es bastante desconfiado – Admitió, reflexivo – En fin, no tiene mayor importancia, no te mandé traer para preguntarte sobre su fuga – Yixing frunció el ceño, desconcertado – Háblame de Xiao Luhan y su relación con Kai.

Gefängnis.. KailuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora