Kai le dejó huir, no quiso detenerle y tampoco tenía deseos de hacerlo, no después de ver la expresión de congoja en su rostro, de observar la desilusión pintada en cada una de sus lozanas facciones, no quería que Luhan se percatara de su contrita reacción qué le costó mucho más de un segundo encubrir.
A pesar de ello, no demoró demasiado en llegar al orgasmo; el jovencito tenía cualidades difíciles de ignorar. Lentamente, Baekhyun se puso de pie y una vez sus miradas cruzaron, sonrió haciendo gala de todo su atractivo físico y sexual; se acercó a los labios de Kai cerrando los ojos y esperando el beso que nunca llegó. El ojigris colocó un par de dedos sobre la desesperada boca de Baekhyun que abrió sus ojos perturbado.
– ¡¿Es que acaso tengo pinta de marica?! – Refutó ásperamente provocando que el menor se intimidara, de inmediato negó con la cabeza. – Esto es lo único que puedes besar – Agregó apretándose el miembro con una mano, Baekhyun se mordió el labio inferior; estaba muy excitado con la actitud belicosa de Kai, le calentaba más allá de todo límite saber que no podría, ni siquiera adivinando, conocer la reacción que al siguiente segundo tendría: pudiera matarlo, dejarlo con las ganas o tomarlo como en ese mismo momento estaba deseando. Y es qué simplemente todo de él, le encantaba.
– ¿Y sólo puedo besarlo? – Le preguntó suavemente al oído comenzando a masajear el falo – Yo tengo una mejor idea – Dijo seductor al momento que se llevaba la mano libre al bolsillo de su pantalón y sacaba un pequeño paquete color metálico, lo abrió cuidadosamente con los dientes y sacó el condón qué desenrolló magistralmente sobre la erección de Kai.
No quiso pensar, mucho menos meditar sobre asuntos tan simples. El sexo era sólo eso y él, en ese preciso instante necesitaba de atención. No desaprovecharía al bello joven que se le ofrecía tan gentilmente.
Kai le arrebató las prendas hasta dejarlo desnudo y a su completa merced, sin embargo, su cerebro, por un momento le jugó una mala pasada. Inconscientemente creyó que bajo el uniforme burdo de la penitenciaria el cuerpo pequeño y frágil de Luhan lo recibiría, obviamente en sus ojos se reflejó un cuerpo, aunque, apetecible, muy diferente al que pensaba observar.
– ¿Qué sucede, no te gusta lo que ves? – Preguntó Baekhyun con fingido tono de preocupación. Kai salió de su estupor molesto consigo mismo. Le dedicó una mirada perniciosa.
En contestación volvió a halar su cabellera para estrecharlo contra la pared cubierta de baldosín vidriado. Kai tocó suavemente los duros y respingados glúteos rozando su pene desde los simpáticos hoyuelos de la espalda baja hasta donde ésta cambia de nombre.
– Ya que tanto lo deseas, te complaceré – Declaró y Baekhyun asintió ansioso.
No le avisó, tampoco lo preparó como era debido, sin embargo el joven de cabello ondulado lo sabía y no se preocupó, sólo se mentalizó en soportar el agudo dolor hasta que desapareciera lentamente y una agradable sensación lo sustituyese.
Así, respirando agitado contra la pared y los ojos humedecidos sintió el grueso miembro de Kai atravesar sus entrañas. Su carne se abrió recibiendo satisfactoria el falo qué laceraba y arremetía contra sus sensibles puntos que hacían del dolor la sensación más abrumadora y placentera.
Movió las caderas enérgico, fundiéndose en un ritmo inhumano y pidiendo por más entre palabras cortadas y gimoteos. Con una de sus manos comenzó a masturbarse y con la otra se frotó un pezón cuya argolla de plata lo atravesaba.
No importó que los prisioneros empezaran a llegar, algunos, temerosos, preferían huir, otros curioseaban por un momento y unos más atrevidos se quedaban aunque disimulando un poco. Baekhyun sonrió y gimió más fuerte e insistente, le agradaba así, que todos vieran quién era su amante para que nadie osara en ponerle una mano encima, que observaran y sólo anhelaran lo que nunca podrían tocar. Así era él; le fascinaba ser causa de bultos dolorosos en la entrepierna, pero sólo con algunos, se hacía responsable.
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Gefängnis.. Kailu
FanfictionLuhan es un jovencito de apenas 18 años, todo en su vida es relativamente perfecto: estudiante modelo, gentil, adorable y simpático, pero tras una serie de circunstancias desafortunadas, injustamente, cae en prisión por homicidio; la prisión más pel...