Capítulo 14..

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A pesar del invierno, la lavandería de la prisión era demasiado caliente y sofocante, especialmente en el área de secado, Luhan había pasado dos días consecutivos allí comprobando el porqué los reos deseaban cualquier trabajo menos el de lavandería y limpia de baños.

Para Luhan, el trabajo de sacar la ropa caliente, acomodar los calzoncillos, pantalones, camisas y sábanas por tallas y números habría sido más llevadero si como compañero de labor le hubiese tocado alguien más simpático.

El primer día su compañero no le dirigió la palabra, a pesar de compartir más de tres horas, el robusto hombre sólo parecía analizarlo e intimidarlo con su mirada estrábica. El segundo apenas le habló para cosas estrictamente necesarias y Luhan se apenó por no contestarle de inmediato, pero el hombre de vista bisoja no parecía dirigirse a alguien específico.

Y ahora, el tercero, no parecía ser diferente, al menos Luhan agradeció por ser el último, además de qué era insoportable seguir aspirando el olor nauseabundo que el hombre mayor despedía; todos sudaban a chorros, sin embargo "Fussion" (Como se había presentado) sudaba el doble de lo normal y el olor comenzaba a convertirse en imposible de tolerar.

Luhan tomó su botella de agua y bebió la mitad, fue en ese instante cuando casi se atragantó al escuchar la voz de Fussion dirigirse a él.

– Mis amigos dicen que eres demasiado bonito para ser hombre – Explanó con voz nasal. – Jino dice que tal vez eres una mujer desnutrida y falta de pechos haciéndote pasar por hombre...

Luhan se carcajeó por primera vez en la semana, abierta y largamente. Por un momento la estancia se llenó de paz con el ruido de risas celestiales, sin embargo a Fussion no le agradó mucho y lo observó con el entrecejo bien fruncido.

– Perdón... pero es lo más gracioso que he escuchado en días – Se sobó el estómago adolorido a causa del esfuerzo y agregó: – Puedes decirle a Jino que no olvide las revisiones antes de entrar, si hubiesen encontrado algo... inusual, me habrían mandado a la estatal femenina – Fussion pareció complacido y convencido con su respuesta y no volvió hablar por un rato.

En ocasiones parecía dispuesto a decir algo pero cerraba la boca, arrepentido. Al faltar un par de canastas de ropa por acomodar, Fussion se decidió a hablar.

– Te he visto... con Kim – Pronunció el apellido con cierto recelo y voz baja, en tanto, el ruido de las máquinas de limpieza se lo permitió. El semblante pacífico del rubio se tambaleó. – ¿Eres su amante o algo así? – Preguntó espontáneo.

– No – Respondió con tal firmeza que no le formó especulaciones.

– ¡Ah! ¿entonces te vende droga o contrabandea algo más? – Se emocionó. – ¿Puedes conseguirme algo de heroína? – Susurró, Luhan negó espantado.

– ¿Qué te hace pensar que Kim me vende drogas? – Se armó de coraje al pronunciar el apellido de Kai sin inmutarse y Fussion no pareció notar en absoluto, además que la perspicacia no parecía ser una de sus principales facultades.

– ¡¿Qué?! ¿eres extranjero o qué?, es un Kim qué es equivalente a drogas, putas, y armas – Suspiró complacido. – ¡Tres hermosas palabras! – gritó con júbilo.

Si, esos siempre habían sido los rumores, Sang Do en una ocasión se lo comentó, pero a decir verdad Luhan pensó que Kai era sólo un traficante de bajo perfil, o eso quería imaginar. Entre más desligado estuviese de tanta podredumbre todo parecía fácil de aceptar, pero al parecer, aquello iba mucho mas allá de lo que imaginó.

– No lo sabía... – El hombre lo ignoró, todavía con una gran sonrisa en su rostro, inmerso entre los agradables recuerdos.

– En una ocasión... – Retomó – Cuando había ganado buen dinero de un trabajito decidí gastarlo en algo que valiera la pena; me largué a un prostíbulo y allí me encontré un buen amigo que tenía años sin ver, él está bien relacionado y tenía una invitación extra para, según lo describió, "un lugar nada convencional" – Rió maliciosamente. – Fue cuando conocí a uno de los famosos centros nocturnos de los Kim, ¡ahh son únicos! Te atienden unas ricas rameras y por medio de ellas consigues todo tipo de drogas, además si se te antoja, puedes tirártelas hasta en la barra o en la pista de baile, todo es permitido – Pareció recordar algo y estalló en grotescas carcajadas. – Hasta la misma policía los frecuenta, esa familia los tiene bien comprados, es por eso que a todos nos sorprendió que un miembro de ella viniese a dar aquí – Luhan escuchó el relato sumamente impresionado, una historia inverosímil, sacada de una película hollywoodense, sin poder evitarlo, dudó de su cordura mental.

Gefängnis.. KailuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora