Seúl, una ciudad bastante ajetreada para cualquier persona donde el trafico era infernal los días de semana y a menudo podían verse personas corriendo desesperadas a la idea de reprimendas por llegar tarde a sus trabajos y estudios. Y más los días los días como este, los lunes siempre eran de lo peor, el transporte publico estaba a reventar y las personas no les importaba en absoluto de que forma llegar a su oficio, así fuese atropellando a alguien.
Bueno tampoco así pero casi...
A pesar de ser una mañana muy movida Min Yoongi un joven de 25 años con complejo de persona mayor se despertaba somnoliento y despreocupado con las sabanas todavía sobre su cuerpo.
- Aish... ¿Que hora es? - Dijo con una voz ronca y cabellos negros alborotados -.
De pronto Yoongi se sobresaltó al sentir bastantes rayos del sol por la ventana y miró el reloj de su pequeña mesa al lado de la cama que indicaba que eran las 9:44am.
- ¡Oh mierda, me lleva la que me trajo!
Yoongi salió despavorido al baño a asearse y arreglarse para abrir su pastelería que, sin embargo, no era muy conocida en su vecindario.
Se dio una ducha de agua fría o lo que más bien era para él "Agua congelada" aunque era una gran opción para despertarse de golpe. Luego del baño se miro en el espejo peinándose sus cabellos un poco mojados y dándose cuenta de las pequeñas ojeras que tenía aunque durmiese bien.
- Ando del asco, bueno tampoco es que vaya a ser un súper modelo - Se decía a si mismo en el espejo -.
Minutos después salió a su cuarto para elegir su vestimenta que constaba de unos pantalones oscuros junto con una franela afelpada color crema y zapatos beige. Cuando estuvo listo se dispuso a ir la cocina para prepararse una tostada con queso crema viejo que dejó en la nevera por dos semanas.
Se andaba atragantando pero ya era más que tarde y no podía darse el lujo.
Luego de terminar su tostada con sabor a gloria (nótese el sarcasmo), bajó por las escaleras hacia su tienda y acomodando todo en su interior abrió las rejillas que protegían los vidrios del local y las puertas de vidrio casi olvidando voltear el pequeño letrero que había en una de ellas, este decía de un lado "Hola" y del otro "Cerrado, no moleste".
Era un local pintoresco y algo pequeño, sus paredes estaban pintadas de un rosa pálido mientras que las mesas y utensilios eran color crema con bordes dorados. El pequeño edificio tenía dos pisos, la planta baja que corresponde a la pastelería y el primer piso que era el hogar del joven.
Se suponía que debía abrir a las 8:30 de la mañana pero gracias a ciertos contratiempos estaba abriendo a las 10am.
A Yoongi se le dificultaba un poco sacar las mesas que iban afuera del lugar junto con las sillas pero no se quejaba, le gustaba su trabajo.
Poco después se encontró barriendo la acera frente de su negoció mientras tarareaba una canción que había escuchado muchas veces de un vecino molesto.
- Tu, tu, tu, tu, tu, y el anillo pa' cuando~. - Susurró mientras movía un poco las caderas al ritmo de la canción - Ugh, ¿Cuando te saldrás de mi cabeza? Los latinos tienen canciones que se pegan como garrapatas.
Al mismo tiempo al otro lado de la cuadra había un muchacho corriendo como si no hubiese un mañana. Era alto, de tez pálida y cabello café oscuro, bastante lindo por cierto. Claro, este no le importaba a Yoongi hasta que chocó fuertemente con él, haciéndolo caer y quedar inconsciente sobre la acera.
-¡Oh! Perdone señor - El muchacho paró un poco para seguir corriendo pero al ver que el otro no se levantaba se acercó de nuevo angustiado - ¿Señor? ¿Hola? - Entró en un estado de pánico al notar un hilo de sangre en el suelo junto a la cabeza del extraño -.
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Sacarosa 🍰 [YoonKook/KookGi]
FanfictionUn día mientras un repostero llamado Yoongi barría la acera de su negocio siente un empujón de alguien, cae y es necesario llevarlo al hospital. Jungkook el culpable se hace cargo de todos los gastos, aunque al principio no se lleven muy bien... 🍰...