8- Dudas y confesiones

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Los siguientes días fueron relativamente tranquilos, Jungkook asistía a ambos trabajos con puntualidad y no había tenido más problemas en el gimnasio ya que el dueño no había estado allí durante ese tiempo.

En la pastelería ahora tenía diferentes tareas, un día le tocó servir como mesero, el tiempo ahí era primordial ya que la clientela estaba ansiosa por probar los magníficos postres que ofrecían.

Yoongi tenía unas manos increíbles para hacer dulces, también era rápido en atender las ordenes de muchas personas y mantener el orden. Definitivamente ese era su trabajo de ensueño.

En todo caso, Jungkook después de compartir el trabajo con su hyung tenía que ir directamente al gimnasio, no había tiempo para un almuerzo o algo parecido ya que ambas jornadas eran extenuantes. La mayoría de las veces no tenía problemas al no comer nada, podía manejar un poco su hambre en ocasiones de necesidad.

El ritmo del trabajo lo estaba cansando poco a poco, pero a sus ojos no era para tanto.

Entre tanto trabajo y tareas llegó la mañana del día sábado.

Jungkook se despertó y se levantó de la cama casi automáticamente, se dirigió a al baño para asearse y se miró al espejo.

Todavía tenía la mejilla maltratada con una herida en proceso de cicatrización, cada vez que miraba ese lugar le daban náuseas al recordar ese mal momento.

Al salir del baño fue a la cocina y comió un envase de maruchan que había comprado anteriormente, en realidad había adquirido cerca de una caja de estos para comer el resto del mes, estaban a buen precio pero desde luego el sabor no sería lo mejor, aunque su textura siempre estaba bien.

Después de todo las búsquedas en internet de "¿Como preparar maruchan barato o de mala calidad" habían servido de algo.

Ya totalmente alistado salió a la calle, la fría brisa del ambiente golpeaba su rostro y lo hacía estremecer de vez en cuando. Jungkook era bastante susceptible al frío y eso era algo que lo molestaba muchas veces.

No había tanto tráfico de personas por la calle, pues era un fin de semana por la mañana.

Acercándose al negocio pudo ver a Yoongi esperándolo, estaba totalmente vestido de blanco con su característico delantal del mismo color con bordes dorados.

A la imagen de Yoongi viendo el horizonte de perfil Jungkook no pudo evitar pensar que era lo más parecido a un príncipe de los cuentos de hadas, y no uno normal sino un príncipe de la nieve y el hielo. Su ahora cabello rubio junto a su piel pálida le daban un aspecto tan delicado y a la vez tan misterioso y que unido a su vestimenta contrastaban a la perfección. El ambiente frío y claro de la mañana le daban una sensación de estar en un sueño viendo un fenómeno maravilloso.

Quizás Yoongi no parecía un simple príncipe, sino un ángel.

- ¿Hola? Tierra llamando a estación numero uno - Yoongi estaba moviendo la mano frente a Jungkook sacándolo así de su ensoñación -.

- ¡Ah!... Hola hyung - Jungkook se había apartado de sus pensamientos bruscamente e instintivamente respondió - Eh... Estoy listo para hoy.

- Que bueno. - Respondió el mayor con una sonrisa - Hoy no creo que haya mucho trabajo pero mejor estar precavidos.

Ambos entraron y voltearon aquel cartel colgado en la rejilla que decía un "Hola" al reverso, a Jungkook le parecía bastante único ya que no decía "Bienvenido" como la mayoría.

La mañana pasó tranquilamente, Jungkook atendió un rato voceando fuera del negocio para llamar la atención y luego se dedicó a servir de mesero cuando Yoongi necesitaba ayuda.

Sacarosa 🍰 [YoonKook/KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora