Uno mas.

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Sigue Lidia. Sigue y no mires atras.

Mis pasos aumentaron de velocidad, odíaba estar donde estaba. El barrio oscuro donde me encontraba estaba completamente desolado, solo había de vez en cuando un par de borrachos que no mejoraban mi situación. Las calles a penas estaban iluminadas por las farolas que cada mil pasos decidían aparecerse dándome un rayo de esperanza para no morir aquella noche, sin embargo segun decidía seguir andado la luz volvía a comenzar a desaparecer. Cada vez que escuchaba algun ruido ligeramente sospechoso decidía aumentar mi paso ignorando cualquier tipo de sugerencias macabras que mi cerebro daba, sin mucho exito.¿Por que está Jungkook aquí?

Mi mente no para de divagar en las distintas posibilidades de como moriría en este lugar, pero sin embargo aquí seguía. Asustada como una ovejilla indefensa sin pensar en las consecuencias de mis acciones, pero no me importaba. En ese momento solo sabía que tenia que seguir hasta llegar hasta el lugar de la localización que me había mandado el chico.

El Google maps me avisó de que estaba a punto de llegar a mi destino con una voz robotica que casi hace que se me pase el corazón del susto. Solo tendría que girar por la derecha hacia el callejón oscuro de la muerte lleno de contenedores de basura y un montón de botellas y cartones esparcidos por el suelo. Mierda. ¿Seguro que esto era buena idea? No, no lo era... ¡¿Y por que entonces mis piernas se movían hasta ahí sin ni siquiera consultármelo?!

No me entendía ni a mi misma, pero parecía que seguía viendo a Jungkook de la misma manera que antes y no al borracho que ahora se mostraba ante mis ojos tirado en medio de aquel lugar con una botella de alcohol al lado.

Tenía la cabeza echada hacia atrás con los ojos cerrados, pero sabía que estaba despierto porque por sus finos labios se le escapaban unas cuantas palabras incoherentes. Llevaba puesto una chupa de cuero con una camisa de cuadros bajo esta y unos pantalones rotos por las rodillas. Su frente estaba ligeramente sudada haciendo que algunos mechones de su cabellera castaña se pegaran a su piel.

—Jungkook.

Mis palabras salieron solas. Y al segundo de hacerlo pareció que el tomó compostura. Lentamente se levanto, tirando con su pie derecho la botella de cristal que tenía al lado haciendo así que se derramara el poco liquido que quedaba de ella a un lado, pero no pareció importarle.

Era como ver un espectáculo. Una mera obra de teatro que el mismo Jeon Jungkook estaba representando para una de sus ARMYs, pero no era así. Esa era la realidad, ese era ahora un chico cualquiera, un borracho sin futuro. Un niño perdido que se acercaba a mi con paso lento y confuso sin comprender ni el mismo cuales eran sus intenciones, por que el Jungkook que yo conocía no era aquel chico,.

Sin saber como reaccionar esperé. ¿A que? No lo sabía. Solo miré como se acercaba a mi hasta quedar a unos solo centímetros de mi mientras que me observaba con la mirada perdida. Sus ojos castaños ahora se veían mucho mas oscuros por la falta de luz, pero no pude darme el placer de mirarle mucho mas tiempo por que no tardó en abalanzarse sobre mi rodearme con sus brazos como si fuera lo ultimo a lo que aferrarse.

Al sentir aquel repentino contacto mi primer impulso fue el de apartarme, sin embrago cuando comprendí que aquel gesto no era un ataque, si no un abrazo, tuve que mantenerme quieta

—Dime que eres real. —susurró con una voz suave en mi oreja haciéndome sentir culpable por comenzar a sentir un escalofrío en la nuca en aquel momento

—Lo soy. —me limité a decir manteniendo un tono tranquilo sintiendo como mis mejillas se tornaban rojas.

—Dime que es real lo que dices.

Poco a poco comprendí lo que realmente sentía Jungkook. Se sentiría confuso, perdido, mas de lo normal. No todos los días llega alguien diciéndote que en otra realidad tu vida de mierda estaba sustituida por otra llena de fama y amor. Aún no comprendía en profundidad que tipo de experiencias habría vivido Jeon a lo largo de su historia, pero no parecían demasiado encantadoras, por así decirlo.

¿Quienes sois?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora