Lagunas

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—Jimin... No te preocupes...— susurré en su oido.— Todo esta bíen.

El chico se separó ligeramente de mí para mirarme con los ojos llorosos. Estaba a unos escasos centímetros de mi rostro.

...

La luz del exterior era demasiado potente. Gruñi ante la angustiosa sensación. Me dolía la cabeza como nunca y hoy mas que otros dias los rayos parecían que se filtraban por la ventana solo para despertarme de mi perpetuo sueño. Me moví ligeramente tratando de liberarme de las sábanas pero al mínimo movimiento  mi dolor se incrementó.

Abrí los ojos un tanto confusa. ¿Donde narices estaba?

Este no era el sofá cama del sotano donde se supone que debería haberme despertado. Después de inspeccionar un poco mas la habitación me percaté de que, como sospechaba, estaba en una de las habitaciones con una cama de matrimonio, en concreto la de la primera planta. Si no me equivocaba aquí dormían Nam y Tae. La razón por la que los dos dormían juntos era por que a mi amigo se le ocurrió que a lo mejor en un fin de semana conseguía acercarse al miembro mas reciente para "animarle" un poco. Tae Hyung siempre parecía un tanto disperso.

Me levanté deshaciéndome de los trapos que me rodeaban mientras que agarraba mis sienes. Cuando estos cayeron al suelo sentí una brisa fresca recorrerme de arriba a bajo. Rasqué mi tripa subiéndome la camiseta blanca que me llegaba hasta los muslos. Es ahí cuando me dí cuenta de algo. Miré al espejo alargado que se encontraba junto a la puerta. 

Mi cara se contrajo en un gesto de sorpresa. ¿Por que llevaba esa ropa tan grande? ¿Por que parecía que un gato se había cagado en mi cara y después un camión había atropellado esa pedazo de mierda? y lo peor de todo ¿Por que no recordaba nada?

Me acerqué a mi reflejo negándome a creer que yo fuera ese ente monstruoso. Miré mis ojeras y todo mi maquillaje corrido.. Fué entonces cuando ví algo que no estaba preparada.

Me volví repentinamente haciendo que mi dolor de cabeza se incrementara, sin embargo lo pasé totalmente por encima. Me acerqué lentamente a la mesilla de mesa como si tuviese miedo de que algo me atacase, o peor aún, de verificar que era real.

Cogí con dos dedos la pequeña bolsa de latex sin creerme aún que no se hubiera desvanecido en el aire como el producto de mi imaginación que debería de ser.

—No...— dije levantándome soltando el condón usado donde lo había encontrado— no, no, no, no, no, no. Esto no está pasando.

Me alejé de la mesilla y comencé a oler las prendas que llevaba. Tanto el pantalón de chandal gris como la camiseta blanca emanaban un fuerte olor a tabaco, alcohol y perfume masculino.

Suspiré profundo tratando de recordar algo. Lo que sea, sin embargo lo único que se me ocurrió fué que los tres miembros que fumaban en el grupo eran Jungkook, que lo hacía solo casualmente, Yoongi, que no olía así ni de lejos y TaeHyung, la persona que dormía en esta habitación. 

—Ay no... No por favor.— cerré los ojos y suspiré lentamente— Lidia... ¿Que has hecho?

Quería tratar de buscar alguna explicación en mis recuerdos, que parecían haberse borrado dejándome solo con las pistas que había encontrado. Me dirigí a la puerta dispuesta a salir de ahí. 

No. No podía ser lo que parecía. No podía haberme acostado con Taehyung. Sentí como la angustia recorrió mi cuerpo. Era como si un cumulo de cosas se formaban en mi estomago y para nada mejoraba mi situación no ser capaz de recordar un puto detalle de esa noche. ¿Acaso de verdad había perdido mi virginidad a noche? ¿Que pasó exactamente? ¿Por que me sentía tan mal?

¿Quienes sois?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora