Poco a poco.

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Estaba en el sofá sentada. Sinceramente no sabía realmente que hacer, quizás por eso miraba cada cinco segundos lar redes sociales de mi móvil sabiendo que ya no había nada nuevo que revisar. Estaba nerviosa, no entendía cual sería el siguiente paso que tendría que dar.

Escuché como el sonido que provocaba el agua de chocando contra el plato de mi ducha se cortaba. Eso significaba que ya había terminado de asearse. Esperé unos minutos, atenta a todos los sonidos que podía interceptar con mi nada agudo sentido para seguir sus pasos sin verle. Casi podía visualizar como salía con el pelo empapado para pisar la moqueta del suelo mientras que cogía la to-haya para secarse su blanca piel. Como agarraba en aquel pequeño espacio la ropa sobre el bidé, que yo previamente había cogido prestada/robada de la maleta de Jungkook, para comenzar a vestirse.

Así, siguiendo sus movimientos con mi imaginación, fue cuando acerté al momento en el que la puerta se abrió, provocando de mi parte que me levantara repentinamente.

La imagen de Yoongi saliendo de mi baño con los pantalones de baloncesto de Jungkook y una de sus camisetas blancas me resultó simplemente inverosímil. Su pelo negruzco se pegaba entré si por el agua, pero de todas maneras se podía apreciar el generoso corte que yo le había dado. No soy peluquera, pero creo que no lo hice del todo mal. Ahora sus cabellos no llegaban casi por debajo de sus ojos, si no que simplemente se quedaban unos pocos centímetros debajo de sus gruesas cejas, permitiéndome ver así esos pequeños orbes que divagaban por todo mi piso. En cuanto su inmundo olor no me hacía falta acercarme a el para saber que se había eliminado, debido a que antes seguramente se olería desde donde yo estaba. Su pálida piel también parecía mas cuidada, de no ser por esos pequeños hematomas que brotaban de su piel o esas pequeñas rajas que decoraban varias partes de su cuerpo y que comenzaban a cicatrizar. 

—Wow.— dije sin cambiar mi seria expresión, viendo como el no se inmutaba ni un poco ante mis palabras.— Estas...— <<como un bombón>>—... bien.

—Gracias.— dijo con su voz grabe casi mas por las formas que por que estuviera realmente agradecido.—¿Donde dejo esto?— señaló al conjunto de telas que sostenía con una mano y que no hace mucho le vestían.

—Oh. Dame, voy a ponerlo a lavar.

Me acerqué a el y agarre sus ropajes para ponerlo dentro de la lavadora, con la montaña de calzones sucios de Jeon. Hablando de el me sorprendió que a mi llegada no estuviese. Parecía que desde que habiamos tenido aquella pequeña "regañina" habia decidido no volver a pesar el piso mas de lo necesario, y aún que comenzaba a darme cuenta de que estuviéramos enfadados no me agradaba para nada, en estos momentos me beneficiaba. Aún no le había dicho a nadie que había encontrado al quinto miembro. ¿La razón? Ni aún yo lo sabía.

Cuando dejé las telas me dirigí a la cocina para preparar agua hirviendo mientras que le ofrecía una taza de té, cosa que negó amablemente y que yo denegué a su vez amablemente obligando le a beber algo.

Me sorprendían bastante sus maneras. Por la situación del callejon y por el hecho de que en esta realidad fuera casi un yonki sin hogar y mal oliente pensé que también tendría que lidiar con el tema de su comportamiento. Pero no fué así. Yoongi seguía siendo tranquilo. A penas pronunciaba palabra alguna, solo cuando yo le hablaba. Se limitaba a asentir y de vez en cuando responderme con pocas palabras. En eso se parecía al Suga que yo solía conocer, sin embargo no parecía que le solieran dar pequeños espasmos que le hicieran ver como un niño pequeño. Tampoco le había visto sonrreir de la manera que yo tan bien conocía y que solía pensar que era simplemente perfecta.

Salí de la cocina con dos tazas. Cuando le vi de pié me resulto hasta incomodo. Parecía que el no sabía que protocolo seguir, y por lo tanto decidió quedarse quieto. 

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