¿Quienes sois?

En vuestro camino.

—¿Que?— preguntó repentinamente Nam

Los chicos se quedaron quitos, impactados por mis palabras. Efectivamente había dicho que no estaba de acuerdo con aquello. De repente no podía quitarme de la cabeza a aquellas chicas. No quería verles a ellos así. No podía soportar la idea de ver a Hoseok sin energía, con ojeras en los ojos, a Nam con moratones.

 A jungkook llorando.

No. 

Mi respuesta era no.

—No voy a firmar el contrato.

—¿Pero que dices Lidia?— dijo Jeon saliendo del circulo para acercarse a mí— Esto es por lo que hemos estado luchando.

—No. No hemos estado luchado para esto. Nuestro objetivo es hacer a la gente feliz con vuestro talento, pero no voy a dejar que eso sea así a costa de la vuestra.— los chicos me miraron— Mirar, JYP antes, cuando erais famosos, se conocía por básicamente tratar a sus idols como la mierda. Y hay algo que me dice que sigue siendo así— visualicé la mirada perturbadora del fundador de la empresa.— Creo que simplemente deberíamos seguir como siempre. Nos va bien. Deberíamos buscar una empresa pequeña. Una que trate a sus empleados como humanos y no marionetas.

—Lidia.— dijo Nam y me molestó enormemente la forma en la que dijo mi nombre, como si me tuviera que calmar—Siempre vas a ser nuestra manager.

—¿Que?— dije yo sin saber a que venía eso

—Que...— salivó inseguro antes de hablar— Que aún que dejes de ser nuestra manager oficial siempre te vamos a tratar como si lo fuereses. No te vamos a olvidar. 

Sabía que su intención era buena, pero lamentablemente su comentario me hirió más que otra cosa. Aquello no se me había ni pasado por la cabeza, pero lo que me molestaba era que sus palabras implicaban que me negaba a firmar por mi misma. Un mero acto egoísta por temor a quedarme sola.

—No... No lo hago por eso.

—Lidia, no pasa nada. Sabes que siempre vamos a estar ahí para incordiarte. Es lo que dice Nam. No te olvidaremos.

¿Que? ¿De que iba eso?

Algunos se rieron de la broma de Tae, pero por mi cabeza pasaba de todo salvo el humor. 

Mi corazón comenzó a latir muy rapido. Odié sentir como las lagrimas comenzaron a formar en mis parpados. No sabía si era quizás por el hecho de imaginarme los a ellos siendo básicamente esclavizados por la compañía o por escucharles decir eso. "No te vamos a olvidar" ¿Acaso no era muy pronto para una despedida?

Sabia que estaba dramatizando todo mucho, sin embargo no podía contener estos sentimientos.

—N-no...— me calle antes de soltar un sollozo— Tengo que irme.

Con lagrimas en los ojos salí del cuarto casi corriendo. Hice el camino que había hecho hasta aquí para llegar a la entrada, afortunadamente, sin encontrarme a nadie. Comencé a caminar sin rumbo mientras que comenzaba a llorar como una niña pequeña. Literalmente se me había plantado un problema y yo, sin pensarlo, había huido de el. ¿Podía ser más tonta? Cada paso que daba significaba alejarme más de la posible solución, sin embargo no pensaba volver atrás. Este conflicto estaba destrozando mi estabilidad emocional, lo que desembocó en un llanto incontrolable. 

No sabía a donde estaba dirigiendo, solo supe que la siguiente hora me vi a mi misma reviviendo una y otra vez esa escena. EL momento en el que Nam pensó que estaba pensando en mi misma. Como me miró como si creyera ver a alguien que por su bien afectaría el de otros. ¿Me daba miedo que se olvidaran de mí? Claro que si. Pero jamás interpondría mi felicidad con la de alguien que quiero. Tampoco pude evitar pensar la forma en la que básicamente se estaban despidiendo de mi. ¿Acaso cuando empiecen a ser famosos va a ser así? Un "no te vamos a olvidar". ¿Acaso ya había empezado ese proceso?