Taehyung estaba en su bar favorito de Corea del sur, Seúl, mientras disfrutaba de un Jack Daniels a su gusto. Iba por el cuarto trago y aún no se sentía mareado, odiaba ser resistente al alcohol. Pidió un quinto y se lo llevó el vaso a los labios.
— ¿Despecho? — le preguntó el cantinero. Él negó, pero asintió. — Ya veo, necesitarás algo más fuerte que un Jack Daniels.
— ¿Qué tanto hablas? Tráelo. — le dijo Taehyung frotándose el rostro.
Se giró en el taburete y miró hacia la pista. Vio a chicas bailando y también vio chicos, pero ninguno era Jungkook. Después de esa despedida hace un año de ese hospital, Taehyung no se sentía tan bien después de todo. Tenía pesadillas aún con su padre. Seguía haciéndose daño a él mismo y eso hacia que sus lágrimas fueran de dolor. Él estaba herido y necesita a Jungkook para cerrar esa herida. Porque si estaba enamorado de él. Pero, otra parte de su mente, quería hacerlo sufrir, quería hacer que sintiera el dolor por el que pasó él. Quería hacer el amor, pero también quería follarlo. Taehyung estaba cuerdo, pero su mente — demonios, lo controlaban — a veces se desubicaba.
— Aquí lo tienes, te ayudará. — le dijo el cantinero, mientras le ponía el vaso de vidrio con una nueva mezcla de alcohol en la barra.
— Ojala no me estés drogando, porque te arrepentirás. — él cantinero le sonrió y Taehyung también.
— ¿Cura cualquier herida? — dijo Taehyung.
— He escuchado que te lleva al cielo.
— Lastima, quiero ir al infierno. — el cantinero río.
— Te gustará. — le dijo el cantinero y Taehyung cogió el vaso y lo alzó a la altura de sus labios.
— Salud. — dijo él y tomó el primer sorbo. Sacudió la cabeza cuando se tragó el liquido agrio y ardiente. — Si que está fuerte.
El cantinero le dio una última sonrisa y se fue. Taehyung tomó otro sorbo y sacó su teléfono, miró sus mensajes y no había nada. Llamadas perdidas, tampoco tenía. Todo lo habían olvidado.
Cuando Taehyung decidió escapar del hospital, se topó con Seokjin y lo ayudó a salir del país. Era corrupto, el desgraciado. Desde ahí, ninguno de los dos se volvieron a encontrar. Taehyung, seguía recordando la noche en la que Jungkook y él estuvieron juntos. En ese momento le hubiese dicho lo que sentía, pero él era malo. Venía de una familia siniestra y asesina. ¿Cómo un ángel podía aceptarlo? Eso pensaba antes de que supiera la verdad de él. Jungkook estaba enfermo, al igual que él. Eran la pareja perfecta, dos enfermos contra el mundo. Pero, ahora, solo era uno contra el mundo. Hasta que se enteró que su amor tenía otro amor. ¿Qué lindo, no?
— ¿Seguirás ahogando tus penas en alcohol, Taehyung? — dijo una voz que no escuchaba hace mucho. Taehyung miró hacia el dueño de la voz y abrió los ojos casi saliéndose de sus órbitas. — Hola, Taehyung. ¿Me extrañaste?
Fue ahí, cuando sintió sus parpados pesados y se desmayó en la barra.
Horas después, abrió los ojos con dificultad y se frotó el rostro. Su cabeza empezaba a doler y su cuerpo estaba adormitado. Miró a todos lados percatándose de en qué lugar estaba. Se dio cuenta de que estaba en una habitación de hotel y soltó un suspiro. Arrugó el ceño cuando escuchó el inodoro ser descargado. Se levantó de la cama y caminó un poco hacia la puerta. Vio la perilla ser girada y la puerta ser abierta. Su respiración se cortó al verlo de pie frente a él con una sonrisa de oreja a oreja.
— Despertaste. — le dijo sonriendo y le pasó por al lado. — Deberías dejar de beber solo, cualquiera podría drogarte. Y cuando digo cualquiera, me refiero a mí. — soltó una carcajada.
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𝐃𝐞𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫: 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐫 ⇢𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍⇠ 🅒 ²
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA! Después de la "muerte" de Jimin. Jungkook trata de hacer su vida normal como le había dicho su hermano, pero lo que él no sabe es que el futuro le tiene preparado cosas horribles y dolorosas. Yoongi ha entrado en el juego de Jimi...