El amigo de Papá

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Una tarde, mientras un Park Jimin de once años, disfrutaba un helado con su padre. Caminaba tomado de la mano de él, mientras le daba una que otra lamida al helado de vainilla. Su padre, quien lo miraba de reojo, mantenía una sonrisa fija en los labios al ver que Jimin se divertía.

—¡Papá! —lo llamó Jimin. —¿Por qué no trajiste a Kookie? Él deberá estar muy enfadado contigo por solo traerme a mí a comer este delicioso helado.

El hombre le sonrió y dejo de caminar. Se colocó frente a su hijo y se arrodillo frente a él para que Jimin pudiera verlo al rostro.

—Hoy veremos a un amigo mío. —sonrió su padre. —Él es muy bueno, además, tiene un hijo. Es un poco mayor que tú. Tal vez algún día te lleve a su casa.

—¿Por qué? —Jimin le dio otra lamida al helado que se estaba derritiendo. —¿Es ese? Lo he visto en tus fotos de cuando eras niño. —dijo Jimin, señalando al hombre de camisa blanca con pantalones oscuros que caminaba hacia ellos con una sonrisa extraña.

El hombre se levantó del suelo y sonrió ante su amigo. Jimin los vio charlar por unos minutos, mientras que él se fue a sentar en una de las bancas del parque cuando sus piernitas ya no daban con él. Se había manchado sus abultadas mejillas de helado y trató de buscar algo que limpiarse. Optó por su camisa. Mientras se limpiaba, vio de reojo al amigo de su padre acercarse a él. Jimin dejó la camisa con una pequeña mancha de helado blanco. El hombre le sonrió y se sentó a su lado.

—Tú debes ser Jimin... —Jimin asintió y su cabello negro se movió cuando movió la cabeza. —¿Quieres otro helado? —preguntó el hombre al darse cuenta que ya se había terminado el de vainilla. Jimin abrió sus ojos casi saliéndose de sus órbitas y asintió varias veces con la cabeza, mientras sonreía. —¡Vaya! Veo que te gustan muchos los helados, ¿Cierto?

—¡Sí! Mi favorito es el de vainilla y el de mi hermano Jungkook es el de menta. ¿Sabe? Él tiene gustos extraños. No es igualito a mí, creo que no es mi hermano. —Jimin se encongió de hombro haciendo reír al hombre que tenía a su lado. Jimin buscó a su padre con la mirada, pero no lo vio. —¿Y mi papá?

—Oh, fue a hacer una llamada. Regresara pronto. Así que debemos ir por ese helado, ¿Quieres? —Jimin asintió y se bajó de la banca. El hombre se levantó de ella y le agarró la manito a Jimin para ir por ese helado.

Mientras caminaban, Jimin sintió la curiosidad de preguntarle por su hijo.

—Señor..., papá me dijo que tenía un hijo. ¿Cómo es él? —preguntó Jimin. El hombre lo miró y le sonrió.

—Bueno..., él es mayor que tú. Tiene 16 años y se porta muy mal. —Jimin arrugó la frente.

—¿Por qué? ¿Roba cosas? —El hombre negó.

—No hace lo que quiero...

—¿Y qué quiere usted? —Jimin lo miraba detenidamente.

El hombre dejó de caminar formando una de las sonrisas más extrañas para Jimin, una que jamás había visto o conocido. Se arrodilló ante él y le acarició la mejilla con delicadeza. De pronto Jimin se sintió un poco incómodo.

—¿Qué te parece sí vamos mejor por un dulce? ¿Te gustaría? —Jimin borró su sonrisa.

—¿Papá cuando vendrá? —preguntó mirando a todos lados en busca de él. Volvió a mirar al hombre, quién tenía una sonrisa cínica en sus labios.

𝐃𝐞𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫: 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐫 ⇢𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍⇠ 🅒 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora