Seguirás siendo mi pesadilla

3.9K 487 48
                                    






































Hace un año, Park Jimin se encontraba recorriendo las calles de New York. Vestía de traje negro y llevaba un cigarrillo en sus dedos. Dejó escapar el humo que había estado guardando y este salió en una fina nube de humo blanco. Jimin soltó un suspiro y dejó caer el cigarrillo en el pavimento del suelo. Lo pisó con la suela de sus zapatos y se metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

Caminó por la calle viendo las tiendas en la hermosa e iluminada noche de las calles de New York. Escuchaba risas, música y una que otra discusión. Se sentía bien. Algo que nunca había sentido. Se sentía libre y tenía poder de su propio cuerpo sin que nadie le dijera que hacer o dejarse hacer. Apresuró su caminata y se detuvo frente a un local de letras neón. Pues las vitrinas estaban llenas de grafitis de dibujos obscenos y groserías.

Jimin observó su reflejo en el vidrio y se peinó su cabello negro hacia atrás. Ladeó la cabeza cuando vio detrás del vidrio a una chica pelirroja que lo observaba con mucha atención. Ya que en su rostro se podía notar la pregunta de "¿Quién será aquel"? Jimin, solo entró al local sin mirar atrás.

—¿En qué lo puedo ayudar, señor? —preguntó la chica, a la hora de ver a Jimin entrar por la puerta y hacer sonar las campanas.

Jimin le dio una sonrisa de oreja a oreja y su mente le trajo un recuerdo de una chica pelirroja a su mente. La noche que buscaba de su hermano, había estado vigilando entrar y salir de la universidad. Lo había visto fumar e irse a moteles con Hoseok. Lo había visto estudiar y una que otra vez verlo masturbarse pensando en Taehyung. Jimin tenía a su hermanito bajo la manga.

—Quiero hacerte un par de preguntas, linda. ¿Puedo? —Jimin se sacó las manos de sus bolsillos y se acercó al mostrador de la chica.

El local tenía un aspecto rústico y bastante callejero. Pues había una gran colección de bebidas fuertes y había un letrero que decía "Tattoos". Jimin le sonó aquella idea.

—¿Viene por una buena bebida o un tatuaje? —ella se movió el cabello hacia atrás.

Jimin apoyó los codos en el mostrador y abrió las palmas para poner su mentón encima de ellas y ver más de cerca a la chica.

—¿Qué me surgieres? —dijo él.

—Tienes rostro de ser un chico inocente, pero agregó me dice que escondes algo... —se lamió el labio. —Dos de dos. Trago y tatuaje. Te haré un 20% de descuentos.

Jimin soltó una carcajada.

—¡Vaya! Eso no se ve todos los días. —dejó de apoyar los codos en el mostrador. —¿Quién será mi tatuador?

La chica se levantó de al parecer un taburete y bajó de el. Rodó el mostrador y se detuvo frente a Jimin extendiéndole la mano.

—Soy Rosé, tu tatuadora. —sonrió.

Jimin le estrechó la mano.

—No tienes ningún tatuaje, linda.

—Los tengo en las partes ocultas, cariño. —Jimin levantó una ceja.

—¿Ah sí? Sí quieres me los enseñas. —bromeó.

Rosé rio y lo enseñó el camino a la habitación para tatuar. Pero, antes de que Jimin decidiera seguirla, se aseguró de ponerle el "cerrado" a la puerta y bajar la persiana de color morado. Siguió el pasillo que ella le había indicado hasta dar con su lugar.

𝐃𝐞𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫: 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐫 ⇢𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍⇠ 🅒 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora