14. "Los enemigos de mis amigos son mis enemigos."

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— ¡Neithen! ¡Regresa ahora! — el coach del equipo contrario comenzó a gritarle al chico que estaba frente a mí. Mientras movía sus manos con desesperación y hacía sonar su irritable silbato por todo el pasillo.

— Soy Neithen. — el chico sonrió y sus ojos verdes le brillaron a pesar de la tenue luz. Debía sacarme por lo menos dos cabezas de alto, su cabello negro se le venía a la cara y el sudor le empapaba cada rincón de su cuerpo.

— Soy Mía. — estaba jugando con fuego y me iba a quemar. No quería quemarme. Pero si tenía frío podría acercarme.

— Mucho gusto. — el chico volvió a sonreí y en sus costados aparecieron dos hoyuelos.

— ¡Neithen! ¡Ven aquí! — el coach cada vez estaba más enojado y él era mi única salvación, para dejar de hablar con el enemigo.

— No será la última vez que nos veamos. — el chico sonrió y se colocó de nuevo el casco. Me hizo una breve reverencia y salió trotando. Que manía de sonreír todo el tiempo, a mí se me entumen las mejillas.

Y sobre vernos otra vez, por mí bien espero que sea la última. La sed de me había quitado, sin embargo ahora tenía antojo de otra cosa. Ummm quizá un chocolate.

Fui a la máquina expendedora y marque el número correcto, tome mi chocolate y me marché. Apenas llegué el partido volvió a comenzar, la tensión era notoria estábamos en el tercer cuarto e íbamos perdiendo. Por mucho. New York Times nunca había perdido y realmente no creo que está sea la primera vez.

— ¡Axel! ¡Que te sucede muévete! — gritaba Shopia a mi lado.

— ¡Saquen a las animadoras! — gritaba Kill a mi otro lado.

Y era verdad, si los chicos del americano estaban distraídos, las chicas animadoras no sabían ni cómo se llamaban. Los movimientos que antes habíamos ensayado ahora se les da pésimo. Hasta Diana y Elisa tienen el pulso tambaleante. Supongo que estaban nerviosas, así como todo el instituto.

— ¡Vamos! — Kill y Shopia gritaban sin éxito.

Serpientes rojas había anotado de nuevo. Axel se quitó el casco y miró hacia la tribuna, nuestros ojos chocaron y le dedique una sonrisa. Su mirada paso por Shopia que ahora tenía la cara entre las manos y Dan que le estaba dando besos en el cuello. Después estaba Kill con la cabeza apoyada en la mano izquierda y el banderín en dirección contraria, ajena a la mirada de Axel se veía aburrida y perdida, Andrew estaba atento en el marcador, supongo que esperaba que cambiará mágicamente a un doble de puntos.

Pero la magia no existía.

Axel volvió a colocarse el casco, sonrió en nuestra dirección y apunto a nuestros asientos. Axel nos dedicaba lo que restaba del partido, Axel estaba jugando por nosotros. Sus amigos.

~°~

¿Que la magia no existía?

Disculpa pero sí.

En los últimos minutos que quedaban Axel y su equipo lograron recuperarse notablemente, aunque no del todo. Faltaban unos cinco minutos para que el partido terminara y los marcadores iban empate. Era ahora o nunca, si tenían un arma secreta debía ser el momento de utilizarla.

— ¡Vamos Axel! — le animaba desde las gradas. Yo y unas doscientas personas del instituto, claro está.

— ¡Hazlo por nosotros! — gritaba Kill a mi lado.

Un chico que llevaba el número 65 lanzó un pase. Axel lo agarro en el aire y comenzó a esquivar al equipo contrario... Vamos Axel un poco más...

El tiempo del partido se iba acabando, las esperanzas iban muriendo...

— ¡Si! —– los gritos de celebración no se hicieron esperar.

Axel había anotado, segundos después el silbato sonó, anunciando que New York times tenía otro triunfo. Otro triunfo patrocinado por Axel. Nos quedamos cantando la usual frase de celebración y después decidimos retirarnos.

— ¡Vamos por hamburguesas para celebrar! — les grité a los chicos después de salir de las gradas.

— ¡Claro! Llevemos a la estrella del partido. — Axel iba pasando con el casco en la mano y el sudor escurriendo por todo su cuerpo.

— ¿Vienes Axel? — pregunto alegremente Shopia.

— No gracias, Drew dará una fiesta en honor al triunfo. Lo siento chicos. — Axel pasó a nuestro lado y Diana tras de él. Y Tras ellos todo el comité periodístico listos para entrevistar a Axel y que les de la noticia de su nueva novia.

— Las hamburguesas no se irán a ningún lado. — Andrew se dio media vuelta y todos lo imitamos.

— ¿Mía? — la voz la reconocí al instante.

Oh no. No soy tuya, gracias siguiente pregunta.

— Si. — sonreí levemente. No se me daba coquetear así que solo intente ser amable.

— ¿Quieres ir conmigo a tomar un café? — mire fijamente a Kill y luego a Shopia tratado de que alguna de las dos me salvará.

— Lo siento chico lindo, Mía viene con nosotras a comer hamburguesas. — Kill fue la primera en reaccionar y me jalo un poco. Agradecí internamente.

— Oh, bueno quizá la siguiente vez. — el chico, creo que era Neithen se fue muy triste.

Quizá hubiera aceptado, perdieron y se sentía mal. Aunque por otro lado, por las miradas que se lanzaban entre Axel y él eran casi mortales. Y Los enemigos de mis amigos son mis enemigos.

Ley de supervivencia.

~°~

— Entonces mis padres que también son tus padres regresan mañana. — explicaba tratando de razonar.

— ¡Exacto Mía! – Edward aplaudió en mi cara y luego subió los escalones de dos en dos, obviamente aún extraña a Elisa. Pero yo que culpa tengo. Para nadie es novedad mis problemas de atención.

— Bien, creo que es momento de sentarme a ver el Netflix. — me dije para mí misma.

Caminé al refrigerador y tome un litro de helado, después me senté y comencé a ver mi serie que tenía pendiente. Era obvio que me faltaba alguien, alguien que me recrimine hasta el hecho de respirar mientras pasa una escena interesante. Falta la molestia que hace odiarla cada vez que habré la boca para opinar. Me falta mi mejor amigo.

Pero quizá sea solo porque no tengo una vida social, quizá eso hace que lo extrañe. Tome mi celular dispuesta a marcarle a alguien que quiera pasar su tarde de sábado viendo series y comiendo pizza.

En mi menú principal me aparecía una nueva solicitud de amistad. Releí bien el nombre antes de aceptar la solicitud.

Neithen, Neithen Duffel.

Pues dejaré de ser antisocial por lo menos una vez.

De: Neithen Duffel.

Para: Mía Edison.

¿Qué tal tu sábado?

Decidí esperar un tiempo para contestarle el mensaje, aún me sentía mal por haber cruzado dos palabras con el enemigo de Axel. Aunque claro el me cambio por Diana, así que no puede culparme. Pero soy buena persona y no haré eso.

Bloqueé el celular justo a tiempo para no caer y seguí viendo mi serie. La cual cada vez se volvía más y más interesante.

De: Neithen Duffel.

Para: Mía Edison.

¡Ey! Soy el chico con el cual te topaste en el partido.

Sonreí abiertamente, era el segundo mensaje que me mandaba en menos de cinco minutos. Quizá no sea mala persona.

Aunque...

Nono me va a castigar la señora nube.

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora