4. " Chico rudo con corazón de pollo."

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— Mía Edison, mueve tu grande trasero de la cama. Hoy es un día especial. — las palabras sonaban como un eco, que poco a poco se iba haciendo más claro y podía escuchar atentamente. Axel estaba en mi casa. Otra vez.

Ayer, después del incidente del bus Axel desapareció toda la tarde, mientras que yo centre mi cerebro para resolver la tarea de cálculo diferencial que se estaba volviendo mi pesadilla andante.

— ¿Qué quieres? — le lancé una almohada a la cara.

— Conseguí entradas para el circo del terror. — inmediatamente el sueño me abandonó y mis ojos saltaron. Ahora mismo pensaba que estar en mi casa era una completa pérdida de tiempo.

— ¿Es una broma? ¿¡Como los conseguiste!? — mis gritos resonaban por toda la casa y ya casi podía sentir los reclamos de Edward en mi oído.

— Andrew me marco en la noche, la pelea que tuvo con Kill fue muy fuerte. Sin embargo, al final se "arreglaron" – hizo un énfasis en la última palabra. – Pero Andrew se siente culpable y como Kill, Shopia y tú querían ir al circo del terror lo vimos como una buena oportunidad de salir a divertirnos. — fingió emoción, ¿Axel y el terror? Es más fácil que apruebe un examen sin estudiar.

— Oh si, recuerdo vagamente que en la madrugada contesté una llamada de Kill llorando y quedándose dormida al teléfono. — hablé recordando.

— Vamos, será divertido. — habló con sarcasmo.

— ¿Lo dice el chico que se hace pipí en los pantalones siempre que intentamos ver una película de terror?

Recordé la vez que fuimos a ver la película de Halloween el origen y casi nos sacan por los gritos agudos de Axel. Él nunca se ha considerado un gran fan del terror.

— No podría dejarte sola, además iremos juntos los seis. — Axel sonrió mostrando sus perfectos dientes blancos alineados y sus hoyuelos que salían raramente.

Me dediqué un segundo a observarlo, sus ojos color café claro, sus pestañas largas y levantadas, su lunar justo arriba de su boca. Y Su cabello negro azabache despeinado por culpa de su cama. Sabía perfectamente que era un playboy, pero detrás de toda esa mierda de estereotipo se escondía un chico vulnerable, un chico sensible, un chico con sentimientos. Detrás de todo se escondía el, se escondía mi mejor amigo.

~°~

— ¡Chicas! Tengo que hablar a solas, ¡De problemas de chicas! — Kill llevaba aproximadamente veinte minutos haciendo énfasis en las palabras "cosas de chicas". Y Los chicos solo estaban dando avión y haciéndose los mensos.

— Que quiere que se larguen porque nos va a contar algo que no quiere que ustedes escuchen, imbéciles. — Shopia explotó y se dio una palmada en la frente, como si fuera lo más normal del mundo. Esperen si lo era.

— Las chicas andan es sus días, adiós. — susurro demasiado bajo (tanto que solo lo escucho una cuadra de la colonia) Axel. Y desapareció entre la multitud de la cafetería.

— Axel. — le recrimine, pero ya era demasiado tarde.

— Adiós. — hablaron los otros dos y siguieron al chico de cabello azabache.

Una vez que los chicos de camisa blanca se marcharon. ¿Les conté que venían de meseros? Bueno, historia para al rato.

Kill casi se suelta en llanto.

— ¿Que ocurre Kill? — pregunto Shopia hincándose a su lado.

— Ayer... Ay...er.. — la voz de Kill se quebraba a medida que iba hablando. Los nervios se me ponían de punta ¿Habíamos hecho mal en irnos?

— Tomate tu tiempo pequeña. — le hablé palmeando su espalda.

— Siento... Necesito... — dio un largo y sonoro suspiro y siguió. — Ayer, unos momentos antes de que Mía y Axel llegaran al coche. Andrew estaba muy serio, bueno todo el día lo estuvo. Me animé a preguntarle y solo me ignoro. Después, después, me dijo que que que me quería. Me quería pero no en plan de amigos, me quería para algo estable. — las lágrimas caían a cantaros por las mejillas de Kill. — Saben que no podría aceptar su propuesta.

Me partía el corazón verla tan desecha, puesto que Shopia y yo éramos demasiado sensibles, la mayoría de cosas nos afectaba directamente. Pero siempre teníamos a Kill, ella siempre permanecía serena y fuerte, no le gustaba que la vieran llorar y sin embargo sabía que podía contar con nosotras.

— Yo no lo quiero para ser algo más o no lo sé, siento que nuestro amor solo es de amigos. Pero no quería romper su corazón y con esto, romper nuestra amistad. Ahora todo será distinto, la incomodidad será algo cotidiano. Yo tenía miedo de que nuestra amistad acabará y vean, estoy ahora con el corazón roto contando como rompí a otro corazón. — sabía que Kill se estaba esforzando por contenerse demasiado.

— ¡Ey! Chicas en verdad las entendemos, pero necesitamos irnos ahora o perderemos nuestros lugares. — Dan se acercó lentamente.

— ¡Andrew! ¡Dame las llaves de tu coche! — le grité alejándome unos pasos de Kill.

— ¿Para qué? — enarco una ceja y le dedique una sonrisa inocente.

— Las chicas nos iremos aparte. — sonreí y él puso los ojos en blanco, resopló y saco de sus pantalones de mezclilla negros, dos llaves largas y plateadas. Las lanzó en mi dirección y con un movimiento rápido (casi como el de los Power Rangers) logré atrapar el pequeño llavero en las manos.

Sonreí triunfante y pase a su lado con Kill y Shopia por detrás, claro que esta última se detuvo a depositar un largo beso en los labios de su amado. De verdad que sí los dulces no me mataban ellos si me mataban de diabetes.

— Gracias. — habló Kill una vez que los chicos se hubiesen marchado en el auto de Dan y nosotras caminábamos hacia el auto de Andrew. El instituto tenía dos aparcamientos y regularmente a Andrew le gustaba el principal, mientras que a Dan le gustaba el trasero, el que está alejado de todos. ¿Por qué será?

— Vamos a espantar tus tristezas. — Shopia nos abrazó por los hombros.

Shopia podría llegar a ser una piedra en vuelta en un cubo de hielo que nunca probó el rayo del sol. Pero en el fondo era buena persona, sus ojos verdosos, su cabello negro azabache cortado levemente arriba de los hombros su cuerpo marcado por todo el ejercicio que algún día llego a realizar en sus trece a quince años. Por problemas articulares se tuvo que retirar de sus entrenamientos. Shopia es demasiado divertida. Sus gustos son demasiado extrovertidos, es sensible pero no deja entrever más de lo necesario en su vida. Como un enigmático misterio que no quiere ser revelado y sin embargo aquí está, sacando su corazón para apoyar a una de sus mejores amigas.

— Las amo squad. — sonrió Kill, sorbiendo su nariz y haciendo desaparecer poco a poco sus lágrimas.

— ¡Eh! La nostálgica cursi soy yo. — hablé sonriendo.

Entre anécdotas de nuestros años pasados y planes para un futuro, llegamos al coche de Andrew y un par de canciones después ya estábamos frente a él circo del terror. A mí me gustaban bastante las cosas de terror, aunque al otro día estuviera desconfiando hasta de mi propia sombra. Lo que más me gustaba de todo el asunto era que Axel siempre estaba conmigo y que siempre se asustaba. Podía tener una cara de chico rudo, pero en realidad tenía un corazón de pollo recién nacido.

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora