22. "Es tan mala, casi como la pizza con piña."

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— Acabó de hablar con Diana y tiene justamente dos horas para después regresar a su entrenamiento. Y tú te irás con ella.

— No quiero. — me crucé de manos e hice un puchero.

— Entonces no vas con Neithen. — Axel sonrió triunfante.

— Jaja, muy gracioso. — espete con sarcasmo y metí a mi boca una hoja de lechuga.

~°~

El tick tack del reloj retumbaba en todo el salón de artes visuales, mientras que yo rezaba porque el reloj se parara y con el todo el tiempo. Sin embargo, sabía que eso era imposible. El tiempo no volvía para atrás ni podía detenerse.

Por lo que sólo me quedaba morderme las uñas sin esmalte, los próximos quince minutos. Y luego tendría que ir a una cita cuádruple con mi mejor amigo, su enemigo y su novia. ¿Qué podía salir mal?

— Guarden sus cosas y los veo la semana entrante. Mañana no pienso venir. — el maestro se desesperó de nosotros y nos corrió exactamente diez minutos antes de que la chicharra sonara.

Bendito día para que el maestro nos dejará más tiempo libre. Sonreí sarcásticamente.

— ¿Nos vamos Mía? — pregunto Kill a mi lado.

— Lo siento chicas, tengo que atender algo. — Shopia se excusó y salió corriendo del salón.

— Esa chica anda muy rara. — Kill me explico.

— Lo siento Kill, tengo una cita. — me encogí de hombros y agaché la mirada. No era bueno mantener contacto visual cuando Kill se enojaba.

— Yo te llevo. — Andrew estaba escuchando la mayor parte de nuestra conversación detrás una butaca.

— Gracias por espiarnos. — sonreí con sarcasmo.

— ¡Mía! ¡Si no nos vamos ahora no vamos a llegar! — Axel me tomo de la muñeca y me jalo bruscamente, haciendo que casi perdiera el equilibrio, no lo perdí, sin embargo si choque con alguien.

— Lo siento. — me disculpé.

— Perdón, es mi primer día y no sé dónde es la salida. — frente a mí un chico....

— ¡Que te ayude Kill y Andrew! — Axel se paralizo cuando vio de quien se trataba pero intento disipar su presentación y salió como alma que lleva el diablo.

Al llegar a las escaleras de la entrada, Diana ya estaba parada recargando su peso en una pierna y portando impecable el uniforme negro con blanco de las animadoras.

— Perdón por el retraso. — se disculpó Axel al llegar al lado de Diana. Está le dio un tierno beso en la boca — yo me quedé observando, como el mal tercio que era.

— ¡Mía! — entre la multitud de personas bajando y queriendo abandonar la escuela por lo menos unas horas. Divise a Neithen agitando su brazo en el aire.

Tenía puestos unos jeans negros rasgados a la altura de su rodilla, una chaqueta de cuero negro y unos tenis blancos. En su mano izquierda traía su casco. Esperen... ¿Un casco?

— ¡Eh! Mía, ¿Por qué no te cambiaste? Tenemos entrenamiento después. — al parecer Diana apenas se había dado cuenta de mi presencia.

— Puedo cambiarme cuando regresemos. — me encogí de hombros, puesto que en mi cabeza sonaba a una idea más factible para comodidad. Deje a los tortolos hablar y caminé al lado de Neithen.

— ¿Por qué no se adelantan ustedes? Mía y yo llegaremos más tarde. — sonrió Neithen con extrema amabilidad. ¿Debería preguntarle sobre el beso del que tanto parloteaban mis amigas?

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora