37. "Te odio, te odio porque eres el chico perfecto."

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— A ver no, no puedes culpar a un perro por ser más hermoso que una chica. — Andrew se encogió de hombros y le sonrió a Kill, quien no parecía estar tan feliz con la noticia que había recibido hace unos minutos.

— ¿¡Pero Mireya te quería!? — le grito Kill.

— Pero es que ella no me importa. — Andrew se recargo sobre uno de los casilleros, más específico en mi casillero.

— ¿Y el perro sí? — las mejillas de Kill adquirieron un tono carmesí, su piel era blanca por lo que cualquier emoción que tenía, se representaba inmediatamente en su rostro.

— El perro me ama, diva. — Andrew puso una mano en forma de diva y nos sonrió.

— Mireya si te ama, ahs. — Kill se cruzó de brazos y se quedó callada, señal de que ya no iba a regañar o rogar más.

— ¡Ey chicos! Hoy en mi casa a las cuatro. — les sonreí a todos tratando de aligerar el ambiente.

— ¿Por qué? — me preguntó Shopia que se había mantenido al margen de la situación por hablar con Dan y besarse antes de que las clases comenzarán.

— Tengo que darles una noticia muy importante. — mis ojos iban de persona en persona por todo el pasillo tratando de encontrar a Axel y en parte evadiendo las miradas interrogativas de todos mis amigos.

— No pienso ir con Andrew hasta que se disculpe con Mireya. — Kill se cruzó de brazos y soltó un gruñido.

— Ya me disculpé, quedamos como amigos. — Andrew se rio por lo bajo y Kill lo codeo.

Últimamente Kill intenta conseguirle pareja a Andrew para que este se olvide de ella, pero aquí entre nos...No esta funcionando.

~•~

— Mía, tienes demasiada cantidad de azúcar. El experimento no te va a salir. — solté un gruñido para la profesora de química. Que en realidad nada tenía que ver con mis problemas personales, pero me tenía que desquitar con alguien.

En la mañana Axel llegó a nuestra butaca que compartíamos juntos y me dijo simplemente:

<<Seré equipo con Diana, lo siento>>

Quería reclamarle y decirle que no me podía dejar sola, ya que éramos un número impar y una persona no tenía pareja. Todas las demás parejas ya estaban por terminar el experimento y yo seguía enfrascada en la parte de medición, Axel era bueno en eso.

— ¡Chicos! Una pequeña pausa. — la maestra nos interrumpió y por una vez en mi vida seguí las instrucciones. Me había hartado de que siempre fuera o más o menos. — Hoy tendremos un nuevo alumno que vino de intercambio. — la maestra se movió de lado para que el chico que estaba detrás de ella pudiera pasar.

Axel estaba sentado en la butaca de enfrente con Diana a un lado y sentí como todos sus músculos se tensaron al verlo parado ahí.

— Puedes sentarte a un lado de Mía. — dijo la maestra restándole importancia mientras revolvía unos papeles.

Puse los ojos en blanco, era de esperarse. Mientras Neithen se acercaba a mis todas las chicas suspiraban alrededor de él, como si fuera la última coca del desierto.

— Hola, Mía. — Neithen me sonrió como si nada hubiera pasado entre nosotros.

Lo saludé con una inclinación de cabeza y seguí en lo mío, tratando de encontrar la medida perfecta.

~•~

— Es que no entiendo. — Shopia estaba a mi lado viendo su calificación final del trimestre de inglés, en donde no había corrido con tanta suerte.

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora