32. "Olvido, lagrimas & un buen vaso de vodka."

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— ¡Y entonces yo le dije! ¡Quesadilla con queso! — Axel seguía riéndose de su propio chiste que hizo desde que salimos de mi casa.

— Jajaja, amor te falta un tornillo. — veníamos de regreso a nuestras casas.

Astrid nos convocó para que aceptáramos formalmente el contrato con el señor, que al parecer era su tío. No quise comentar nada más en honor a Astrid y me reste a escuchar el aburrido discurso del señor y los comentarios estúpidos de Diana y Elisa detrás de mí.

— Axel, me puedes dejar aquí para que vayas a dejar a Diana. — me había cansado de ser el mal tercio.

— Está bien. — dijo con indiferencia. Axel aparco su auto en una cafetería y me baje. Observé cómo el Mercedes prendió su motor y giro en dirección contraria.

A veces me sentía tan culpable de haberme enamorado de una persona que ya tiene dueña. Pero luego recuerdo que mi amor nació mucho antes de Axel y Diana fueran algo y se me pasa. Es una reacción natural que lamentablemente no podemos controlar, solo aprender a vivir con ello.

Metí las manos a mi sudadera y comencé a caminar rumbo a mi casa, arrastraba los pies con pereza mientras observaba a cada persona detalladamente, imaginando su vida y sus problemas, sus logros y su estado de ánimo. Solamente me bastó un minuto para dejar el juego y que me pensamiento viajará directamente a Axel.

Sabía que estaba mal sentir amor por mi mejor amigo, pero al corazón no se manda y esto tenía que pasar. Aunque yo tenga el poder de parar está locura que solo se ha formado en mi mente, me rehusó.

Sé que esto solo puede acabar mal para una persona y sé que esa persona soy yo, pero no quiero aceptarlo. Algo de mi dice que luche por mis sueños y la parte contraria dice que deja a Axel libre, si regresa es mío si no nunca lo fue. Y tengo miedo de dejarlo, porque sé que no es mío. Pero estar con él se siente bien y si quiero seguir así debo eliminar el sentimiento que me produce estar cerca de él.

~•~

— ¡Pareces una bolsa de basura! — dijo Kill mientras se tapaba la boca con ambas manos para retener más carcajadas.

— ¡Y tú una envoltura de regalo de Navidad! — se defendió Shopia mientras le sacaba la lengua.

Yo como siempre permanecía lejana, escuchando sus típicas conversaciones sin participar en ellas. Porque a mí, me gusta ver el mundo arder pero no arder en él.

— ¡Pero qué apoyo! — al fin me decidí a quemar un poco.

— ¡Y tú pareces una mariquita! — me grito Shopia enojada. Bueno, ahora si estoy ardiendo con el mundo.

— ¡Pero si yo no estoy jugando! — me defendí.

¿Ven porque no me apetecía jugar en su guerra mundial?

— ¡Pues entonces no te metas! — ah claro, ahora sí un equipo.

— ¡Ya sigan en lo suyo! — puse los ojos en blanco y seguí observando su pelea.

Si solo era una fiesta. Una fiesta más, una borrachera más, una recaída más, un momento para alejarse de tener contacto con la realidad.

~•~

— ¡Si movieras tu trasero! — Kill movía un poco a Shopia en dirección hacia el frente.

— ¡Chicas, ya! — Andrew estaba furioso mientras apretaba el volante con cierta fuerza.

La idea de venir cinco chicos en un mismo auto demasiado pequeño, no era la mejor manera de dar inicio a la fiesta.

— ¡Amargado! — le grito Shopia y se cruzó de brazos.

Las chicas seguían luchando por un brazalete que encontraron "tirado" en mi casa, Dan y Andrew hablaban sobre el entrenamiento y después estaba yo, físicamente presente y mentalmente ausente.

Desde que Axel tenía novia sentía que algo me faltaba, si apartamos toda la mierda que siento por él, era como mi hermano mayor y el chico que me salvaba de ser el mal tercio como en estos casos. Centre mi vista en mirar el paisaje a través de la ventanilla. Dicen que las lunas de octubre son las más bonitas, rellenas y gigantes.

Viendo la misma luna desde puntos completamente diferentes, yo estoy aquí, atrapada en un automóvil que no es apto para cinco chicos y él está con Diana, está siendo feliz con su novia. Supongo que debo de darme cuenta que mis sentimientos deben morir, es por mí bien, es por el suyo y por el de nuestra amistad.

Mire a los chicos, ellos sonreían como si no tuvieran ninguna preocupación, ¿Porque no podía unirme a ellos?

Estaba cansada de que mis pensamientos viajarán solamente a Axel. Debía de ponerle fin a esta locura, aquí justo ahora. Había tomado una decisión, olvidaría a Axel me cueste lo que me cueste.

Fue entonces que el coche aparco y todos pudimos bajar y salir de ese "bonito" encierro.

— ¡Vamos por la comida! — les grité sonriente. Decidida a dejarme de preocupaciones y pensamientos absurdos, solo por una noche.

— ¡Abandonemos a Mía! — gritó Shopia a mi lado y todos se movieron, perdiéndose entre la multitud.

Vaya amigos que tenía.

Arrugue la nariz y me recrimine el hecho de ser tan así, tan yo que a veces podía costar a las demás personas un tanto desesperante.

No iba a entrar en depresión, porque ellos me querían. En el fondo de su corazón. Muy en el fondo.

— Lo siento. — me disculpé instantáneamente cuando sentí un cuerpo tras el mío.

Quizá no debió importar porque todas las personas de la fiesta pasaban a nuestro alrededor y chocaban nuestros músculos con los suyos. Pero aun así sentí la necesidad de disculparme. Los modales hacen a la mujer.

— No hay problema. — el aliento a vodka me inundó las fosas nasales, a pesar de que el chico que tenía delante de mí era unos centímetros más alto que el mío, su aliento chocaba con mi cara. – Tú, tú te me haces un tanto conocida. — el chico me señaló con la mano derecha, en la izquierda una botella de vodka.

— Soy Mía. — me encogí de hombros. A veces podía ser tan cortante, pero es que no podía ser amiga de cualquier chico que se encontrará en una fiesta en la cual apenas había visto un par de veces al anfitrión. O sea su soy capaz, pero no con él. No me da buena espina.

— Soy... — sus palabras se vieron interrumpidas por Cristian, el chico que preparaba las bebidas de todas las fiestas que hacían.

— ¿Quieren un poco? — extendió su charola y nos ofreció unos pequeños shots.

El chico misterioso lo acepto y se llevó el líquido a los labios, yo lo traté de imitar. Pero apenas el líquido entro en contacto con mi garganta la picazón y el ardor no se hizo esperar. Y un segundo después tenía ganas de más, no sé qué era esa mezcla extraña pero debíamos admitir que era adictivo.

Si había tomado una decisión, debía ejecutar un plan para llevarlo acabó y aquí estaba yo, no tenía ni idea que el vodka podría ser la mejor solución para olvidar a alguien. Aunque nadie me advirtió que si pasas del límite para la cuenta, tendrás que pagar. Tendrás que pagar reviviendo todos los momentos que pasaste con él, a su lado.

Tienes que revivir que no eres lo suficiente para ser su novia, por eso tienes el título de amiga y en el peor de los casos "mejor amiga".

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora