35. "Tu mejor amiga, la que se emociona por las gomitas en forma de tiburón."

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— Axel, ¿Podrías bajar la velocidad? — le cuestione mientras la velocidad había subido considerablemente y Axel no había vuelto a abrir la boca.

— Lo siento. Mía, es solo que pensar en eso me hace sentir mal. Lo tuvimos todo y nos quedamos en nada por su estúpida culpa. Después de eso el señorito traicionero se fue con sus protectores al norte de la ciudad y pensé que la distancia sería una manera de apaciguar la llama de la traición y decepción que flameaba en nuestra relación. Pero me equivoqué, tuve que seguir viéndolo a la cara, en varios encuentros con él por los equipos, era como una maldita maldición. Siempre y a todos lados a los que iba, Neithen tendría que estar en el equipo contrario. — se toma un momento y aparca enfrente de la casa de mis padres. — Por eso te digo, como tú mejor amigo que él no es buena compañía. — Axel sonrió y me miró una fracción de segundo.

Sus músculos se notaban relajados y su respiración se había normalizado, bien por lo menos no habíamos tenido un accidente y llegue en una pieza a la puerta de mi casa.

— Sabes que su karma le llegará, ¿verdad? — le sonreí. — Algún día pagara por la traición y ustedes ya pudieron demostrar que fue posible levantarse.

— Lo sé y si no, tendré que usar identificaciones falsas y llamarme karma. — Axel se comenzó a reír, esa sensación de alivio me invadió también y me uní a su coro de risas. Eran estos momentos los que nos hacían ser quienes somos, era estar así cuando me daba cuenta éramos compatibles en el sentido de amigos y la pregunta que me hacía constantemente era ¿Y cómo algo más?, ¿Arruinaría todo lo que somos?

~•~

— Pero esas no tienen relleno agridulce. — Axel se cruzó de manos e hizo un puchero.

— ¿Y Las que tienes en la mano, ¿sí? — le cuestione alzando una ceja. Literalmente eran las mismas.

— Tampoco, pero eso no importa. — Axel se encogió de hombros y siguió buscando en la dulcería unos dulces (valga la redundancia) especialmente gomitas que se adaptan a sus necesidades. Todos los que yo le decían parecían ser erróneos y después tomaba exactamente los mismos que yo había tomado antes y decía que eran los mejores del mundo. En definitiva, no comprendo a los hombres.

— ¡Amor! — de haber tenido algo en las manos se los juro que ya la habría atacado. Unas cucharas... a lo mejor.

— Diana, ¿Qué haces aquí? — Axel se acercó a ella y la levantó en un tierno abrazo rodeando sus caderas.

Ya me había tardado en ser el mal tercio. Sonreí un poco con desagrado y traté de darles privacidad.

— Hola Mía. — Diana se acercó a mí para saludarme y yo le correspondí por educación. Queriendo saludarla con un pisotón en sus tacones.

— ¡Mía! — volteé y parados justo en la puerta de la dulcería, estaba Shopia, Kill, Dan & Andrew saludando en mi dirección.

Bendita suerte la que me cargó. Bueno realmente no tanto.

— Me voy a adelantar con ellos. — me despedí de la gran parejita y me fui con mis amigos.

— Maldita arpía. — Kill la fulminó con la mirada mientras se cruzaba de brazos.

— ¿Arpía? ¿Qué es eso? — le pregunté frunciendo el ceño.

— No sé, lo leí en un libro y me gustó. — Andrew soltó una pequeña carcajada que puede interrumpida por un golpe en las costillas.

— ¿Qué hacen aquí? — cuestione.

— Fuimos a tu casa para pasar un día de amigos, pero no estabas y tu GPS nos condujo hasta aquí. — Shopia se cruzó de brazos imitando a Kill.

— ¿Cuál GPS?

— El que Axel te instalo para.... — Dan comenzó a hablar, pero fue interrumpido por un pistón de parte de Shopia.

— Siempre te metes en problemas y preferimos tenerte segura desde nuestros dispositivos. — hablo atropelladamente Kill, pero yo ya sabia a quien culpar.

— ¡Axel! — le grité furiosa mientras lo buscaba por todo el local, solo para darme cuenta que se había marchado con Diana. Dejándome sola, con nuestros amigos. ¿Hubiera hecho lo mismo si ellos no hubieran llegado? ¡Que enojada estoy!

— Mía, escucha... — Kill frotó mi hombro tratando de darme fuerzas.

Sabía que mis amigos ya sospechaban que Axel me gustaba. No por ser obvia, sino porque los conozco y a la inversa.

— ¡Gomitas en forma de tiburón! — y no bromeaba. Tampoco quería evadir la realidad, pero eso era verdad.

Apenas pude mantener contacto visual con Kill cuándo las gomitas hicieron su aparición flotando a un lado... ¿Flotando?

— ¿Gomitas de tiburón? — Shopia me miró como si estuviera loca.

— ¡Bienvenidos a la dulcería más esplendorosa de todo el mundo! — nos saludó una chica vestida con caramelos, ya saben lo normal. Con un vestido que se adornaba con bombones, de su "playera" colgaban paquetes de panditas & de sus piernas paletas selladas.

— Les dije que está dulcería no era segura. — nos comentó en un susurro Andrew. — Un amigo se murió de venir aquí.

— Pero, ¡qué dices! — le grito la chica a Andrew y lo tomo de las manos. — ¡Hoy es nuestro aniversario y tenemos que festejar! — la chica le sonrió a Andrew y este se removió incómodo.

Kill saco su celular y comenzó a grabar la extraña escena.

— ¿Aniversario de qué? — le cuestione con alivio de que mis problemas se hayan desviado de ser el foco de atención.

— De que abrimos está fantafulosa tienda. — la chica lanzó un poco de diamantina comestible, haciendo brillar nuestros cuerpos.

Después de eso, puedo confirmar en que no creo que le paguen lo suficiente.

— Muy cool la tienda y todo, pero no dan nada gratis. — Axel regreso a nuestro lado. Un suspiro de alivio se posó en mí, Diana no estaba con él. ¿Ya la dejo en el bote de la basura?

— ¿Sabes que te puedo dar gratis? — la chica sonrió y dio vueltas en su lugar, dejando libre a Andrew y este corriendo a refugiarse tras las espaldas de Kill que misteriosamente era mucho más pequeña que ella y, por ende, no lo alcanzaba a cubrir.

Axel alzó una ceja y se cruzó de brazos posando su peso sobre su pie izquierdo.

— ¿Qué me va a dar gratis? — cuestionó Axel.

Solo faltaban unas palomitas para completar la perfecta escena de una película de terror cuando el protagonista comienza a tener sucesos paranormales y en vez de dejar todo por la paz o no ir a lugares peligrosos, va y pues ese es el trama y drama.

— Te leeré las cartas. — y ahora el espectro es una bruja. Sip, sin duda alguna puede pasar como una escena de alguna película.

— Acepto. — Axel nunca había creído en lo paranormal por lo que le fue fácil aceptar. Una vez vimos un programa de televisión donde la que lee cartas tenía un aparato auditivo que le permitía comunicarse con hackers que buscaban información personal de la persona y desde entonces creció su escepticismo por ese tipo de cosas.

Shopia, Dan, Kill, Andrew y yo que hasta ese momento estábamos estáticos comenzamos a seguirlos una vez que emprendieron marcha a quien sabe dónde.

— Solo puede venir él. — exclamó con seguridad la chica y todos nos paramos de golpe e intercambiamos miradas. ¿Y si se lo roba?

— ¡Si necesitas algo gritas! — le grité a Axel a pesar de que no había mucha gente aquí.

Suspiré pesadamente y al ver que no podíamos hacer nada decidimos dispersar. Obviamente yo tenía que comprar las gomitas que había visto antes así que salí corriendo a buscarlas. Las encontré y tomé una bolsa pequeña para comenzar a poner muchos tiburones que pronto serían devorados por mí. Estaba tan concentrada en mi misión, que no me di cuenta cuando un par de pasos se acercaron detrás de mí. No me di cuenta hasta que estuvieron a mi lado y la chica misteriosa de vestido de dulces, habló.

— Es ella, ¿No? Tu mejor amiga, la que se emociona por las gomitas en forma de tiburón.

Les prometo que si voy a pagar.

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora