23. " Mía en estos momentos me estas escribiendo."

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— ¿Por qué dijiste eso en la cafetería? — le pregunté a Neithen una vez que volvimos a aparcar pero ahora frente a la heladería.

Sus músculos se tensaron y su nerviosismo en la voz lo delato. — No sé. — el chico se rasco la nuca.

¿Acaso conocía a la rubia?

Después de ver esa escena de romanticismo Neithen y yo decidimos que lo mejor era darles su espacio privado e irnos a otro lado. Lamentablemente mi cuerpo quería helado y al comentarle a Neithen, este me trajo a la heladería a la que siempre solía venir con Axel. En parte me puso un poco triste no tener a un chicle pegado a mí como solía estarlo, era como si lo hubiera traicionado por no haberlo traído, aunque mi otra parte sonreía y se ponía alegre. No siempre íbamos a estar juntos y es muy lindo que haya encontrado a alguien (que no me gusta para nada con él) que "lo quiera". Axel se ve feliz y su felicidad es lo que importa, aunque no sea a mi lado.

— ¿Tenías clases libres? — le pregunté a Neithen tratando de hacer tema de conversación.

— Nunca me ha interesado asistir a las clases. — entramos al pequeño local y nos sentamos en una mesa al fondo.

Que sincero.

— Ou, pues cuéntame algo sobre ti. — recargue mi cabeza sobre mi mano derecha. Queriendo imitar una pose de novios goals.

Aunque me hubiera gustado que fueran tres mesas a la derecha y que no estuviera Neithen sentado frente a mí, si no Axel.

Maldita sea, tengo que dejar de pensar en él. Esto ya es una obsesión.

— Me gusta no seguir el guion robotizado que las personas quieren aplicare con toda la sociedad. — debo admitir que eso fue lo más interesante que dijo en toda la cita.

La cita había sido demasiado aburrida, quizá para Neithen no porque se la paso riendo y haciendo chistes sin gracia más para el mismo que para compartir conmigo, además parecía cuestionarme en gran parte mis acciones y comentarios y cuando era mi turno de rebatirle algo él se hacia el desentendido.

Después una chica de cabello negro llegó a nuestra mesa para pedirle descaradamente su número de teléfono a Neithen mientras estaba hablando conmigo y adivinen que, si Neithen le hizo más caso a ella que a mí.

Me levante al baño para no interrumpirlos, pero regrese casi al instante porque olvide el móvil en la mesa.

— Creo que es momento de irme. — avise viendo todas las llamadas perdidas de mi mejor amigo.

— Claro. — Neithen se pone de pie y la pelinegra nos abandona, paga lo que consumimos y deja una considerable propia. — Déjame llevarte Mía. – Neithen intentaba ser amable conmigo, según él, pero realmente no quería aceptar su ayuda.

— Puedo caminar. — me encogí de hombros sin ánimo, no me apetecía llegar al entrenamiento después de una fracasada cita.

— Te digo que te llevo. — Neithen me apretó el antebrazo izquierdo con fuerza, al momento en el que reprimí un grito.

— ¡Ey! ¡Te dice que la sueltes! — mi ángel guardián había llegado y me jalo para protegerme. Que buena protección.

— Tú no te metas en esto Smith, no tienes derecho. — Neithen dijo el apellido de Axel entre dientes.

— Mia es mi mejor amiga, así que te puedes marchar Neithen. — Axel estaba rojo de cólera y observaba directamente a Neithen a los ojos.

Axel era unos tres centímetros más alto de Neithen. Sin embargo la impotencia que este emanaba le daba un poco de ventaja.

Para ti mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora