Introducción

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La cafetería no estaba demasiado llena aquel día de verano. Tan sólo había un par de parejas en el lugar, degustando su almuerzo, o por lo menos tomando una bebida mientras disfrutaban tranquilamente de la tarde en compañía de la otra persona.

Hoseok no había podido evitar detenerse frente al lugar, observando hacia adentro, como si buscara a Yoongi en la mesa de siempre, a la espera de que llegara, siempre con su semblante serio, desinteresado. Era como si lo único que quedara de él fuera el fantasma de los recuerdos, el cual se encontraba presente en todos los lugares en los que el chico había estado. Hoseok estaba seguro de que podía verlo en el parque también, recargado sobre un árbol, tomando un helado, o sobre el patio de su casa, acostado en el pasto, mientras miraba al cielo y se quejaba de todo.

Las vacaciones casi terminaban y él no había dado razones de vida todavía. Lo peor fue cuando se enteró de que Minho había muerto, pero no miró a Yoongi durante el funeral, sino que sólo estaban sus padres ahí y los demás familiares, pero su amigo nunca llegó. Preguntó por él, pero sus padres le dijeron que sólo los llamó para avisarles acerca de lo de su hermano y volvió a desaparecer, sin decir más, sin dar explicaciones acerca del lugar en el que estaría entonces.

—¿Hoseok? —escuchó que de repente alguien le hablaba, pero no tuvo que voltear para reconocer esa voz.

Era Jimin.

—Hola —lo saludó con una sonrisa, pero el otro incluso se acercó a darle un abrazo.

Hoseok le correspondió y disfrutó del momento, pues no lo había podido ver durante el verano, y Jimin en serio se miraba bien. Había teñido su cabello de nuevo, pero esta vez era de un color negro profundo.

—¿Qué tal las vacaciones? —preguntó, intentando no parecer nervioso o emocionado de verlo.

—Estuve en Daegu con la abuela —contestó el otro, felizmente.

—Eso suena genial —dijo cortésmente.

Fue entonces que la sonrisa del otro desapareció, y bajó la mirada.

—Preguntamos por él un par de veces, pero nadie lo vio —le dijo, y Hoseok supo que se refería a Yoongi —. Nos enteramos de lo que pasó con su hermano y visitamos a su abuela, pero ella dijo que no lo había visto desde el invierno pasado.

—Si él no quiere que lo encontremos, no aparecerá —murmuró el chico, pensando en ello —. De todas formas, ¿cómo está Jungkook? Él parecía tener muchos problemas emocionales cuando lo vi por última vez.

—Mis padres lo enviaron a un retiro para jóvenes con problemas de drogas —respondió el azabache, sonriendo —. Regresó hace una semana. En serio lo extrañé, pero fue por su bien. Ahora parece más animado.

—Me alegra escucharlo —murmuró, sonriendo también, más por la sonrisa de Jimin que por sus palabras.

En ese momento se quedaron un momento en silencio, como si no hubiera más qué decir, pero se miraron el uno al otro, y Hoseok no pudo evitar pensar que incluso se veía mejor que antes.

—¿Tienes tiempo? —preguntó entonces el joven —. Podemos tomar algo si quieres —ofreció.

—Oh, no... en realidad yo... —se encontraba diciendo Jimin, pero fue interrumpido por alguien que lo abrazó por detrás.

—Te encontré —dijo la otra persona, y entonces plantó un beso en la mejilla de éste, sorprendiendo un poco a Hoseok, quien sólo miró la escena con un signo de interrogación en todo su rostro.

—Hola —lo saludó Jimin, sonriendo tímidamente, hasta que pareció recordar que Hoseok estaba frente a ellos, y entonces hizo que su acompañante se pusiera a su lado —. Hoseok, te presento a Taemin; Taemin, él es Hoseok —los presentó amablemente.

Euforia (Vhope/Hopemin, Yoonkook, Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora