Euforia (Vhope/Hopemin, Yoonkook, Namjin)

21. Despierto

[Baekhyun]

Al principio, todo estaba oscuro, no podía sentir ni escuchar absolutamente nada, y la penumbra era infinita. Yo mismo vagaba por la niebla a mi alrededor, sin encontrar ninguna salida, sin escuchar absolutamente nada. Estaba totalmente solo, me encontraba irremediablemente condenado a quedarme en las sombras, y temí que fuera para siempre.

Sin embargo, en algún momento vi un rayo de luz y lo seguí. "No vayas hacia la luz", dijo una parte de mí, porque tenía la banal creencia de que quizás eso significaría la muerte, pero nada más me importó. Tan sólo quería dejar de sentirme solo, de sentirme frustrado, asustado, indefenso, destrozado. Cualquier cosa era buena con tal de salir de este lugar.

Fue entonces que abrí los ojos y por un momento sentí que me ahogaba, que no podía respirar, por lo que comencé a retorcerme en mi lugar, intentado recuperar el aliento, intentando no sentir que moría.

—¡Baek! —escuché una voz gritar y entonces una persona intentaba tranquilizarme, poniendo sus manos en mis hombros —. ¡Jin, ve por el doctor, rápido!

Aun así, lo aparté de mí de un empujón y me incorporé en la cama, quitándome la mascarilla que tenía en la boca de un tirón y pudiendo respirar por fin. Respiré pesadamente por unos segundos, mirando mis manos, mirando todo a mi alrededor, intentado asimilar mi entorno.

—Baek, ¿te encuentras bien? —me preguntó la persona que estaba a mi lado, y al voltear a verla no pude reconocerla por un momento.

La observé con extrañeza, hasta que un millar de imágenes atacaron mi mente y pude saber que se trataba de Namjoon, mi primo.

—N-n-na... —intenté decir su nombre, pero no pude.

Mi lengua simplemente no me obedecía y mi cabeza comenzó a doler un poco.

—¿Baek? —repitió él, con el ceño fruncido, al ver que tenía la boca abierta pero que no hacía ningún sonido coherente.

Quise volver a intentarlo, pero en ese momento un doctor y Jin entraron en la habitación, así que sólo observé con atención.

—Byun Baekhyun —me nombró el hombre de bata blanca y entonces se acercó hacia mí —, así que ya despertó. Tardó menos de lo que esperábamos, tan sólo diez días de inconsciencia. ¿Cómo te sientes? —cuestionó, mirándome con atención.

—Ah... y-y-y-o... —intenté hablar, decirle la manera en la que me sentía, pero era inútil. Mi boca no se coordinaba con mi cerebro, no entendía que sucedía.

—¿No puedes hablar? Mueve la cabeza para contestar, por favor —pidió, así que negué, frustrado, confundido —. De acuerdo, mira la luz —me dijo mientras me apuntaba con una lamparita a uno de mis ojos y entonces al otro, pero cerré los ojos por instinto, ya que la luz hacía que mi cabeza doliera como el infierno.

—¿Está todo bien, doctor? —le preguntó mi primo.

—Me temó que el joven Byun está padeciendo algo a lo que llamamos "contusión cerebral" —le contestó él —. Es normal en este tipo de accidentes que el paciente, después de despertar de su estado de inconsciencia, pueda padecer alguna condición relacionada con la memoria, la coordinación motora o pérdida de conciencia a corto plazo. Mandaré a que le hagan unos estudios a su cerebro para compararlos con los que le hicimos la semana pasada cuando llegó aquí. Necesitamos asegurarnos de que no sea nada grave o que el problema no haya empeorado.

—¿Cuál es el peor de los casos? —preguntó Jin.

—Podría tratarse de alguna hernia ocasionada por el golpe, dañando los tejidos neuronales y ocasionando una hemorragia interna que podrían hasta quitarle la vida —contestó él —. Sin embargo, si ese fuera el caso, quizás no hubiera podido despertar, así que pueden quedarse tranquilos. Aun así, está claro que perdió algunas capacidades en su coordinación motora y no sabemos si su memoria sigue intacta.