Euforia (Vhope/Hopemin, Yoonkook, Namjin)

3. Estabilidad

[Taehyung]

Por lo menos, después de las vacaciones de verano, tanto en Japón como en Corea se entraba de nuevo a clases a finales de agosto. Creí que después de que Baek se fuera, me sentiría miserable totalmente; por supuesto, al principio me sentía así, pero con el tiempo, sin saber cómo, comencé a llevarme mejor con Chanyeol, especialmente porque éramos los únicos jóvenes en el edificio.

En realidad, fue por algo que sucedió durante vacaciones, un mes después de la partida de Baek.

*Flashback*

Yo estaba almorzando solo en el comedor. No había casi nadie ahí, así que simplemente me dediqué a comer los fideos que me habían dado y a pensar qué sería bueno para perder mi tiempo ese día. Sin embargo, no conté con que en ese momento Chanyeol también iría a comer, pero suponía que siempre iba a comer en esa hora, porque yo regularmente almorzaba más temprano, pero ese día en particular no había tenido apetito hasta más tarde.

Creí que se sentaría en una mesa alejada, ignorando mi presencia ahí, pero en su lugar se sentó conmigo, enfrente. Al principio solamente nos quedamos comiendo en silencio, porque él ni siquiera me saludó al llegar.

—Te ves miserable —me dijo de repente, después de algunos segundos observándome.

—Gracias —murmuré, sin demasiado humor.

Justo ese día no quería que nadie me molestara, y sabía, o por lo menos pensaba, que él estaba ahí para regodearse de mi aspecto tan lamentable. Lo cierto es que sentía que lo había perdido todo, especialmente porque no había tenido el valor de decirle a Hoseok lo que sucedió entre Baek y yo. Simplemente no me sentía bien.

—Escucha, no quiero que me veas como el enemigo —me dijo entonces, en un tono más amable.

Fue entonces que lo miré, y noté que sus ojos eran comprensivos, como si pudiera comprender cómo me sentía.

—Sea lo que sea que pasó entre Baek y tú, no me importa —siguió hablando, ya que no le dije nada —. Él es un chico lindo, pero tal parece como si ninguno de los dos se lo mereciera —murmuró, casi pensativo, y supe que no lo había superado, y yo tampoco.

—¿Hablas con él? —le pregunté, refiriéndome a Baek.

—No demasiado —respondió —. ¿Tú?

—Tampoco —le dije.

Casi era como si estuviéramos en las mismas.

Después nos quedamos en silencio, mientras comíamos, pero nos quedamos ahí, aun si habíamos terminado de comer.

—¿Eres bueno en Halo? —me preguntó de repente, después de un rato en silencio.

—Solía ganarle a Baek sin usar trampas —contesté, y entonces él sonrió automáticamente.

—Eso suena interesante —dijo, en tono satisfecho —. ¿Quieres ir a jugar? —cuestionó, comenzando a levantarse con la bandeja donde estaban sus platos vacíos de comida.

Yo lo pensé por unos segundos, pero al final me levanté también.

—Claro —respondí, y fue entonces cuando ambos llevamos nuestras bandejas hacia el depósito de platos sucios y nos dirigimos escaleras arriba, hacia nuestro piso —. ¿Tú eres bueno jugando? —le pregunté, cuando ya íbamos subiendo las escaleras.

—Yo les ganaba a Nam y a Baek incluso si ellos se aliaban —dijo, en tono presuntuoso.

—¿De verdad? —pregunté, en tono escéptico, ya que Nam en serio era demasiado bueno.