Euforia (Vhope/Hopemin, Yoonkook, Namjin)

25. Tragedia

[Jimin]

Era el día de la cita con Hoseok. Estaba algo nervioso, ya que sabía que sería nuestra primera cita romántica, por decirlo de alguna manera, y me encontraba un poco ansioso. No podía dejar de pensar en que tal vez algo podría salir mal, y las nubes del día no ayudaban en mi estado de ánimo.

—¿Ya te vas? —escuché que me preguntó Jungkook detrás de mí.

Yo me encontraba mirando por la ventana desde la sala de estar, pensando.

—Sí, ya casi —le dije, sentándome en un sofá.

—No pareces muy animado —me dijo, mirándome de cerca, sentándose a mi lado.

—Estoy algo nervioso —expuse.

—Hoseok está enamorado de ti —dijo —. No hay forma de que esta cita salga mal. Deberías pensar menos en ello y sólo relajarte.

Lo miré por unos segundos y sonreí. Quizás él tenía razón; estaba pensando demasiado en eso, lo cual provocaba que yo mismo llegara a conclusiones o escenarios estúpidos. Mientras estuviera con Hoseok, todo saldría bien, no tenía por qué dudar de eso.

—Gracias, Jungkookie —dije, acercándome a él para abrazarlo.

Me regresó el gesto con cariño, y después me levanté del sofá.

—Es hora de irme. No quiero llegar tarde —le dije, comenzando a caminar hacia la salida.

Él me siguió.

—Ve con cuidado, ¿de acuerdo? —pidió, cuando abrí la puerta.

—Por supuesto —contesté, dispuesto a irme por fin, pero él me detuvo.

—Quizás llueva —dijo mientras me ofrecía un paraguas.

Asentí y lo tomé, y entonces me fui.

Miré al cielo mientras caminaba a la parada de autobuses, esperando que no fuera una lluvia tan mala. Qué mal día para no poner atención al meteorológico. Lloviera o no lloviera, nada podría arruinar esto.

Con una sonrisa, subí al autobús y esperé a llegar al lugar donde habíamos acordado vernos. Comenzó a llover antes de llegar, y yo no podía dejar de pensar en la manera en la que lo saludaría al verlo, ¿sería bueno que lo besara antes? ¿Y si tomaba su mano mientras comíamos? Comenzaba a convertir la ansiedad de antes en emoción, y ya no sentía que las nubes fueran tan malas. Hoy sería un buen día.

Pronto, llegué a la cafetería, por lo que entré, me senté en una mesa para dos y pedí un jugo mientras esperaba a que llegara Hoseok. Mientras me traían la bebida, decidí ver la hora que era, pero al revisar mis bolsillos me di cuenta de que mi móvil no estaba. No recordaba haberlo sacada durante el camino, por lo que debí haberlo dejado en casa, antes de salir.

Por lo menos había un reloj de pared en el local, donde decía que era justo la hora exacta a la que quedamos de vernos ahí. Seguramente ya estaba a punto de llegar, y en cualquier momento cruzaría esa puerta con su rostro luminosamente sonriente. Anhelaba que fuera ese momento.

Sin embargo, el tiempo pasó, los minutos pasaron con una lentitud dolorosa, mientras afuera seguía lloviendo, y él no llegó. Pensé que me habría mandado mensajes cancelando la cita, y al final había sido mi culpa por haber olvidado mi móvil en casa. Me llené de algunas inseguridades mientras tanto, pensando que tal vez se había arrepentido, creyendo que no quería simplemente venir, y aunque sabía que era algo estúpido, no pude evitar pensar en ello.

Al final, mis padres pasaron por mí dos horas después, y fue cuando supe que aquella pésima sensación de que algo iba mal no estaba incorrecta en lo absoluto.