Euforia (Vhope/Hopemin, Yoonkook, Namjin)

26. Preocupación

[Jungkook]

De camino al hospital, les había llamado a mis padres y les había dicho lo que había pasado. Jiwoo había llamado llorando, diciendo que Hoseok y Yoongi habían tenido un accidente de auto hace casi media hora atrás y todo parecía indicar que había sido grave, pues incluso el hombre que iba conduciendo el vehículo con el que habían chocado, había muerto.

Llegué casi media hora después al hospital, donde estaban la madre y la hermana de Hoseok, pero no había ninguna señal de los padres de Yoongi por ninguna parte, ni siquiera del padre. Rápidamente pregunté en recepción por él, pero lo único que me respondieron fue que estaban estabilizándolos a ambos, que no podían dar alguna buena o mala noticia por el momento, dada la delicada situación en la que se encontraban, además de que no habían sido los únicos heridos.

Al final no tuve más opción que ir a sentarme junto a los familiares de Hoseok, intentando ser optimista, esperando que todo saliera bien, que no hubiera más desastres, porque sabía que si algo más le sucedía a Yoongi, si no lograba salir de esta, yo moriría junto con él. En serio tenía miedo, una ansiedad enorme me recorría el cuerpo mientras cada maldito segundo pasaba, y me pregunté por qué debió haber pasado esto, por qué a nosotros, por qué ahora.

No podía detener mi mente, y yo mismo estaba destruyendo mi buen juicio, y por más que sabía que estaba mal seguir pensando en ello, seguir haciéndome a mí mismo esas preguntas una y otra vez, simplemente era imposible detener ese hilo de pensamientos dañinos que me embargaban.

Por lo menos Jiwoo intentaba hablar conmigo para disipar la tensión de la situación, y debía reconocer que su buen humor me recordaba a su hermano, especialmente porque ella y su madre también la estaban pasando mal. Me pareció ciertamente admirable, y quizás pude tranquilizarme sólo un poco gracias a eso, aunque era cierto que tampoco me quedaba de otra.

Pasé de aquella forma por unas horas, hasta que mis padres aparecieron con Jimin, quien tenía los ojos rojos, y al verlo no pude evitar levantarme de mi asiento e ir directo con él, casi corriendo, para abrazarlo con fuerza, mientras dejaba salir las dolorosas lágrimas que había intentado no soltar todo aquel tiempo, intentando ser fuerte, pero ya no podía más. Él me regresó el abrazo con fuerza, llorando también, y por primera vez pude sentir su mismo dolor con tal intensidad que incluso dolía todavía más. Quemaba dentro, ardía profundamente, especialmente porque, tanto por mí como por él, no podía hacer nada al respecto, y eso lo hacía peor.

No supe cuánto tiempo pasamos de aquella manera, en medio del pasillo del hospital, abrazándonos, pero cuando nos separamos, me miró con sus ojos rojos y empapados y secó mis lágrimas con sus pequeños dedos.

—Lo lamento —dijo con la voz quebrada.

—¿Por qué? —le pregunté, apenas pudiendo hablar.

—Por haberte mentido y haberte ocultado que tú y yo no éramos hermanos —expuso, bajando la mirada.

Si debiera ser sincero, le diría que había sido lo peor que me había hecho en su vida, que no podía perdonarlo, que quizás una parte de mí lo odiaba, que había arruinado gran parte de mi vida ocultándome aquello; pero no pude decirle nada de eso, porque a pesar de todo seguía amando a Jimin incondicionalmente, quizás no de manera romántica del todo, pero era un sentimiento que simplemente no podía ignorar, y porque no era el momento de hablar de eso.

—Ya hablaremos después de eso —le dije, alejándome de él un poco, sólo para tomar suavemente su mano.

Por ahora debía ser su hermano y apoyarlo en todo esto, y quizás hasta podría olvidar el sentimiento de rabia hacia él definitivamente, podría dejarlo atrás, independientemente de la historia que hubiera detrás de esto. Era mi deber.