—Oye, Razelión, sin ofender, pero aquí en Arcalis se come del asco —decía Silur mientras intentaba pasar un pedazo de hamburguesa que habían comprado hace un momento con algo de gaseosa.
—¿De qué hablas? —respondió Razelión que ya había terminado su cena y conducía concentrado.
—Estas cosas... siento como si cada una me inyectara pegamento en la sangre. No sé como puedes comerlas.
—Es costumbre, creo —sonrió—. ¿Qué preferirías?
—No sé. En el crisol comíamos carne también, pero no tenía este sabor. ¿Seguro son vacas? —Su compañero soltó una carcajada.
—¡Jajaja, si, claro! ¿Cómo no van a ser vacas? ¿Sabes? La próxima vez solo pide una ensalada o algo así.
—Oye... ¿Cómo funciona de noche el Shooting Star si es solar?
—Carga una batería durante el día, técnicamente en un viaje largo bajo el sol, generamos más energía de la que gasta para volar, y cuando está en el garage se recarga a través de los paneles que hay en la casa. Es una máquina extraordinaria.
—Debe ser muy conveniente para tu economía.
—Algo así.
—¿De dónde sacas el dinero?
—¿Qué? —respondió Razelión sorprendido por la pregunta.
—Tienes una casa linda, bien equipada; aunque no es un barrio elegante, tienes un vehículo genial, comes bien... ¿Cómo consigues el dinero? ¿Estas misiones nos dan algún recompensa en metálico?
—En realidad... esta clase de misiones son nuestro deber —respondió sorprendido del tono inquisidor de Silur. No se esperaba una pregunta tan directa—. No recibimos recompensas directamente, pero nos traen mayormente beneficios.
—Ok.
—¿Ok? —volteó a mirar a Silur un momento y volvió a mirar el camino.
—Si.
—Bien, por eso es que te pedí que busques un trabajo. Sabía que ibas a conseguir algo por tus habilidades, y además...-
—No me respondiste —interrumpió Silur—. ¿Cómo ganas dinero?
—Mi... —dio un pequeño suspiro— mi familia —su expresión se tornó nostálgica—. Ellos eran acaudalados.
—¿Eran? Oh, lo siento.
—No hay cuidado, no lo sabías —respondió dejando de lado el tema.
—¿Murieron en la guerra?
—¿¡Qué!? —frunció el ceño confundido y esbozó una pequeña sonrisa—. Silur, esa no es la única forma en que la gente se muere.
—Es la única que yo conozco —sonrió también— y la mejor, por cierto. ¿Sabes que morir defendiendo tu patria es la mejor forma de hacerlo?
—Creo que es mejor vivir defendiendo tus ideales.
—Es otra forma de verlo.
—Prefiero vivir, gracias —soltó una leve risa, olvidando las preguntas y volvió a mirar el camino.
—¿Y quién es el objetivo? —dijo Silur volviendo a concentrarse en la misión.
—Su nombre es Krieger, es el dueño de un club nocturno.
—Oh, por eso querías que vaya así vestido.
—Así es... tenemos que entrar, pasar desapercibidos, subir por al VIP del club, buscarlo y asesinarlo.
—¿Cómo lo vamos a matar?
—No sé, improvisaremos.
—¿Me repites lo último? —dijo Silur algo molesto.
—Improvisaremos.
—Me pediste que confíe en ti; no traje mi arma; no traje mi uniforme protector... ¿Tú no eras el que decía que prefería vivir? ¿¡Cómo piensas ir a una misión de asesinato, sin refuerzos, detrás de las lineas enemigas, y sin un plan de escape siquiera!?
—Bueno, tampoco es "tras las lineas enemigas" es solo un club —se excusó, haciendo un gesto dándole a entender que estaba exagerando.
—¡Todos los que están dentro pueden ser considerados enemigos si nos reconocen como asesinos!
—Pero además no sé por qué piensas que no tengo refuerzos.
—Oh, a ver, quiero escuchar esto...
—Tú eres mi refuerzo —dijo sonriendo como para una foto.
—Eres increíble —respondió conteniendo una leve sonrisa. Razelión sabía como relajar una situación—... Vas a hacer que nos maten en la primera misión que vamos a tener juntos —se llevó la mano a la frente.
—No, ya en serio, si hay algunos guardias de seguridad en esto. Si todo va de acuerdo al plan, no tendremos que preocuparnos más que de Krieger.
—Bien, eso me gusta más. Háblame de él.
—Es un sujeto importante. Es el dueño del club "Sombras", donde pasa la mayoría de las noches.
—El club al que vamos...
—Exacto. Tenemos que encontrar la forma de terminar con él lo más discretamente posible y retirarnos.
—Eso se parece más a un plan exitoso.
—¿Ya ves?
—¿Y cómo te defenderás tú?
—¿Discúlpame?
—Nunca te vi llevar un arma.
—No la necesito.
—Es muy probable que si la necesites, al menos esta noche —respondió con algo más de seriedad.
—Cuando me veas en acción lo entenderás todo. Tú solo sígueme el ritmo.
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Silur de Gelir: La llama del abismo.
Fantasy¿Conocer tu verdadera naturaleza puede cambiar todo por lo que luchaste hasta ahora? ¿Estarías dispuesto a ponerlo a prueba? Un viaje fantástico y lleno de acción, en el que un joven guerrero intentará acomodarse a su nueva vida, descubriendo los se...