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""Camino al instituto con una cola a medio hacer y después no haber podido dormir nada por el simple hecho de que a alguien se le ocurrió inventar el insomnio, con el día gris y con materias que si tan solo mis padres vieran las notas me tirarían un libro en la cabeza, me correrían de la casa y terminaría acompañando al vagabundo de la plaza, lo que menos quería escuchar era a los tres idiotas que me acompañaban está mañana hablando sobre un montón de mujeres que quizá de cinco, solo una les haría caso.

-Ok, ok, ¿Pero ya viste lo buena que está Sandra Clarence?- Expresa Jonh dando un pequeño salto de emoción.

-Jumm, creo que me quedo con Cyndi de tercero.- Contesta Leo, no con el mismo entusiasmo, pero si con aires de superioridad.

-¡De tercero! ¿En serio lo dices? Yo prefiero a las grandes... ¿Tu qué opinas, Jym?- Dice Jonh. Jym solo sonría y me lanza una mirada un poco indiscreta, yo solo tuerzo los ojos pero sonrió mentalmente. No soy mucho de tener relaciones sentimentales pero entre Jym y yo siempre ha habido algo, no algo en concreto, solo algo y ya... Es complicado de expresar, solo nos gustamos pero ninguno de los dos se ha arriesgado a decir algo. Hace tiempo, nos intentamos dar un beso pero el estúpido de Jonh nos interrumpió y más nunca volvimos a insistir.

Cómo ya antes había dicho, mi nombre es Sara, Sara Dallas, los tres inútiles que van a mi lado son Jym , Leonard apellido, Jonh Apellido. Estamos a dos meses de graduarnos, aunque siendo sincera de los cuatro, Jym es el único que nos lleva ventaja... No estoy diciendo que no estudio porque sea una floja, simplemente las cosas no han estado muy bien en mí últimamente y la distracción en la cual me encuentro ahora ha hecho que mis calificaciones bajen de sopeton... Quizá es un motivo en específico del cual aún no me atrevo a decir todavía.

Casi llegando al instituto, observamos un revuelo de gente rodeando la escuela y el estacionamiento. Este centro educativo no era muy grande que digamos, sin embargo se podía notar desde lejos el montón de gente que se encontraba en el lugar. Acercándonos un poco más, pudimos notar una ambulancia estacionada enfrente del Beelmont High y una patrulla policiaca con las luces aún encendidas. Algo raro estaba pasando. Bueno, digo que no me parece normal que este tipo de cosas pasen y mucho menos en un pueblo tan tranquilo como en el que vivimos. Aunque, si no iba a haber clases, por lo menos hubiesen avisado...

Había mucho revuelo, mucha gente tomando fotos o grabando, pero la mayoría con cara de traumas y queriendo huir del lugar pero no sabiendo cómo hacerlo. Acercándonos más pudimos notar que había una cinta amarilla rodeando el instituto y... Un cuerpo en el piso. ¡Había un maldito cuerpo tirado en el piso!

-Pero que mierd...- Escuche que alguien habló, pero no me concentre quien era el dueño de esa voz, solo quería saber que estaba pasando y el por qué me miraban como si yo conociera a la víctima. -¿Alguien sabe que ocurre?

-Es Deblin, al parecer se suicidó, bueno eso es lo que nos están diciendo... Dicen que lleva aquí desde la madrugada, pero apenas la encontraron.-Escuche oír a una voz femenina.

Deblin Duth, porrista, cabello castaño oscuro, ojos marrones y su piel era tan blanca como una hoja de papel. Una chica popular, joven, bailarina, excelentes calificaciones, con padres estrictos pero educados, alguien que de lo único que se entristecía era no de no saber que color de zapatos podia quedar mejor con su vestido de graduación, su padre es uno de los empresarios más importantes del país. Toda una vida planeada, lo tenía todo, tantos sueños, tantas ganas de vivir... Y, simplemente se suicidó. Pero, ¿Por qué querría hacerlo en el instituto? Quizá pensó que era más fácil que en su casa donde podía causarle más dolor a su madre, pero ¿Por qué en la madrugada? ¿Y por qué sus padres no están aquí ahora mismo?

Entonces comencé a mirar a mi alrededor y me preguntaba a mi misma como puede ser posible tal cosa, pensé en ella y su familia, pensé en ella y sus amigas, hasta incluso pensé en Leo, que llevaba toda su vida enamorado de ella pero nunca se atrevió a decirlo... Que difícil, querer hacer algo y no hacerlo por miedo a lo que pase, por miedo a un rechazo, por miedo al que dirán, pero entonces morimos y nos arrepentimos de no haber hecho eso que siempre quisimos, que irónica es la vida y que irónica la muerte.

Anna DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora