19. Todo se salió de control.

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Esa noche pensé en todas las posibilidades que podrían pasar según como saliera el plan, el primero salio muy bien, ya que pudimos recolectar la evidencia suficiente para 1) saber algo de lo que estaba pasando y 2) llevarlo a la estación de policía y poner una denuncia. Teníamos las pruebas suficientes para arrestar al alguacil y a sus secuaces, aunque yo no quería que mi padre y mi tía fuesen a la cárcel, pero algo muy raro pasaba ahí y yo tenía que descubrirlo, además me querían llevar fuera de Crombeel para no descubrir nada sobre lo que pasaba en realidad, sobornaron al alcalde y al alguacil para que no dijeran nada del caso de Karen y lo cerraran, aparte el alcalde traficaba con drogas, y Jhon era testigo de eso. Estábamos cada vez más cerca de la meta, aunque también, cada vez más cerca del asesino, sin siquiera saberlo. Al llegar a la estación Zack puso la denuncia, mientras Jhon trataba de calmarme, recuerdo que esa noche me dio un ataque de asma, tenía mucho tiempo que no me daban esos malditos ataques y justo pasó una de las noches más importantes, Jhon buscó entre mi bolso mi inhalador. Todo pasó tan rápido, que no me dio chance suficiente de poder recuperarme de mi ataque, cuando Zack se apareció escoltado con unos policías en dirección hacía la salida, Jhon me llevó al auto de Zack mientras él iba en una de las patrullas, nos bajamos del auto y los policías rodeaban la casa, todo pasó en cámara lenta; mi tía Yenifer iba corriendo a la salida cuando William le disparó dos veces, mientras que a su vez la policía a mi padre en un brazo, metieron en una patrulla al alguacil y en otra al alcalde, mientras yo salí corriendo para abrazar a mi tía Yenifer.

-¡Sara, no!-Gritó alguien, pero yo estaba sorda, por el miedo o quizá por el impacto de las balas, no sabía quien me hablaba, hasta que una mano tomo mi antebrazo y no me dejó entrar a la casa, mucha sangre rodeaba a Yenifer, mientras a mi no me dejaban ayudarla... Pero ¿y que podía hacer yo? Estaba muerta por culpa de mi padre, William había salido corriendo y lo estaban buscando, yo estaba con Jhon quien me abrazaba mientras yo solo podía llorar en su pecho. Ver a un familiar muerto era una cosa, pero ver como tú padre mataba a alguien de tu familia era muy diferente. Mi tía Yenifer era una persona muy dulce, tan dulce que daba miedo, era vengativa, cruel en varias ocasiones, sarcástica, amenazante, despiadada, mí tía Yenifer podría ser lo que sea, pero era mi familia, y nada de eso iba a cambiar, al igual que mi padre. 

Estaba devastada con todo lo que había ocurrido, lo de Karen me parecía una mentira, aún me parece, pero en ese momento había presenciado algo que me marcó de por vida. Zack, tragó en seco y se subió a su auto, pude notar como puso sus manos en el manubrio y se apoyó con su cabeza, todo eso había sido un completo show para todos. Después de que todo pasó le pedí a Zack que me llevara a casa, donde nos quedamos a dormir los tres, pues Jhon no tenía a donde ir, ya que su casa se había convertido en una escena del crimen y Zack, después de todo lo ocurrido, no quería ni irse a su pequeño apartamento donde vivía con su tía y su prima. Su tía Judith lo llamó para saber donde estaba y si estaba bien, Leo vino con su padre hasta mi casa para saber como estábamos, a Jhon no le dejaba de sonar el teléfono lleno de mensajes de su familia del exterior diciendo que se vendrían a buscarlo, Crombeel se había vuelto loco, en las noticias no dejaban de hablar de los Dallas, el alguacil Jones, y el alcalde Peter Robinson, al otro día la prensa estaba llena de noticias al igual que las calles, todos se estaba saliendo de control.

El día de mi cumpleaños, en el que se supone que lo celebraría con mi tía Yenifer y mis amigos, la pase en la sala de mi casa junto con mis dos mejores amigos y el nuevo integrante Zack Mckoby, pero sin Jym. Ese día la pasamos muy bien, reímos en el sofá, jugamos play, comimos pastel, pizza, donas, helados, la pasamos genial y por un instante me olvide de que el mundo se me estaba cayendo, me olvide de todos los problemas en que estaba metida, y en los que no sabia aún que me metería. Esa noche cuando todos se fueron subí muy cansada, de divertirme tanto todo el día, a mi habitación, pero justo cuando mis ojos se estaban cerrando el vidrio de mi ventana rompiéndose me hizo levantarme de la cama en un solo momento, al mirar al suelo había una piedra con algo envuelto, era un papel, lo desenvolví de la piedra y lo leí: "Ve hasta la puerta si quieres saber quien soy", observé por la ventana ya partida en mil pedazos, pero solo podía ver como el viento hacía mover los arboles. El timbre sonó, por supuesto que no iba a bajar, tome mi teléfono e iba marcarle a Zack, pero algo me impidió hacerlo; la posibilidad de poder saber quien es. En cambio le mande un mensaje a Leo que grabara todo lo que las cámaras, que aún no quitábamos de la casa, podían ver y que llamara a la policía si pasaba algo, Leo no respondió, por lo que bajé sin más, en la tarde antes de que los chicos se fueran habíamos jugado al béisbol y Jhon había dejado su bate, entonces lo tomé como arma por si las cosas no salían bien. Llegué a la puerta, un escalofrió recorrió mi espalda haciéndome temblar, tragué en seco, tenía miedo, me detuve justo en enfrente y entonces abrí. El viento frío de la noche sopló mi cabello y junto con él, las cortinas de las ventanas, no había nadie, en su lugar una caja muy pequeña en la alfombra esperaba a que la recogiese. Con mucho miedo la tome, no pesaba mucho, sin embargo no quería abrirla, cerré la puerta y me senté en el sofá, tragué saliva y la abrí, un pequeño teléfono de teclas y negro era lo que había, sin notas, sin nada, entonces sonó, "número desconocido". Tarde varios segundos y luego contesté.

-Hola.-Solté en casi un sollozo. Mi voz temblaba.

-Mi querida Sara, ¿como estás?- Era una voz de robot, hablaba con cinismo. 

-¿Que es lo que ganas con todo esto?

-Tiempo.-Respondió de inmediato.

-¿Tiempo? Dijiste que te conocería, ¿no?

-Sí, y lo harás, muy pronto. Quiero que tengas este teléfono porque aquí es de donde te llamaré sin que nadie rastreé las llamadas. Fuiste muy inteligente al jugarle así a tu propia familia, ¿no?

-Solo quería hacer justicia.

-Hiciste que mataran a tu tía. Pero bueno, te veo en el parque frente al lago de Crombeel, en cinco minutos, justo donde estabas con tu amigo castaño la otra tarde.-Y colgó. 

Mi teléfono sonó, me sobresalte, era Leo.

-¿Que pasa Sara, estás bien?-Mi amigo se escuchaba bastante preocupado.

-Sí, yo... Estoy bien. 

-¿Para que querías que grabara eso?

-No era nada Leo, perdona por molestar, creí que pasaba algo, pero ya... Ya está, olvídalo, gracias. 

-Llámame si te sientes mal.-Colgué. 

Me calmé aún sentada en el sofá, luego de un rato subí a mi habitación para cambiarme, Jhon me había ayudado a traer toda mi ropa de casa de Jym, tome lo primero que vi, unos jeans negros una playera y un suéter. Tomé un bolso y allí metí aquel teléfono de teclas, un cuchillo de la cocina, y mi inhalador. Bajé las escaleras apagué las luces y abrí la perilla de puerta.

-Hola Sara.

-¡Dios santo, Teffi!- Teffi río y se quitó la capucha de su suéter morado, llevaba una mochila. Mi cara estaba totalmente horrorizada.

 -¿Ibas de salida?-Pregunta tranquila.

-Sí, yo... ¿Qué haces aquí?

-Ahm, pues mi mamá salió de Crombeel esta tarde y me aburrí sola en casa, quería quedarme contigo, ¿puedo?- Tragué saliva, maldita sea. ¿Que le decía ahora? Si decía que iba para donde Leo o Jhon o Zack, iba a decir que me acompañaba. 

-Sí, pasa. Cancelaré mi cita.-Dije resignada.

-¡Oh, vaya! ¿Ibas a una cita? Si quieres me puedo ir y dejarte tranqui...

-No, no te preocupes Teffi, pasa.-La interrumpí mientras cerraba la puerta y me apoyaba.

-Me disculparas amiga, pero no puedo. Lo siento Sara, pero quiero ser tu amiga, y tengo que decirte la verdad.- Soltó Teffi mientras se cruzaba las manos. 

-¿De qué hablas?-Fruncí el ceño.

-¡No puedes ir a una cita vestida así! Te ves espantosa, parece que fueras a jugar a los detectives amiga, gracias al cielo llegué.-Rodeé los ojos, me senté en el mueble y junto a mi, ella hizo lo mismo. Me desanime totalmente, en parte era porque no podía asistir al parque justo esa noche, y en otra parte era porque recordé mi última cita, ella notó en mi rostro un poco de tristeza y me tomó de la mano.

-Ay Sara, ¿por qué estás así? Yo te puedo arreglar si quieres, ¿te ibas a ver con Jym?

La miré.

-Lo de nosotros acabó.

Y me abrazó. Y sentí como todos mis problemas se solucionaron de algún modo.

Anna DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora