Si Karen estaba muerta, ¿quien había respondido esos mensajes? A menos qué... Aunque eso sería imposible. Por supuesto que quería ir al instituto, necesitaba ver en su casillero si esa carta estaba allí, sin importarme nada, ni siquiera el cuadro sin terminar en mi pared y el hecho de haber dejado encendida la laptop, me fui, sin avisarle a nadie adónde iría, pero luego pensé en Zack, en Leo y Teffi, que me habían ayudado tanto en esto, y también pensé en lo que Leo me había dicho en ese momento, hace unas horas, estaba siendo egoísta con las personas que habían demostrado ser mis amigos, y no estaba bien, pero ¿que podía hacer? No quería avisarle a ninguno que me acompañase porque no me dejarían ir, o en otro caso irían conmigo, ¿y si les pasaba algo? No me lo perdonaría, así que preferí guardar silencio y no contarle a nadie mi nuevo plan, proseguí con agarrar una hoja y escribí "Si son más de las dos de la tarde o incluso antes, leen esta nota y no estoy en casa, llamen al alguacil que estoy en problemas". Y si, estaba en problemas desde el día en qué deduje que había sido un asesinato, e incluso el día en que todas las pistas que encontré apuntaban a que sí. Tome mi mochila del otro día allí metí una linterna, una navaja, mi inhalador por si me daba otro ataque de asma que no me había vuelto a dar, un cuaderno que estaba casi vacío para anotar cualquier cosa y por supuesto un lápiz, que es con el que estoy escribiendo, estaba acalorada y sudada, necesitaba darme una ducha, lo hice rápidamente y me coloqué un pantalón negro, mis converse negras, una franela de tirantes rojas que era la única que tenía limpia y un suéter negro con capucha, me colgué la mochila en la espalda y salí con rumbo al instituto.
Aún con miedo a que algo me pasara, me fui sin mirar atrás, pase por esa calle tan oscura que alguna vez había recorrido en las tardes, aún recuerdo como el viento frío de la madrugada golpeaba en mi rostro y mi cuerpo, haciendo que mi cabello se moviese, estaba totalmente vacía, no había más que solo árboles, cuando llegué al instituto me detuve ahí enfrente, observándolo, un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero no quise que nada, ningún tipo de miedo siguiera invadiendo mi mente. Seguí, entrar al Belmont High era lo más fácil del mundo, recuerdo que una vez llegamos tarde Jym, Jhon y yo y habíamos entrado por la parte de atrás, dónde está el cuarto de los bedeles, y así mismo entré esa vez, este cuarto daba a la cancha dónde las porristas y los jugadores practicaban, y de ahí otra puerta que daba al pasillo, camine todo ese recorrido hasta llegar las escaleras, mire hacía arriba, me pareció oír algo pero no presté mucha atención, subí, este apenas era el segundo piso, me faltaba otro, me detuve gracias a un pensamiento que llegó a mi; el casillero de Hanny quedaba por estos lados, veamos que hay allí o si encuentro algo favorable, saqué la navaja de mi bolso y abrí las demás herramientas, utilice la que se parecía más a algo puntiagudo para abrir el pequeño candado que tenía, abrió con facilidad, Hanny solo tenía cuadernos y todo de color rosa dentro de su casillero, pero aquella hacha al final, fue lo que más llamó mi atención.
Cerré de inmediatamente, mierda... Jamás pensé que era eso lo que iba a sentir al estar tan cerca de todo lo que llevaba planeando hacía tanto, sentía miedo por descubrir algo que no debía, pero las ganas de querer hacerlo eran más fuertes, me congelé por un instante que parecía eterno, en el momento menos inoportuno, en el momento el cual tan solo un minuto perdido era suficiente para que todo se fuese a la mierda. Mis pensamientos llegaron nuevamente y con muchísimos nervios continué mi recorrido, subí las escaleras una vez más, mis piernas temblaban, pero nunca me detuve. Me detuve en seco en el pasillo dónde se encontraba el casillero de Karen, mire hacía el otro lado, y justo ahí arriba de su casillero estaba ese balde de pintura, aún no tiene sentido esa broma... ¿Quien no se iba a percatar de que ese enorme balde estaba allí? Ah, sí, un ciego, y Karen no era ciega. Ridículas... Estaba claro que si abría el casillero aquello caería sobre mí, y no quería llenarme de pintura, pero no tenía como subirme hasta allá y bajar el balde, entonces me recosté un poco en el casillero siguiente para tratar de apoyarme, introduje la llave al pequeño candado que había en el casillero de Karen y cerrando los ojos con fuerza y muchos nervios abrí la pequeña puerta de un tirón, pero al abrir los ojos nada paso, el balde no se cayó, todo estaba igual que hacía un rato. Fruncí el ceño, algo no cuadraba aquí. Me concentré en la carta, estaba justo encima del cuaderno sin usar de Karen, era de color rosa y tenía un corazón en el medio, la guarde en el bolso. Por otro lado, recordé que cerca de dónde yo estaba había otro cuarto de trastes, dónde podía conseguir algo para poder alcanzar a ver con más claridad aquel balde, y eso hice, entonces me monte en un banco que había encontrado, saque la linterna de mi mochila, la encendí y alumbré hacía el balde. Estaba vacío. ¿Qué mierda? Pensé en voz alta, tome el balde vacío muy confusa y me baje del banco, definitivamente la historia que Teffi me había contado no encajaba con nada aquí, la pelirroja mentía, quizá ella si consideraba a Hanny su amiga y yo me había comido todo su cuento. Camine unos pasos al ventanal y no se distinguía muy bien hacía abajo, no exactamente dónde el cuerpo de Karen había caído, para gozar de esa vista, tenía que montarme a la medía pared que había allí, Teffi solo me dijo que vieron caer el cuerpo por el ventanal y luego al asomarse lo vieron tendido en el suelo, nunca me dijo que habían usado la medía pared para apoyarse, incluso dijo que se habían movido escasos pasos de donde estaban. Di un pequeño salto y caí en el piso haciendo ruido, pero no tan estruendoso como el que seguí sonando, no presté tanta atención hasta que comencé a caminar y una voz hizo detenerme.
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Anna Dallas
Mystery / Thriller"Anna Dallas" Relata la historia de una pequeña joven secuestrada por un hombre que solo la encierra en un cuarto sin hacerle daño... Sólo por momentos. Mientras ella intenta pedir ayuda escribiendo en su cuaderno para luego lanzar lo por una pequeñ...