Anna Dallas

17. Reencuentros no casuales 1/2.

-Los llamé a todos porque son mis amigos y tengo que contarles algo, además no he sabido de ustedes desde hace bastante.-Les dije a los chicos, que se encontraban en el sofá de la sala. Les había escrito por nuestro grupo del whatsapp, en el que estábamos Jhon, Leo, Jym y yo... Karen también estaba, para que viniesen aquí, sin embargo la ausencia de Jym y de Karen me rasgaban el alma, aunque le doy gracias al cielo que Jym no se haya aparecido. 

-Muy bien Sally, ¿que es eso tan importante?-Me dijo Jhon mostrándose algo molesto. Todos estaban serios, incluso Zack, mi tía Yenifer había salido de compras.

-Chicos, vamos, ¿que tienen? ¿esas caras largas por qué?-Les solté casi como un consuelo, no me gustaba verlos así a ninguno.

-Sara no nos encontramos en nuestro mejor momento...-Dice Leo.

-Si amiga, estábamos a punto de ganarle a las luchas a ese maleante.- Me cruce de brazos y rodeé mis ojos.- Estábamos alcanzando los quinientos puntos, ¿si entiendes? ¡UN NUEVO RECORD! 

-Son unos inmaduros...- Zack se ríe y yo voy hasta la cocina para tomar el sobre amarillo que se encontraba en la mesa.-Este sobre amarillo explica la razón por la que voy a ser dueña de esta casa y además...-El sonido de la puerta me interrumpió, pero no fui a abrir, creía que era la tía Yenifer queriendo molestar otra vez, pero ella no tocaría porque ella tiene llaves.- ¿Puedes ir por favor?- Le pedí a Zack, entonces se levanta del sofá y fue a abrir la puerta.

-¿Empiezan sin mí?

-¡Jym, amigo, te estábamos esperando!- Leo se levanta y corre a abrazar a Jym, por lo que veo no se ven desde hace tiempo. Tomé una bocanada de aire muy grande para tratar de controlar mis nervios, pensé que no vendría, sabía que era un idiota, pero no tanto como para aparecerse aquí después de haberme dicho que no quería verme. Estúpidos hombres.

-Muy bien, como decía lo que tengo en mis manos es el testamento de mi madre, diciendo muy claro que la casa ahora será mía... Bueno, cuando cumpla dieciocho, como mi cumpleaños es en dos días, mi tía Yenifer tiene la loca idea de realizar una reunión con mis más allegados, y por eso los llamé... 

-Oh, Sara, eso es fantástico, ¡ya tendré donde dormir cuando mi padre me gané a las luchas!- Dice Leo muy contento.

-Tu y tus luchas estúpidas- Reí y todos lo hicieron también. Jym no dejaba de mirarme, y eso ya me estaba, más que incomodando, molestando mucho.-Bien, eso era todo, ya se pueden ir.- Solté muy seca.

-Pero si acabamos de llegar, Sally.

-Vamos, tengamos una tarde de diversión después de tantos problemas.-Espetó Jhon.

-Está bien, pero si desordenan, tienen que limpiar ustedes.- Todos rieron y soltaron gritos de victoria, me fui a la cocina y Zack me siguió.

-Se que no te sientes muy bien por su presencia aquí, pero se de algo que te puede hacer sentir mejor.-Mckoby me abrazó y yo le sonreí.- Ven, tengo que mostrarte algo.- Lo seguí mientras él caminaba con dirección hacía las escaleras, dónde se encontraban las habitaciones, el único que notó hacía donde íbamos era Jym, sonreí en mi mente cuando pude notar como apretaba la mandíbula.-Antes de que les dijeses a los chicos que vinieran, tu tía Yenifer subió a la habitación de tu padre sin que te dieses cuenta, pero gracias al cielo tienes a un ayudante en cuanto a tus investigaciones, entonces la seguí, había guardado algo debajo del colchón de tu padre, y además estaba hablando con alguien por teléfono, parecía ser el alguacil, a menos que ella conozca a otra persona que se llame Jones, y que además... sea alguacil,-reí- es por esto que quise traerte aquí.- Mi acompañante de investigación abrió la puerta del cuarto de mi padre, y la cerró cuando ambos entramos.- Sara no sé que es lo que esa tía tuya y tu padre estén tramando, pero aquí hay algo muy raro y tenemos que averiguarlo.- Levanté cuidadosamente el colchón de la cama de mi padre, y había un pequeño sobre blanco, lo tomé. Zack me miró y al abrirlo era un cheque con una suma de dinero bastante grande, detrás de este cheque había una nota.