Caí sobre mi propio cuerpo, Andrés entró y me ayudó a levantar, por un momento me había olvidado del dolor tan atroz que había en mi cuerpo, en mi vientre, en mi intimo. No hablé ni me opuse, me cargó en sus brazos llevándome hacía un lugar, no sé donde era, tape mis ojos con mis manos, no quería ver nada. Si Jym se despidió de mi justo antes de oír esos disparos fue por algo, pero no lo quería aceptar. No se que me aterra más, lo que me contó y el haberse disculpado mio o el que ya no este más aquí. Una puntada en mi vientre me hizo quejarme, Andrés me bajó y abrí los ojos, estaba en una bañera, quería darme una ducha, pero no tenía las fuerzas de levantarme, estaba decaída, sin ánimos, sin Jym, sin mi inocencia, sin nada.
-¿Quieres que te ayude?-Hablo mi ángel, yo solo asentí mirando a un punto ciego, las lagrimas solo caían por mi rostro cada vez que él iba quitando una prenda de mi cuerpo, me tape mis pechos con mis brazos y mi intimo con mis piernas, tratando de abrazarme a mi misma, mi ángel solo quería protegerme, aunque no le haya visto los ojos, se con total seguridad que nunca vio algo más allá en mi cuerpo de lo que no tenía que ver, se levantó, abrió la llave del fregadero poco a poco y cerro la cortina. No era el mismo baño al que vine la otra vez. Oculte mi rostro en el espacio que quedaba entre mis piernas y mi torso, mientras que mis mejillas se empapaban de agua tibia y lagrimas de dolor. Pude ver por el rabillo del ojo como la sangre seca que había en mi cuerpo se iba por el agujero que había en la bañera, solloce por un largo rato mientras solo asimilaba que un bastardo había abusado de mi y que me habían arrebatado al hombre que siempre me había amado. Con mis manos ayude al agua a quitar la suciedad de mi cuerpo mientras escuche como alguien entraba nuevamente al baño. Mi ángel me dejó nueva ropa en la tapa del inodoro...-¿Terminaste?
-Sí.-Logre decir después de media hora bajo el agua tibia. La cortina se abrió un poco y se dejó ver una toalla, la tomé, me pare y me seque.
-Estaré atrás de la puerta por si me necesitas, no me iré.
Salí al escuchar cerrarse la puerta y me vestí lo más rápido que pude. Era ropa nueva, tenía etiqueta todo, incluso el cachetero que me puse, me peine, y por ultimo me puse las zapatillas que habían en un lado. Abrí la puerta.
-Te ves mucho más bonita.-Me miró Andrés, haciéndome sonreír. Me tomo por los hombros y dio un pequeño empujonsito para entrar nuevamente al baño, cerró la puerta detrás suyo, me sorprendí mucho.- Ahora necesito que actúes con total normalidad, llegó la hora.- Su actitud me hizo fruncir el ceño.-Guárdala en tu espalda, justo donde te escondidas el cuaderno, que por cierto ya lo entregué al alguacil Jones esta mañana, si haces lo que te pido, saldrás de aquí en menos de 1 hora.-Asentí mientras guardaba aquel revólver justo donde me había dicho.- William está en las habitaciones de allá,-señaló al fondo del pasillo- está solo, abajó hay mas de treinta hombres trabajando para él, estoy seguro que tres de ellos fueron los que te hicieron daño, no te preocupes por nada, yo me encargaré de ellos. -Cerré mis ojos con fuerza y los volví a abrir. ¿Por qué no me acuerdo de nada?
-Y no deberíamos preocuparnos por los otros veintisiete, y la chica, ¿dónde está?
-Sara, escucha, solo tienes que hacer lo que te pido, yo me encargaré del resto.-Dijo mirando hacía atrás.-Irás hacía dónde William, te daré la oportunidad de que lo enfrentes para que te diga la verdad, y hagas lo que quieras con él, pero tienes que tener cuidado, debajo de su escritorio hay un botón, dónde él va a pulsarlo si se siente amenazado para que sus hombres suban, pero tu vas a llegar y con total seguridad hablaras con él, mientras que muy sutilmente y sin alterar sospechas desactivaras ese botón en la caja de brequeras que está justo entrando, él no se dará cuenta que será para desactivar ese botón; la otra vez me mandó a mi a arreglarlo porque se había desactivado y fue ahí donde lo controle, mueve hacía la derecha todos los breques que veas, no importa que se baje la luz, eso está en mi plan. Él no tiene ningún arma en esa habitación, si tenemos un poquito de suerte, estará sentado viendo por la ventana tomándose un café que le acabé de llevar, se te hará mucho más fácil cambiar las brequeras. Encárgate de él, que yo lo haré con los de abajo. Actuare como si nada pasara. Nadie más que yo tiene autorización de subir, así que nadie molestara.
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Anna Dallas
Misteri / Thriller"Anna Dallas" Relata la historia de una pequeña joven secuestrada por un hombre que solo la encierra en un cuarto sin hacerle daño... Sólo por momentos. Mientras ella intenta pedir ayuda escribiendo en su cuaderno para luego lanzar lo por una pequeñ...