30. El fin de todo.

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"Todo se siente mejor cuando te das tiempo para ti, para crecer, para soltar eso de donde tantos nos aferramos, y tanto nos hace mal.

Todo es mejor cuando estás sola y te das cuenta que tu felicidad solo depende de ti.

Que no hay nada como sentarte en la orilla de la playa, a veces con buena compañía y a veces en soledad apreciando las olas que golpean y mojan tus pies.

Que nada vale tanto como seguir viviendo y apreciando cada momento que te da la vida, tan efímera, tan vulnerable y tan injusta a veces.

A lo mejor de eso se trata todo, de caer, aprender a vivir con eso y levantarse de algún modo. 

El tiempo no sabe cuando detenerse, él solo sabe correr y correr, no mira hacía atrás ni hacía los lados, y tu solo estás ahí, tratando de entender como puede pasar tan rápido si tanto cuesta sanar. Seis años pasaron, mi amor, desde que te abandone, desde que deje mi vida y la tire por el abismo, importándome nada mis problemas y buscándole una solución. Y te escribo hoy, no porque quisiera encontrarte, o porque ahora sí esté decidida a que eres lo que amo, sino porque mucho tiempo ha pasado y tu compañía era la única que me mantenía a flote, sin embargo no nos hacía bien tanto amor. Ahora eres feliz, lo se, quién iba a pensar  que ambos lo seríamos sin estar juntos. Aunque no seas para mi, ni yo lo sea para ti, deseo que seas siempre feliz". 

Aún sin leer todo lo que había escrito, deje reposar la hoja en la orilla de aquella agua tan salada y fría, y deje que se fuera, como me fui de su vida, como todo se fue algún día. Antes de que me juzgues por ser una egoísta -aunque lo soy-, te explico que aunque él era lo que más quería, no era lo que más necesitaba; paz. Poco a poco nos fuimos dando cuenta que aunque nos amábamos, el tenernos y estar juntos era un caos total. Aunque me tomo mucho tiempo darme cuenta, comprendí que mi vida estaba fuera de Crombeel, solo así podría soltar ese oscuro pensamiento de horror al dormir. Estaba creciendo, y mis hijos vivirían en ese lugar. No quería que mis hijos fueran al mismo instituto donde asesinaron a dos porristas, y aunque sé que no cesaré los abusos en otro lugar, prefiero que aprendan a vivir fuera de Crombeel, de aquel pueblo donde morí por dentro. Y así fue. Después que encuentras la felicidad en ti mismo, todo llega sin buscarlo, de pronto ya me casé, de pronto ya tengo una hermosa niña a quien le llamé Aimé y es lo más lindo que me ha pasado, de pronto ya estoy en la espera de otro bebé y de pronto mi hija ya pregunta a que edad le doy permiso para tener novio. 

Es complicado, cuando tratas de entender como es todo, como es el juego de la vida, como es el juego del amor, porque siempre que intentas comprenderlo no sabes cómo hacerlo o por donde empezar. Pero la cuestión aquí no es entenderlo, es aceptarlo, es vencer cada barrera y disfrutar de la vida. Que más da si llamas a esa persona. Que más da si la besas. Que más da si quieres llorar o si quieres comprarte esa hamburguesa, o esos zapatos. Vive. ¡Vive! Total, en unos años estarás más arrepentido por no haber hecho todo lo que quisiste hacer que por lo que en realidad hiciste. Y es que de eso se trata...

-Amor.-Me interrumpe la dulce voz de mi tierno Ethan.-¿Quieres hablar por teléfono? Dice que es un tal ¿luchador?-Entrecerré los ojos, mmh... Pensándolo bien, me suena conocido. Asiento y me da el teléfono. 

-¿Sí?

-Estoy borracho, con unos tres amigos más los cuales estoy seguro que quieres volver a ver, tengo el puto trasero lleno de arena de verano, estoy con mis pantalones favoritos y mi comida favorita en mi puta casa que por cierto compré gracias a ti, por seguir tus consejos. Y ¿sabes? Me di cuenta que me hacía falta algo. 

-Ah ¿si, qué?- Sonreí.

-Mi malditamente hermosa mejor amiga. Dios, Sally, han pasado años sin verte, tienes que venir. 

Anna DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora