13. Sorpresas y más sorpresas.

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Hola de nuevo, estoy tan ansiosa  por escribir nuevamente, han pasado tantos días desde la última vez que lo hago, pero es que me han pasado muchas cosas, ahora estoy en otro lugar, sirve de algo decir que estoy un poco feliz de que me hayan alejado de esa habitación tan perturbadora, sin embargo no me alejan aún de esa gente que me hace daño. Pero, volviendo al tema, cuando Jym me dejo esa nota tan hermosa en la mesa, me levante de la cama tan feliz, estaba tan emocionada, quizá porque por fin sería el día en qué me pediría ser su novia, quizá por fin nos daríamos nuestro primer beso, la emoción me hacía pensar tantas cosas lindas, que nunca me imagine que sería todo lo contrario. Jym y yo siempre fuimos tan tontos como para no darnos cuenta que moríamos por los dos, tanto como para no dar el primer paso, y siempre que yo estaba apunto de darlo, pasaba algo y nunca lo hacía, quizá porque me daba miedo perder su amistad, a él, o lo que sea que tuviéramos, sólo me conformaba con verle feliz, también él me insinuaba que yo le gustaba, pero nunca me lo dijo, creo que fui lo bastante ingenua como para pensar que podríamos tener conexión alguna. Comí mi desayuno, limpie toda la casa, barrí las hojas secas del jardín, regué las flores, y cuando hube terminado me fui a mi armario, para buscar mi vestimenta, entonces decidí por un vestido casual y unas sandalias, busque entre mis cosas y tome unos pendientes y me deje el brazalete que mi madre me dio antes de morir. Lo coloqué todo encima de la cama, mientras me bañaba. Tarde mucho en la ducha y dando vueltas por toda la casa luego de salir de ahí, sin darme cuenta ya eran las cinco, sólo me quedara una hora para arreglarme, así que lo hice muy rápido.

Una hora después ya estaba lista, me coloqué el vestido, mis sandalias, me deje el cabello suelto, y sólo me puse labial. Justo a las seis y media Jym me llama para que salga; estaba enfrente con recostado en su moto mirando hacía otro lado, sus ojos se posaron en mí apenas me vio, juro que pude notar una pequeña sonrisa en su boca, pero estaba demasiado oscuro para asegurar que fue así... 

-Hola, te ves muy linda.- Cuando me acerqué a su rostro pude notar que sí estaba sonriendo, Dios, su sonrisa, podía dar la vida si quería sólo por poder apreciar su hermosa sonrisa. Le di un beso en la mejilla, y él me lo devolvió haciendo un ademán para que me montase, entonces lo hice.

-¿Adónde iremos?- Me puse el otro casco y le abrace.

-Es una sorpresa, inquieta.- Sólo reímos y luego arrancó, cómo no recordarlo cuando estoy sola en una habitación tan pequeña pero que se me hace tan grande, cómo olvidarme si quiera de cada parte de su rostro si era lo que yo más amaba en el mundo, y cómo pensar que me lastimaría si era la persona en la que yo más confiaba.

Se estacionó veinte minutos después en la única cafetería de Crombeel, el Crom's Coffee era un lugar dónde la gente prefería ir, era muy cómodo y espacioso, siempre veías gente sonriendo y te atendían muy bien. Me bajé de la moto, le di mi casco, y él también se bajó, le pagó al de seguridad, y luego entramos, él entro primero pude notar que su espalda estaba algo tensa, pero no dije nada, una chica de baja estatura con uniforme rosa y delantal blanco nos indicó donde sentarnos. Nos buscó una mesa para dos en una esquina del lugar, la chica tomó nuestra orden y luego se marchó.

-Muy bien, y ¿a que se debe todo esto?- Estaba muy nerviosa, pero le pregunté esto en cuanto pude tranquilizarme. Jym no respondió. Sólo miraba la carta como si la mesera no fuese tomado ya nuestra orden.- Oye.- Chasqué mis dedos y él me miró, le sonreí.

-Estaba viendo lo que había, haz probado este pastel, es uno de los mejores, Leo una vez me dijo que se había comido uno y le encantó, aunque la opinión de Jhon no fue muy agradable...-Rió, y yo también lo hice. Hice como si no le fuese hecho ninguna pregunta y solo mire hacía otro lado, luego de unos minutos su semblante cambió de sonriente a chico serio, me tomó de las manos y entonces comenzó a hablar.- Sara, yo quería decirte muchas cosas, de hecho tenía pensado decirte todo pero no creo que pueda por que estoy algo nervioso y confundido.- Fruncí el ceño.

-¿Qué pasa Jym, dime?

Estaba nerviosa, lo iba a decir, ¡por fin!

-N-no es que, yo... ¡Ya!- soltó mis manos-, te diré la verdad, no quiero que te pase nada malo y conmigo no estás segura... Q-quiero que te alejes de mí, quiero que terminemos esto que tenemos y que ya no estés conmigo, eres mi mejor amiga en el mundo y no quiero perderte por no saber lo que quiero, me gusta otra persona y no quiero hacerte daño haciéndote pensar que sí me gustas, por eso quisiera que nos alejáramos, mi intención no es dejarte sola con todo, puedes contar conmigo si quieres, y-yo sólo no... ¡Aghs!- Se paso las manos por la cara con frustración y justo entonces sentí como mi corazón se partía en mil pedazos. Me quedé inmóvil  en mi asiento.

-¿Me dices cosas lindas al principio y ahora me dices que no te gusto? 

-Lo siento, yo creí que sentía todo eso, pero me di cuenta de que no fue así, pensé que me gustabas pero llegó alguien más y me hizo cambiar de opinión...

-Y-yo...- Bajé la cabeza, aún seguía nerviosa, no sabía que carajos hacer, entonces sin pensarlo tome mi bolso de mano y me levante de la silla, caminé temblorosa con dirección a la salida sin decir más nada, sentí pasos de alguien detrás mío pero seguí caminando sin prestar atención.

-¡Espera!- Sentí entonces la mano de Jym en mi brazo haciéndome voltear- No lo quise decir de esa manera, yo sólo no quiero que te pase nada malo...

-No des explicaciones, Jym, ya diste suficiente, creo que fue mi culpa por hacerme de ilusiones contigo sabiendo que no era lo correcto, ahora solo déjame tranquila, vete si te quieres ir, déjame ya.- Y así fue, se quedó en ese lugar y yo sólo seguí caminando. Mis ojos se llenaron de lagrimas, pero en su presencia mis mejillas nunca, entonces tome un taxi con dirección hacía mi casa, aún conservaba la llave en mi pequeño bolso, luego de veinte minutos el taxista se detuvo frente a mi casa, le pagué y me bajé. Sentí escalofríos al subir el escalón, suspiré y metí la llave en el cerrojo, la puerta se abrió fácilmente, casi pude ver a mi padre y a Karen sentados en el mueble viendo televisión mientras esperaban mi regreso y Karen diciéndome que me guardo pizza en el microondas, pero sólo fue una vaga ilusión, un recuerdo de lo que pudo ser y no fue, lo que verdaderamente había en la casa era soledad, polvo y suciedad absoluta, hacía frió, encendí las luces y la calefacción, al igual que el televisor para no sentirme sola, estaban pasando justo su programa favorito, The Big Bang Theory , como le encantaba ese estúpido programa. Subí a su habitación y me cambie con su ropa, la mía estaba donde Jym, me lave la cara para quitarme el maquillaje, tome su sabana de dormir, y me acosté en el sofá frente al televisor. Lloré, lloré mucho. Tenía que soltar el río de sentimientos que tenía por dentro , soltar todo aquello que me consumía por dentro. Estaba triste, devastada, decepcionada y sola, pero sobretodo vacía. 

Anna DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora