Jess estaba nerviosa, estaba muy nerviosa. De hecho, llevaba nerviosa desde la tarde del día anterior. Sabía de sobra que sus horas de anonimato estaban contadas y por eso mismo había tomado una decisión: se le confesaría a Kendall antes de que él descubriera que era Pepa. Además, tenía claro que iba a hacerlo mediante una nota. Para Jessica, confesarle sus sentimientos a Kendall mediante una nota, es decir, siendo "Pepa" era de vital importancia porque si no hubiera creado esa identidad lo más probable hubiera sido que ni siquiera habría llegado a mantener una conversación medio decente con él.
Contarle sus sentimientos en una nota representaba todo por lo que habían pasado juntos.
El caso era que su nerviosismo llegó a tal punto que no pudo esperar a llegar al instituto para escribir su nota en alguna de las clases como acostumbraba a hacer, sino que la escribió en su casa. Bueno, en realidad, escribió esa y otras 47 notas que no le terminaron de convencer y que tiró a la basura.
Entró al instituto con la nota en el bolsillo, preparada para dejarla dentro de la taquilla de Pepe, también conocido como Kendall.
Llegó al instituto antes de lo que solía hacerlo... Unos 24 minutos antes, quería dejar la nota antes de que tocara siquiera el timbre de inicio de clases. Se acercó a paso lento hasta la taquilla y con sus manos temblorosas por la inquietud que sentía introdujo la contraseña. Acto seguido la abrió.
Al estar ahí, en esa posición en la que tantas veces había estado antes de esa, supo que había tomado la decisión correcta al empezar toda aquella locura. Sonrió para sí misma al recordar todas las cosas que habían ocurrido en los últimos meses, definitivamente eran recuerdos que no pensaba olvidar.
Metió la mano en su bolsillo y sacó la nota. Se quedó varios segundos quieta en el lugar, luego echó una mirada a su alrededor para asegurarse una vez más de que el pasillo estuviera vació y dejó la nota dentro de la taquilla. Iba a cerrar la taquilla... Pero... En un último momento de indecisión decidió cogerla y leerla una vez más, solo por si acaso. No quería que hubiera ninguna falta ortográfica ni nada por el estilo.
"Es bastante corta... Y desde luego no es nada cursi. De hecho no digo mucho, pero creo que es casi mejor así. Al menos así no me voy por las ramas y no creo que vaya a malinterpretar lo que he puesto. Habría que ser realmente idiota para malinterpretar. El mensaje está más que claro. Pero no sé... Igual puedo añadirle algo más, viendo la nota así la verdad es que resulta algo sosa... Ayyyyyy ¿Debería reescribirla? No, no, no. Ya he matado demasiados árboles intentando escribir una nota decente. Pero es algo muy importante... Mierrrrrrrrrrrrrrrrcoles por la tarde ahora no sé qué hacer"
Sentado en un autobús de camino al instituto estaba Kendall. Aquella mañana Kendall estaba... ¿Cómo describirlo? Digamos que en comparación a él, Jessica era como un lindo y tranquilo koala echándose una siesta sin absolutamente nada de lo que preocuparse. No pudo dormir ni cinco minutos durante toda la noche de la emoción que sentía en su interior. Para contrarrestar su sueño se tomo dos cafés y medio antes de salir de casa (Summer se enfadó con él porque se había tomado un café que se había preparado ella, cosa que le vino bien para terminar de despertarse).
La tarde anterior le había especialemente estresante: primero estuvo corriendo por todo el instituto en busca de Hanna (por suerte Emily le indicó donde estaba y no tardó demasiado en encontrarla), después habló con ella y consiguió una lista de todas las chicas que estaban en su clase de gimnasia. Pero no fue tan fácil sacarle esa información, tuvo que explicarle toda su historia con Pepa y porque era tan importante saber que chicas iban con ella a gimnasia. Tras un viaje de vuelta a casa en bus (en el que por cierto no dejó de pedirle al conductor que se diera más prisa porque quería llegar a casa lo antes posible) fue corriendo hasta su habitación donde estaba su lista de "Posibles Pepas" y descartó a todas las chicas que no estuvieran en la clase de Hanna.
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Hola desconocido
Short StoryUn día una chica decide mandarle notas a alguien. Notas sin mucha importancia, en las que escribe las cosas que se le pasan por la cabeza. Ella solo quiere que alguien sepa las cosas que pasan por su cabeza, y decide mandarle las notas a un chico qu...