Todo había vuelto a la normalidad con Lali, luego de todo lo que pasó sentíamos que este era nuestro verdadero reencuentro.
-Te tengo que contar algo. Le dije mientras me analizaba minuciosamente.
-¿Qué? Decime ya. Exigió.
-Besé a Nico. Confesé y ví como una perfecta O se hizo presente en su rostro.
-¡Jodeme! Dijo exageradamente la petisa. -Contame ¿Qué onda? Preguntó mientras jugueteaba con uno de sus almohadones.-Fue hermoso. Solté con brillo en tus ojos.
-Estás hasta las manos Eugenia. Afirmó ella mientras revoleaba un almohadón.
-Pará. La frené carcajeando. -No es así, ¿Quién te dijo eso? Le consulté.
-Vos con la mirada de enamorada que acabás de tirar cuando me lo dijiste. Me dijo divertida. La morocha me conocía más que nadie, y esta no era la excepción.
-Puede ser. Dije misteriosa. -Pero él nada que ver, me dijo que le gusto pero que vamos viendo.
-El también esta muerto amiga, pero tiene miedo. Es medio ilegal que un abogado esté con su cliente. Comentó muriéndose de risa, a lo cual yo le devolví el almohadonazo.
-Que tarada que sos. Dije riéndome.
-Pero es así china, yo me juego todo que él te quiere, pero se muere de miedo.
-Puede ser. Asentí. -En fin, me voy yendo amiga que mañana es la despedida de P... Solté sin pensar y me interrumpí de inmediato al ver el cambio de su cara. -Perdoname, soy una boluda. Me disculpé frotando lentamente su espalda.
-No, todo bien. Esbozó ella fingiendo una sonrisa. -¿Tiene que pasar no? Preguntó retóricamente.
-En realidad, no. Aseguré y ella me miró suplicante. -Bueno me callo, me voy a casita que ya es tarde. Le anuncié abrazándola mientras le susurraba algo que la hizo temblar. -Jugate amiga.
Esa noche se celebraría mi despedida, y nunca había estado con menos ganas de llevarla acabo.
-Listo. Anunció Nico estirando sus músculos luego de ayudar con los preparativos. -Ahora me voy a bañar para venir a la noche. Me avisó, pero yo lo detuve.
-Nico, necesito hablar. Él dejó su abrigo de lado y se sentó junto a mí.
-Decime Pitt. Me incitó a que le contara todo.-No sé, estoy muy confundido. Yo estaba convencido que acompañar a Mica era lo correcto porque ella me bancó en todas, y ahora me entero que todo fue una gran mentira y que Micaela nunca hubiera aparecido en mi vida sino era por Guerrini. Él me miraba atentamente.
-No sé, Micaela es increíble pero por más que la quiera, yo no estoy listo para irme, para alejarme de ustedes.
-Y de Lali. Completó el y lo miré con tristeza. -Es lógico hermano, la persona que está acá de vuelta se jugó la vida por vos, sacrificó su bienestar personal para salvarte, es lógico que no quieras separarte de ella de nuevo.
-Nico, si la amaba pensando que me había abandonado ahora no te puedo explicar lo que siento.
Te juro que cuando la escuché ayer estaba totalmente feliz de que no me hubiera traicionado, pero sentía un miedo que me paralizó. El camino se allanó tan de golpe que no sé para donde agarrar, yo sé lo que siento por ella, pero no puedo hacer que estos cinco años no pasaron. Porque los viví, y en esos momentos la tuve a Mica, y me sentiría una mierda si la abandono sin mirar atrás.
Expliqué casi sin respirar, en mi interior se alojaban una catarata de sentimientos que debían ser expresados.
-No te puedo decir que te entiendo porque nunca lo viví, pero sabés que te banco en lo que decidas. Depende de vos hermano, es ahora o nunca. Me dijo Nico certeramente.
Era así, el tiempo se acababa y tenía que tomar una decisión con urgencia.
-Bueno, ahora si me voy hermano, avisame si me preparo o se suspende todo. Dijo divertido, pero no pude reirme -Chau. Saludó cuando ya se iba dejándome solo con mis sentimientos.
Una batalla en mi interior había comenzado y temía quien pudiera ganarla.
Micaela estaba en el centro arreglando sus últimos trámites para el viaje. Yo mientras tanto alistaba la casa, la mía ya que nunca llegamos a convivir, aunque ese era su plan cuando contrajéramos matrimonio.
Con cada movimiento que hacía un nuevo pensamiento me asaltaba de repente. Estaba a punto de volverme loco.
-Mi amor. Llamé a Lali cuando llegaba de la redacción, tenía necesidad de verla ese día en especial. -Lali. Repetí cuando nadie respondió. Dejé las cosas sobre el sillón y me dirigí a la cocina para unos reconfortantes mates, cuando saliendo en busca de mi celular un sobre me llamó la atención.
Peter: Quiero que sepas que te quise mucho, eso no lo dudes nunca, pero ahora tengo que irme, no me preguntes por qué.
El momento de partir llegó, y odiaría que te culpes por mi ida. Es algo mío que necesito resolver lejos de acá. No me busques, si el destino lo quiere nos volveremos a ver.
Gracias por tanto, y perdón por tan poco.
Lali
Solté el sobre y salí corriendo lo más rápido que pude, necesitaba frenarla, no daba crédito a lo que acababa de leer. No podía ser verdad, esto era mi peor pesadilla, Lali se había ido, y yo me sentía morir.
Cerré los ojos con fuerza, ese recuerdo era como el filo de un cuchillo que recordaba todo lo que sufrí ese día, y como aquella vez tuve la necesidad de salir disparado, pero esta vez con distinto destino.
Desde mi declaración no había vuelto a cruzarme con él, estaba dejando pasar un tiempo que quizás luego no regresaría. Las palabras de Euge me seguían dando vueltas en la cabeza, Peter se iba mañana, el tiempo se acababa y yo estaba ahí haciendo nada, llorándolo de antemano, una auténtica cobarde.
Estaba rindiéndome, quizás porque sabía que él estaba con otra y eso era bastante difícil de dejar de lado. Más teniendo en cuenta que yo no formé parte de su vida durante muchos años y sin darle una explicación.
Un recuerdo acudió a mi mente y me sacudió sin pedir permiso.
-Má, me tengo que ir a España esta misma noche. Anuncié y ví como ella no entendía nada.
-¿Qué?, ¿De qué hablás Lali?
-Me tengo que ir, salió un trabajo y me necesitan allá cuanto antes. Le mentí.
-Lalita, ¿Sabés que yo te parí no? Dijo ella con obviedad. -Decime que pasa de verdad. Me incitó a confiar en ella. Como efecto dominó comencé a llorar al darme cuenta que era inútil intentar mentirle a ella. Ella puso cara de pena y me cobijó entre sus brazos.
-Mi amor, ¿qué te pasa? -dijo tristemente.
-Me amenazaron má, me vieron sacándole fotos a Guerrini y si no me voy hoy mismo me dijeron que van a a matar a Peter o a los chicos. Y yo no puedo vivir con eso. Largué todo como una catarata de angustia y dolor.
-Lali, mirame. Me pidió ella también llorando. -Vos sabés que sos lo más importante que tengo. Yo asentí levemente. -Por eso ahora te pido yo que te vayas. Cuidate y cuidalos, mi amor. Si tenés que volver la vida misma se va a encargar de hacerlo. Pero salvate por favor. Me pidió y luego volvió a abrazarme, esta vez sabiendo que sería el de la despedida.
Limpié las últimas lágrimas que habían aparecido ante tan doloroso recuerdo y me dispuse a salir en búsqueda de algo que pudiera sanar ese dolor. Tomé mi abrigo y cuando abrí la puerta me quedé inmóvil.
Era Peter. Estábamos frente a frente, él me miraba con anhelo, con arrepentimiento y yo con el más puro amor. Los dos tuvimos la misma necesidad, la de aclarar nuestros sentimientos después de tanto tiempo. Nos debíamos una charla dejando los miedos de lado por primera vez y estábamos a punto de tenerla, cualquier cosa podía pasar a partir de este momento.
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Vivir intentando
FanfictionLa vida a veces te pone pruebas, los obstáculos siempre existen. Está en uno poder saltearlos, tomarlos como aprendizaje o mera pérdida. Ellos son quienes logran que nos levantemos de las peores situaciones o vivamos en una especie de limbo del que...