Cap. 12: ¿Lo aceptan?

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En la foto, los padres de Gabriel.

Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo.

¿A qué fingir el labio risas que se desmienten con los ojos?

¡Llora! No te avergüenzes de confesar que me quisiste un poco.

¡Llora! Nadie nos mira.

Ya ves; yo soy hombre... y también lloro.

Llegó Sant Jordi, más conocido como la fiesta del libro. Aquí, en Barcelona, és costumbre regalarle un libro o una rosa a tu pareja.

¡Y yo tenía una pareja!

Así que, no iba a dejar pasar esa oportunidad, aparte de que es una costumbre muy bonita.

Pero, esta vez, sería yo el que le diera una sorpresa.

Caminé con un libro en mis manos por las calles de la ciudad, dirección a casa de Daniel. El libro era "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury. Es una historia futurista que relata una realidad en, la cual, los libros están prohibidos. Sabía que a Daniel le gustaba la ciencia ficción, además de que, varias veces, me había hablado de aquél libro. Contento con la decisión apreté el libro contra mi pecho, sonriendo.

¡Le encantaría!

En pocos minutos llegué a su casa. Piqué tembloroso el piso 3° 2° y esperé a que contestara.

—¿Sí?

—¡Ho-Hola Dani, soy yo, Gabri!—Dije nervioso. ¿Por qué estaba nervioso?

—¡Ah! ¡Hola Gabri!—Saludó con alegría.

—Te he traído algo.—Dije dulcemente.

—¿En serio? ¡Ahora mismo bajo!—Colocó el teléfono de la puerta nuevamente y oí como una puerta se cerraba de un portazo, seguido de rápidas zancadas. En pocos segundos la puerta se abrió y pude ver a Dani, sonriendo.

—¿Y bien? ¿Qué es eso que me has traído?

—Estás sudando... ¿Ha corrido por las escaleras?

—¡Ay qué más da! Vamos, vamos, ¿Qué escondes en tu espalda?—Intentó averiguarlo, pero me giré para impedirle la vista.—¡Gabri vamos!—Definitivamente, era muy infantil.

Sonreí vencedor y le mostré el libro.

—¡Tachan! Hoy es Sant Jordi.

—¡Es el que quería!—Lo cogió impresionado.—¡¿Co-Cómo lo has sabido?!

—Te escucho, ¿sabes?

—Ya lo sé, idiota...—Me abrazó.—Muchas gracias.

—¡Ah!—Recordé.—También te quiero llevar a un sitio muy chulo que he descubierto. Aquí, en Barcelona.

—¿Ah sí?—Separó un momento la mirada de la portada del libro para mirarme a mí.—¿A dónde?

—Ya lo verás. De momento vamos a coger un autobús que nos lleve hasta Plaza Cataluña.

—Espera, que subo a por algunas cosas.—Dijo ya subiéndo las escaleras.

En pocos segundos bajó corriendo, otra vez.

—Algún día te caerás si corres así por las escaleras.

—No creo, soy muy hábil.—Sonrió.

—Eso dicen todos, hasta que se la pegan.—Él empezó a reír y yo, después de darme cuenta de lo que había dicho, también solté una carcajada.

Sweetie (inacabada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora