Capítulo 9

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-Vamos, debemos de volver-dice él, tras colgar el teléfono.

Ambos subimos al caballo, y empieza a galopar a toda velocidad. Me agarro fuertemente a Samuel, temo caerme. Cuando llegamos al establo, deja el caballo en su lugar, y comienza a andar hacia el coche. En todo el camino ninguno dice nada, él tiene el semblante serio, mientras aprieta con fuerza el volante. 

-Gracias por la mañana, Samuel-le digo cuando aparca en frente de nuestro edificio.

Él sólo asiente con la cabeza, sin dejar de mirar al frente. Cierro la puerta, y observo cómo se va sin decir nada. ¿Qué habrá pasado? Saco las llaves de mi bolsillo, y subo a mi planta. Allí estaba mi mejor amiga, Marta, sentada en mi puerta.

-¿Qué haces aquí?-digo, mientras le tiendo la mano para que se levante.

-Ya era hora de que llegaras, estaba esperándote.-dice levantándose.

Me echo a reír, siempre se queda esperando en mi puerta. Entramos en casa, y ella va directa al sofá. La sigo, mientras dejo las llaves a un lado. Como siempre, ella se quedaba a comer conmigo. Según ella, decía que no quería dejarme solita. Fuimos hacia mi cocina, y planeamos lo que queríamos comer. Después ella se fue a comprar algo que faltaba, mientras yo empezaba a cocinar ambos platos. 

-¿Cómo no me has dicho que tienes a Vegetta como vecino?-dijo ella, a la vuelta.

-No sabía que le conocías, además se ha mudado recientemente. No me ha dado tiempo a contártelo.-dije en mi defensa.

-Dios, él es tan guapo-dice, mientras suspira como una adolescente enamorada.

Me echo a reír mientras continúo cocinando, ella me pega suavemente en el hombro y empieza a ayudarme. Comienzo a contarle todo lo que sabía, obviamente saltando algunos detallitos. Siempre me gustaba reservarme las cosas. Marta, al parecer, le seguía desde hace tiempo y era su gran fan. Quería ir a su casa para verle ,y por supuesto, también quería que yo la acompañara. Pero me negué, después de lo de esta mañana, quizás él estaba teniendo un mal día y no quería ver a nadie. Sí, debía de ser eso.

-Tierra llamando a María-dijo ella, llamando mi atención.

-Perdona, ¿qué decías?

-Te estaba hablando sobre la fiesta de Halloween, tenemos que ir sí o sí.

-¿Qué fiesta? Sabes que trabajo, no sé si podré ir.-contesté, no me gustaba ir mucho de fiesta.

-Ambas sabemos que por las noches no trabajas, además la hace David.-Me dijo, arqueando una ceja.

David, era el chico que le gustaba a Marta. Ella estaba obsesionada con él, nunca le quitaba el ojo de encima. Cambié de tema, no me apetecía nada esa fiesta. Y sabía que ella me llevaría a rastras, para no ir sola. 

Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora