Capítulo 15

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*Narra María*

Llegamos a nuestro piso, bajamos del coche y subimos al ascensor. Cuando llega a nuestra planta, tomo su mano y lo guío hacia mi casa. Abro la puerta, lanzo mi bolso hacia el sofá y comienzo a besarle. Él me alza tomándome por la cintura, haciendo que le rodee con mis piernas.

Camina hacia mi habitación, y me deja sobre la cama. Comienza a descender sus besos por mi cuello, mientras arqueo un poco mi espalda. Quito la chaqueta, lanzándola hacia un lado y comienzo a desprenderme de su camisa. Él baja la cremallera de mi vestido, y me ayuda a sacármelo.

De un momento a otro, nos desprendemos de toda la ropa. Antes de tirar a un lado su pantalón, él dejó un paquetito plateado en mi mesilla. Me besa, mientras nuestras lenguas juegan. Sus manos recorren todo mi cuerpo, y las mías juegan con su pelo.

Abre un poco mis piernas, posicionándose entre ellas, mientras estira su mano para coger el preservativo. Se lo coloca, y me besa mientras entra. Ambos damos un suspiro, en los labios del otro. Él se mueve rápido, haciendo que clave mis uñas en su espalda.

En la habitación sólo se escucha nuestros gemidos, y nuestras respiraciones agitadas. Él aumenta la velocidad, y nos dejamos llevar por el clímax. Haciendo que Samuel caiga sobre mí, rendido. Beso su cabeza, y acaricio su pelo, mientras tratamos de recuperar nuestra respiración.

Cuando nos recuperamos, él se tumba a mi lado y me abraza para después dormirnos. Entre sus brazos, todo es más agradable. Mi cabeza está apoyada en su pecho, y puedo escuchar su corazón latir rítmicamente. Nuestras piernas, están entrelazadas. Las suyas, atrapan una de las mías.

Al día siguiente, cuando despierto, salgo de sus brazos con cuidado y  cojo su camisa del suelo para ponérmela. Voy hacia la cocina con cuidado de que no despierte, está vez le haré yo el desayuno. Cojo una bandeja, y empiezo a poner todo lo que voy preparando. La llevo a la habitación, y la coloco encima de la mesita para despertarle. Está bocabajo, y las sábanas solo le cubre de la cintura para abajo.

-Despierta Samu-le digo mientras reparto besos por toda su espalda, estoy sentada en su perfecto trasero.-Arriba dormilón, te he preparado el desayuno.

De repente yo estoy debajo suya, mientras él está encima mía, besándome. Me levanto, cojo la bandeja y comenzamos a desayunar. Pero nuestro momento de desayuno y besos, se ve interrumpido por mi teléfono que ha empezado a sonar.

-¿Sí?-digo cuando descuelgo.

-Buenos días María, soy Román-es mi casero.-Quería decirte, que lamentandolo mucho debes de abandonar la casa en 48 horas.

-¿Cómo? Pero, ¿por qué? Siempre te pago todo al día, e incluso este mes te lo he pagado por adelantado.

-Hemos vendido el piso. Pero no te preocupes, te devolveré la fianza de este mes. Adiós.

Cuelgo el teléfono enfadada, ¿y ahora qué hago? Es complicado encontrar una casa, y hacer la mudanza en dos días. Ni siquiera sé, si podré pagarlo todo.

-¿Qué pasa, Princesa?-dice Samuel, tomando mi cara entre sus manos.

-Han vendido este piso, tengo que abandonar la casa en 48 horas. No sé cómo lo voy a hacer, Samuel-respondo, mientras las lágrimas recorren mis mejillas.

-Sshh tranquila-dice, mientras limpia mis lágrimas.-No te preocupes, tú te vienes a mi piso. Hay una habitación totalmente vacía, podemos ser compañeros de piso.

-Pero Samuel, no quiero ser una molestia para ti.

-¿Quién ha dicho que lo seas? No lo eres, además así te tengo más cerca de mí.

Agacho la cabeza, y levanta mi barbilla para besarme. Deja la bandeja a un lado, y se pone sus bóxer. Me tiende su mano, y cuando la tomo, me pega a su cuerpo.

-No te preocupes, yo te voy a ayudar Princesa-dice, mientras me besa.

Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora