Capítulo 38

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*Narra Samuel*

Abro un poco los ojos, y estiro mi brazo buscándola. La cama está vacía. Termino de abrir los ojos, y la veo. Mi hermosa esposa, está en el balcón contemplando París. Lleva mi camisa puesta, y su pelo recogido en un moño desenfadado. Me levanto de la cama, me coloco mis bóxer y la rodeo con mis brazos. Pongo mis manos sobre su vientre, y beso su mejilla.

-Está usted espléndida esta mañana, señora De Luque-ella gira entre mis brazos, y me besa.

-Usted también, señor De Luque.

-¿Te gustó, el día de ayer?-le pregunto. 

-Por supuesto que sí amor, me encantó. Muchísimas gracias, te amo.

-Yo también te amo, mi vida-acaricio su mejilla, y le beso.- Ahora vamos a prepararnos, para desayunar e irnos a Disneyland.

-¿Es enserio?-asiento, y ella comienza a saltar emocionada.-Wiiiii

La tomo en brazos, y comienzo a girar mientras ella ríe. Cuando la vuelvo a dejar en el suelo, corre hacia el baño y comienza a ducharse primero ella. Saco la ropa de nuestras la maletas, y las coloco. Ella no tarda en salir, rodeada en una toalla. Me acerco, y la tomo de la cintura.

-Quizás, podemos quedarnos aquí juntitos-le digo, juntándola a mi.

-Nooo, amor yo quiero ir-contesta.

Comienzo a besarla, pero me separa de ella empujándome hacia el baño. Río, y comienzo a ducharme mientras tarareo una canción.

*Narra María*

Me visto con un vestido floreado, y arreglo mi cabello. Samuel sale del baño, con una toalla rodeando su cintura. Su torso está mojado, y de su cabello caen gotitas. Me guiña el ojo, coge su ropa, y vuelve hacia el baño.

Cuando termina, entrelazamos nuestras manos y bajamos al buffet. Cogemos lo que deseamos, y nos sentamos a desayunar. Después, nos dirigimos al coche que hemos rentado, y Samuel conduce hasta Disneyland. Estoy realmente emocionada, aunque lo malo es que no podré subirme en casi ninguna atracción.

Entramos cogidos de la mano, vamos echando un vistazo a todo. Es impresionante, siempre soñé con venir aquí. Mientras él se sube a algunas atracciones, yo como alguna que otra cosa. Algo he de hacer, o me aburro. Después entramos a una de las tiendecitas, esto es un paraíso de disfraces para niños. 

-Mira cariño, es perfecto para la bebé-dice señalando un disfraz, de bella.

-Pero Samu, es muy grande y no ha nacido aún.

Se encoge de hombros, y lo coge para comprarlo. Cuando termina, vuelve a coger mi mano y continuamos paseando por el parque. Vemos algunos de los desfiles, y paramos también a comer en el restaurante.

(...)

-Samu...-le llamo. Estamos de nuevo en el hotel, tumbados juntos. Nuestras piernas están entrelazadas, y él tiene apoyada su cabeza en mi pecho mientras acaricia mi vientre.

-Dime, amor.

-Prométeme que si pasa algo en el parto, vas a cuidar de ella. Si dicen que sólo pueden salvar a una de las dos, tu debes elegirla a ella. Y si muero allí, prométeme que reharás tu vida junto a ella.

-Amor, ¿por qué dices eso?-responde, y levanta su cabeza para mirarme.

-Promételo Samuel, sólo promételo.

-Te lo prometo. Pero no digas eso, no os va a pasar nada a vosotras. Yo estoy aquí, para protegeros.

Sube hasta mis labios, y los besa delicadamente. Acaricio su pelo, y su espalda ancha desnuda. Él baja sus besos por mí cuello, y por todo mi pecho. Robándome algún que otro suspiro. Lo atraigo de nuevo a mis labios, y acaricio su abdomen. Ambos nos dejamos llevar por la pasión, uniéndonos en un solo cuerpo. Amándonos, como solo nosotros sabemos hacer.

Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora