Capítulo 37

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*Narra María*

Llegamos al convite, al aire libre, y hacemos nuestra entrada triunfal. Todos los invitados, están sonrientes y aplauden mientras vitorean. Nos sentamos en nuestra mesa, y comienzan a servir la comida. Al menos pude almorzar antes de salir del hotel, pero esta niña y yo estamos hambrienta.

-¿Te gusta?-me susurra él, al oído.

-Me encanta, mi amor-le contesto.

-Pues aún no acaban las sorpresas.

Le miro con el ceño fruncido, él se ríe y besa mis labios. Cuando llega la hora del baile, toma mi mano y vamos hacia la pista. La canción "Perfect" comienza a sonar, y me toma por la cintura para comenzar a balancearnos. Paso mis brazos por su cuello, y le beso. En este momento, sólo existimos nosotros tres.

-Te amo, mi vida-dice susurrándome al oído.

-Yo te amo más, mi amor-respondo.

Me da una vuelta, y continuamos nuestro baile. A continuación, suena otra canción y se acercan mis suegros. Samuel se queda con su madre, y yo con su padre.

-Eres una gran chica, María. Gracias por hacer feliz a nuestro hijo, y por darnos una nietecita.-dice mi suegro.

-Gracias a vosotros, por dejarme formar parte de vuestra familia. 

El resto de los asistentes, se unen a nosotros y comenzamos a bailar todos juntos. La música llena toda la sala, y todos están felices bailando. Samuel y yo bailamos con el resto, aunque de vez en cuando bailamos los dos solos. 

Unas canciones después, tomo asiento en una de las sillas. Estoy cansada, y los pies me empiezan a matar.

-¿Estás bien, amor?-pregunta Samuel, arrodillándose frente a mí.

-Sí, sólo estoy algo cansada.

-Nosotros debemos de irnos, así que bailemos antes una última canción. ¿Me concede este baile, señora De Luque?-dice tendiéndome su mano.

-Por supuesto, señor De Luque-respondo, tomando su mano.

Vamos hacia la piste de nuevo, y bailamos la última canción. Nos despedimos de los invitados, y salimos hacia el coche. Le pregunto varias veces a dónde vamos, pero no me lo quiere decir. Asi que me dedico a mirar el paisaje, hasta que el coche para. Estamos frente al aeropuerto.

-Amor, ahora es cuando comienza nuestra luna de miel-dice Samuel.

-Pero, no hemos hecho las maletas ni nada.

-¿Quién ha dicho que no?

Baja del coche, y yo hago lo mismo. Abre el maletero, y baja dos maletas. Al parecer, lo tenía todo planeado a la perfección. Le pone el seguro al coche, y caminamos hacia dentro. Pero ni siquiera me ha dicho, a dónde vamos de viaje. Pasamos los controles de seguridad, y nos llevan hacia el avión. 

-¿Es un avión privado?-le pregunto, no hay ni un sólo pasajero más que nosotros.

-Sí, un amigo me lo ha prestado.

Me coge en brazos, haciendo que se me escape un grito, y subimos al avión. Las azafatas nos dan la bienvenida, y nos sentamos. Abrocho mi cinturón, y tomo su mano fuertemente.

-Tranquila mi vida, que no te dé miedo el avión. Estoy aquí, contigo.

Le miro, y deja un beso en mis labios. Apoyo mi cabeza en su hombro, y cierro los ojos mientras el avión despega. Cuando por fin, conseguimos despegar y estar en el aire, abro los ojos. Samuel pone una película en una de las pantallas, y reclinamos un poco ambos asientos. Cierro un poco los ojos, estoy agotada y me duermo en seguida.

-Amor, despierta. Hemos llegado-dice Samuel, acariciando mi mejilla.

Abro los ojos, él me está observando con una sonrisa. Nos desabrochamos los cinturones, y nos levantamos. Las azafatas nos dan la despedida, y cogemos nuestras maletas. Salimos hacia fuera, y tomamos un taxi hacia el hotel. Observo el paisaje, pero no consigo descifrar dónde estamos.

-¿Dónde estamos?-le pregunto.

-Bienvenida, a París-dice él, son una sonrisa.

-¿En serio? Dios, ¡no lo puedo creer!

Le abrazo, mientras le beso. No lo puedo creer, siempre quise viajar a París. Era mi sueño desde pequeñita. Cuando llegamos al hotel, cogemos nuestra llave y subimos hacia la habitación. Abrimos, y él me da paso. Me dirijo hacia el balcón, aparto las cortinas y veo las vistas. Es impresionante, se ve la mismísima torre Eiffel.

-¿Te gusta?-dice Samuel, abrazándome por la espalda.

-Amor, esto es impresionante. Me encanta.

WARNING! SI NO TE GUSTA LAS ESCENAS DE SEXO, NO LEAS LO SIGUIENTE. GRACIAS :)

Me giro entre sus brazos, y le beso. El beso aumenta de tono, y le acerco más hacia mí. Él baja la cremallera de mi vestido, y lo dejo caer hacia el suelo. Yo me deshago de su chaqueta y su camisa, lanzándolos hacia un lado. Le empujo hacia la cama, y me siento a horcajadas sobre él. Comienzo a repartir besos por su cuello, bajando por su abdomen. Bajo su pantalón, junto a sus bóxer y libero su miembro. Lo tomo entre mis manos, y paso mi lengua a lo largo de el.

-Amor, no tienes que hacerlo si no quieres-dice él, incorporándose.

-Ssshhh, tú déjame.

Vuelvo a tomar su miembro, masajeándolo, y dando algunas lamidas. Abro mi boca, y lo meto por completo. Él gime debajo mía, mientras aparta mi cabello. Aumento la velocidad, masajeándolo de arriba a abajo, mientras lo recorro entero con mi lengua.

-Amor, ya. Me voy a venir.

Vuelvo a aumentar la velocidad, y noto su líquido caliente recorrer mi boca. Lo trago, y subo de nuevo a sus labios.

-Dios, eso estuvo impresionante mi vida-susurra en mis labios.-Ahora te toca a ti.-Gira, dejándome debajo suya y besa mi cuello.

-¿Le haremos daño?-pregunto, preocupada por la bebé.

-No, ya le pregunté al doctor cuando organicé todo-río, mientras él sigue bajando por todo mi pecho.-Tú cierra los ojos, y los oíditos amor-dice refiriéndose, a la bebé.

Sube de nuevo a mis labios, y entra dentro de mí lentamente. Está apoyado sobre sus codos, para no dejar su peso sobre mí. Alzo mis caderas, hacia él y aumenta la velocidad. Ambos nos miramos a los ojos, mientras gemimos y juntos alcanzamos el clímax. Se deja caer a mi lado, y me abraza, dejando su cabeza en mi pecho.

Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora