-¿Has venido en tu coche?-dice Samuel.
-No, vine en taxi.-le contesto.
Coge mi mano, y se dirige a su coche, el cual abre la puerta para que entre. Él coge nuestras alas, y las deja en el maletero. Rodea el coche, y se mete en el asiento del piloto. Deja un beso casto en mis labios, enciende el coche y se pone en marcha. Ambos estamos en silencio, miro el paisaje por la ventana. Frunzo el ceño, estamos saliendo de la ciudad.
Después de un largo rato, en el que no he parado de observarle mientras conduce, noto como el coche para. Vuelvo a mirar hacia el frente, estamos en la montaña. Mi puerta se abre, y él me ofrece su mano para bajar. Nos acercamos al borde, se ve toda la ciudad a lo lejos iluminada. Samuel me abraza por la espalda, apoyando su cabeza en el hueco de mi cuello.
-¿Te gusta?-dice él.
-Es precioso, Samu-digo apoyando mis manos, encima de las suyas.
Me toma de la cintura para girarme, y yo entrelazo mis manos en su cuello. Nos quedamos viéndonos a los ojos, mientras nos acercamos poco a poco. Nuestros labios se encuentran, en un dulce y tierno beso. Acaricio su pelo, suave y sedoso.
La noche y el frío nos envuelve, mientras continuamos con nuestros besos. Un escalofrío recorre mi cuerpo, y nos echamos a reír.
-Será mejor que nos vayamos, si no queremos resfriarnos-dice él, abrazándome.
Asiento con la cabeza, y volvemos al coche. Lo pone en marcha, y conduce hasta nuestros apartamentos. Al llegar, aparca en el garaje y subimos al ascensor. Los dos estamos muy callados, nuestras manos se rozan por la cercanía. Poco a poco, tomo su mano y la entrelazo con la mía. Me sonríe, y cuando llegamos a nuestra planta, me coge como un saco de papas.
-Samuel, suéltame-digo mientras río-suéltameeeeeeeee.
-No no-responde.
Escucho como abre su puerta, y luego la cierra. Su salón estaba un poco patas arriba, pero su habitación estaba completamente ordenada. Me deja en su cama delicadamente, y se acuesta a mi lado. Nos tapa a los dos con las sábanas, y rodea mi cintura, para atraerme hacia él.
-Descansa pequeña-dice él, mientras acaricia mi pelo.
A decir verdad, era todo un poco raro. Pero con las caricias que le proporcionaba a mi pelo, me fui quedando poco a poco dormida. No sin antes, desearle unas buenas noches.
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Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)
AléatoireMaría, una chica de 22 años. Alta, morena y de ojos marrones. Una chica normal, como las demás. Trabaja en un starbuck, junto a su mejor amigo. Y también dónde le conoce a él, el amor de su vida. Samuel de Luque, un youtuber exitoso que acaba de lle...