Capítulo 40

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*Narra María*

A la mañana siguiente, me despierto aún rodeada por sus brazos. Me giro para mirarle, tiene los labios entreabiertos y el pelo algo revuelto. Mi estómago gruñe, la bebé y yo estamos hambrientas. Me incorporo un poco, y dejo besos por su mejilla.

-Amor, despierta...-canturreo, en su oído.

-Un ratito más-se queja, y se gira quedando bocabajo.

Me subo encima de él, y comienzo a dejar besos por toda su espalda. Ronronea como los gatitos, y yo me río a carcajadas. Se gira de nuevo, dejándome debajo suya y me abraza, metiendo su cara en el hueco en mi cuello.

-Venga amor, tu bebé y yo tenemos hambre.

-¿Teneis hambre?-dice él contra mi cuello.

Yo asiento con la cabeza, repetidas veces, y él me levanta haciéndome gritar. Río a carcajadas por todo el pasillo, y al llegar a la cocina me deja sentada en la barra. Comienza a hacer el desayuno, mientra yo le observo. Acaricio mi vientre, sintiendo las pataditas de mi bebé. Mi preciosa Estefanía, deseo tenerla en mis brazos.

-¿Todo bien, por aquí abajo?-dice samuel, besándo mi vientre. Apoya una de sus manos, y Estefanía da una patada respondiendo.-Parece ser que sí, pero la princesita tiene hambre.

Río, y colocamos los platos para comenzar a desayunar. La pequeña, no para de dar vueltas y patadas. Al parecer, a ella también le está gustando el desayuno. Cuando terminamos, friego todo rápido mientras Samuel va a su estudio. Me visto con algo cómodo, y entro a la habitación de la bebé. La pintura ya está completamente seca, asi que podemos empezar a armar sus cosas.

-¿Lista para terminar la habitación de la peque?-dice Samuel entrando, con un altavoz entre sus manos.

-Listaaaaaa

Ponemos algo de música, la cámara a un lado y comenzamos primero con la cuna. Yo voy leyendo las instrucciones, mientras él une las piezas. Continuamos con el armario, y realizamos el mismo proceso. Samuel canta todas las canciones, mientras yo me río.

Terminamos de montar todos los muebles, pedimos una pizza y nos sentamos en el sofá cansados.

-¿Estás cansada, amor?-me pregunta él, acariciando mi vientre.

-Sólo un poquito, no te preocupes. Después si quieres, ve al estudio y yo termino de decorar.

-Amor si estás cansada no lo hagas, no debes de esforzarte.

-No te preocupes, cielo.

Le beso mientras él me toma de la cintura, para ponerme en su regazo. Enredo mis manos en su cabello, las suyas están por dentro de mi camiseta acariciando mi espalda. Quito su camiseta, lanzándola a un lado y él hace lo mismo con la mía. Muevo mis caderas, creando una deliciosa fricción que nos hace gemir a ambos. Samuel baja sus besos por mi cuello, y se deshace de mi sujetador.

Toma uno de mis pechos, lo besa y sigue con el otro. Aumento la velocidad del vaivén de mi cadera, su miembro parece que va a explotar en su pantalón. Me levanto para quitarnos los pantalones, y la ropa interior. Subo a su regazo, de nuevo, y tomo su miembro para dirigirlo hacia mi entrada. Me deslizo por él, mirándole a los ojos. Ambos suspiramos. Sus manos agarran fuerte mi cadera, para ayudarme con el movimiento. Mis manos están en sus hombros, y nuestras lenguas danzan a la vez.

Unas embestidas más, y ambos nos corremos juntos. Me dejo caer sobre Samuel, quien acaricia mi espalda.

-Te amo, mi vida-dice en mi oído.

-Yo también te amo, cielo-le respondo.

Besa mi frente, y nos levantamos. Nos vestimos, y justo el timbre suena. Samuel abre al pizzero, y yo llevo al salón lo que queda. El olor de la pizza, hace mi boca agua. Comemos callados, mientras vemos los simpsons, estamos hambrientos. La pizza desaparece en cuestión de minutos, y ambos nos vamos a hacer nuestras cosas.

Enciendo de nuevo la cámara, y la música. Me muevo de un lado a otro, terminando la habitación de mi pequeña. Coloco las cortinas, el pequeño sofá, las decoraciones, etc. Por último, coloco las sábanas de la cuna que recién había lavado. Sólo nos queda comprarle ropa, y sus cositas.

-Wow, ha quedado hermoso amor-dice Samuel, entrando a la habitación y abrazándome por la espalda.

-¿Te gusta, cielo?-le pregunto, observando cómo ha quedado todo.

-Me encanta, está habitación es perfecto para ella.

-Todo para nuestra princesita, para Estefanía.

Mi querido Gamer.... (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora